Feijóo: el showman del Congreso

22 de Mayo de 2024
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Feijóo: el showman del Congreso

Alberto Núñez Feijóo se ha presentado en el Congreso de los Diputados con un despliegue de chulería que haría palidecer a Aznar en sus mejores tiempos. La sesión se ha convertido en un espectáculo de retórica y desparpajo, con el líder del PP lanzando acusaciones contra Pedro Sánchez con la destreza de un auténtico showman. “Hace tres semanas, el señor Sánchez no se fue de retiro, se fue a pensar el lío judicial”, proclamó Feijóo, mostrando una vez más su talento para el drama.

Feijóo y su espectáculo de acusaciones

La intervención de Feijóo ha sido un alarde de teatralidad, con frases como "Su comparecencia de hoy lo mezcla todo", mientras exigía respuestas de Sánchez. “Responda. O lo hace aquí o en el Senado. Le pido que se deje de jueguecitos”, exclamó, ignorando convenientemente que Sánchez ya se había ofrecido a dar explicaciones en el Senado. Pero claro, ¿qué sería de un buen espectáculo sin un poco de exageración? Con un tono de indignación cuidadosamente ensayado, Feijóo ha cuestionado la integridad del Gobierno, acusándolo de falta de transparencia y de esconder información crucial para los ciudadanos.

Moderación... ¿de verdad, Feijóo?

Feijóo ha intentado presentarse como el defensor de la moderación, mientras lanzaba sus dardos envenenados con la precisión de un experto lanzador de cuchillos. “Cuanto más tiempo pase sin dar información que le piden los ciudadanos por la corrupción que le acecha, más evidente es que quiere ocultarla”, aseveró Feijóo, sin un ápice de ironía. Su táctica de mezclar temas y acusaciones refleja una estrategia de distracción y no un debate serio. Lo curioso es cómo presume de una centralidad política, mientras cada día se acerca más a las posturas de la extrema derecha.

Predicciones al estilo Nostradamus

Con la seguridad de quien cree poseer una bola de cristal, Feijóo se aventuró a hacer predicciones sobre el futuro político del país. “El PP volverá a ganarle las elecciones señor Sánchez. Nunca silenciará al pueblo español”, proclamó, con un tono que recordaba más a un adivino en una feria que a un líder político. Su confianza desmedida en la victoria del PP no deja de ser una táctica para animar a su base que una predicción fundamentada. Es como si Feijóo quisiera convencer a todos de que tiene la clave del futuro, cuando en realidad solo está proyectando deseos más que realidades.

La máquina del fango

No contento con atacar a Sánchez directamente, Feijóo también dirigió sus críticas a la “máquina del fango” que, según él, el presidente del Gobierno utiliza sin descanso. “Su promesa de no crispar le ha durado unos minutos... ultraderechistas, reaccionarios y por último, una descalificación a un expresidente de España”, denunció Feijóo, en una clara muestra de que el dramatismo es su arma favorita. La facilidad con la que Feijóo lanza acusaciones sugiere que está más interesado en sembrar dudas y desconcierto que en ofrecer soluciones concretas a los problemas del país.

La comparecencia de Sánchez y Begoña Gómez

Feijóo no perdió la oportunidad de sugerir que la comparecencia de Sánchez y su esposa en la comisión de investigación en el Senado está cada vez más cerca. “Nos toma por tontos. Usted regañó a los españoles porque no le valoramos lo suficiente”, añadió, con una teatralidad digna de un drama shakespeariano. Su constante mezcla de temas y acusaciones demuestra su habilidad para desviar la atención y evitar el debate serio. Al criticar a Sánchez por no dar explicaciones, Feijóo pasa por alto el hecho de que el presidente ya ha mostrado su disposición a comparecer en el Senado. Este detalle, sin embargo, no encaja en el guion de Feijóo, diseñado para mantener la tensión y el suspense al máximo.

El conflicto internacional

Feijóo decidió expandir su repertorio al ámbito internacional, criticando la política exterior del Gobierno con la misma pasión que mostró en los temas nacionales. “¿Qué tenía que ocurrir después de que su Gobierno acusara a Milei de tráfico de drogas?”, preguntó, añadiendo un toque de drama internacional a su actuación. Sus críticas a la política exterior del Gobierno y sus comentarios sobre Marruecos y Argentina solo añadieron más leña al fuego de su espectáculo. La habilidad de Feijóo para saltar de un tema a otro, sin perder el hilo de su narrativa de confrontación, es digna de un maestro de ceremonias en un circo.

El gran final: amnistía y democracia

En su acto final, Feijóo no pudo resistirse a cargar contra la ley de amnistía y la supuesta amenaza a la libertad de expresión. “Dentro de unos días traerá la amnistía a esta cámara, si la trae, habrá dinamitado la convivencia de los españoles por siete votos”, afirmó, asegurándose de terminar su intervención con una nota de alta tensión dramática. Su advertencia sobre la amnistía y la convivencia nacional pretende pintar un cuadro apocalíptico, aunque carece de una base sólida y se apoya más en el miedo que en la razón.

El maestro de la sobreactuación

Después de semejante espectáculo, solo queda una pregunta en el aire: ¿Alguien se cree a Feijóo? Su intervención ha sido un verdadero tour de force de sobreactuación y retórica vacía, dejando claro que, para él, la política es más un escenario para el drama que un foro para el debate serio. Feijóo ha demostrado ser un experto en la creación de espectáculo, pero su capacidad para ofrecer soluciones reales a los problemas del país sigue siendo cuestionable. Quizás la próxima vez que lo veamos en el Congreso, deberíamos llevar palomitas, porque si algo ha quedado claro es que Feijóo sabe cómo mantener a su audiencia entretenida, aunque sea a costa de la seriedad que debería caracterizar a un líder político.

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