El Congreso de los Diputados de España ha aprobado definitivamente este jueves la controvertida Ley de Amnistía, un proyecto que ha generado intensos debates y divisiones políticas. La normativa, apoyada por el PSOE, Sumar, Podemos, ERC, EH Bildu, PNV, Junts y BNG, ha recibido 177 votos a favor, superando por uno la mayoría absoluta necesaria. En contra se han posicionado el PP, Vox, UPN y Coalición Canaria, sumando 172 votos.
El Congreso aprueba la Ley de Amnistía
La aprobación de la Ley de Amnistía se produce en un clima de alta tensión política. Durante el debate, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, condenó la ley, acusando al presidente Pedro Sánchez de modificar la legislación "al dictado del que la infringe". Feijóo calificó la ley de "intercambio de poder a cambio de privilegios e impunidad", augurando la "defunción del Partido Socialista".
Por su parte, Artemi Rallo, diputado del PSOE, reprochó a Feijóo su postura y predijo que será "devorado por los suyos y por la bestia neofascista que recorre España y Europa". Los partidos independentistas catalanes, representados por Miriam Nogueras de Junts y Gabriel Rufián de ERC, celebraron la aprobación de la ley, con Nogueras afirmando que "hoy se gana, no se perdona" y Rufián vaticinando que la "próxima parada será el referéndum" de independencia.
Bronca política de la oposición
La sesión parlamentaria estuvo marcada por fuertes intercambios verbales y momentos de gran tensión. Santiago Abascal, líder de Vox, tildó la ley de "acto de corrupción política", una expresión que Feijóo reiteró en su intervención. Ambos líderes argumentaron que el reconocimiento del Estado palestino y los conflictos diplomáticos recientes con Argentina son "cortinas de humo" para ocultar la "corrupción" del gobierno de Sánchez.
La polémica también envolvió el intercambio de acusaciones respecto a los pactos del gobierno con EH Bildu, a los que Abascal llamó "los albaceas de ETA". La diputada de Vox, Cayetana Álvarez de Toledo, añadió: "Prefiero la motosierra al coche bomba, que fue el juguete de sus socios", en referencia a los acuerdos políticos y los insultos proferidos por Javier Milei contra Begoña Gómez y Pedro Sánchez.
Bronca de VOX
El debate fue interrumpido repetidamente por los diputados de Vox, quienes, tras un intercambio con Yolanda Díaz el miércoles, continuaron sus protestas el jueves. Cuando el diputado de Sumar, Gerardo Pisarello, pidió responder a las alusiones de Abascal, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, negó la palabra a José María Figaredo de Vox, provocando una serie de gritos y desórdenes en el hemiciclo. Armengol llamó al orden a tres diputados en menos de un minuto y pidió "intentar no dar este espectáculo".
Publicación en el BOE
A pesar de su aprobación en el Congreso, la Ley de Amnistía no se publicará inmediatamente en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Según fuentes del Gobierno, primero debe ser publicada por el Boletín Oficial de las Cortes, un proceso que puede tardar aproximadamente una semana. Posteriormente, la ley deberá ser sancionada por el Rey Felipe VI, quien tiene un plazo de 15 días para hacerlo. Actualmente, Felipe VI está de viaje en El Salvador y regresará el 2 de junio, lo que podría retrasar aún más la publicación final de la ley en el BOE.
En un movimiento estratégico, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunció la presentación de un recurso al Tribunal Constitucional contra la ley antes de que Alberto Núñez Feijóo hablara en la tribuna del Congreso. Este anuncio fue aprovechado por Yolanda Díaz para cuestionar el liderazgo de Feijóo, sugiriendo que las elecciones europeas pondrán fin a su mandato como presidente del PP.
Díaz afirmó en redes sociales durante el pleno que algunos en el PP ya han decidido tomar las riendas del partido antes de las votaciones. Este comentario subraya las tensiones internas y las luchas de poder dentro del principal partido de la oposición, en un momento en que las divisiones políticas parecen más profundas que nunca.
Un punto de inflexión en la política española
La aprobación definitiva de la Ley de Amnistía marca un punto de inflexión en la política española. Mientras sus defensores la celebran como un paso hacia la reconciliación y la justicia, sus detractores la ven como un acto de impunidad y corrupción. El camino hacia su implementación efectiva aún enfrenta obstáculos, y las reacciones y repercusiones políticas continuarán desarrollándose en las próximas semanas. Este episodio refleja las profundas divisiones en el espectro político español y plantea preguntas sobre el futuro de la gobernanza y la cohesión social en el país.