Feijóo y el espejismo de la mayoría absoluta

El líder del PP redobla su ofensiva contra Pedro Sánchez con afirmaciones grandilocuentes, proyecciones infundadas y un discurso cargado de cinismo político

15 de Julio de 2025
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Feijóo y el espejismo de la mayoría absoluta

Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a exhibir su particular concepto de la democracia y de la realidad política española. En una entrevista publicada este domingo, el líder del PP se ha mostrado convencido de que obtendría una mayoría absoluta si hoy se celebrasen elecciones, asegurando incluso que el país le daría el mandato directo para “recuperar la normalidad política”. Una afirmación sin respaldo demoscópico ni parlamentario, que solo refuerza su narrativa de oposición permanente, marcada por el alarmismo, la deslegitimación institucional y el desprecio al pluralismo democrático.

Feijóo, entre el deseo y la negación de la realidad

“Si mañana hubiese elecciones, el PP sacaría mayoría absoluta”, ha declarado Feijóo, convencido de que más de dos millones de votantes procedentes del PSOE y Vox estarían dispuestos a darle el poder en solitario. Asegura querer alcanzar los “10 millones de votos” para evitar pactos, pero en el mismo mensaje asume que, de no lograr esa meta, volvería a depender de la extrema derecha. Es decir, ni independencia política ni regeneración: puro cálculo electoral.

Feijóo invoca una supuesta “España del consenso y del progreso” que él mismo ha contribuido a deteriorar con un discurso cada vez más crispado, cargado de descalificaciones personales, ataques sin pruebas y apelaciones morales huecas. Lo que presenta como “una crónica ética” es, en realidad, una campaña sistemática de erosión contra el Gobierno, articulada con lenguaje hostil, ambigüedad con la extrema derecha y un desprecio preocupante por los principios básicos de la convivencia democrática.

Corrupción selectiva y cinismo moral

Uno de los pasajes más reveladores de la entrevista es el que dedica al escándalo que involucra al entorno familiar de la esposa del presidente Sánchez. Feijóo, en lugar de esperar a que la justicia se pronuncie o a que existan pruebas sólidas, decide convertir un asunto privado en munición política bajo el argumento de “inadmisible fariseísmo”. Se erige en juez moral mientras escurre toda responsabilidad sobre los casos de corrupción en gobiernos del PP o sobre el vínculo de su partido con Vox, a quienes no menciona ni critica.

Más aún, no duda en calificar a Sánchez como “soberbio y faltón”, acusarlo de “fraude político” y augurar que su gobierno caerá “si Ábalos y Aldama quieren”. Con esta estrategia, Feijóo traslada la gobernabilidad del país al terreno de la sospecha, la conspiración y los movimientos oscuros entre bastidores, alejándose por completo de cualquier sentido institucional o programa de país.

También acusa a los socios parlamentarios del Ejecutivo de ser “cómplices” y potenciales “encubridores”, una línea de ataque que criminaliza el pluralismo parlamentario y descalifica a cualquier fuerza política que no entre en su ecuación de poder. El mensaje es claro: o gobierna el PP, o todo es ilegitimidad, corrupción y caos.

Feijóo demuestra, una vez más, que su concepto de liderazgo se basa más en la retórica de desgaste que en una visión política constructiva o coherente. Su apelación a una mayoría absoluta imaginaria no solo carece de base, sino que oculta su dependencia real de pactos con la extrema derecha y su falta de propuestas sólidas para gobernar un país plural y complejo. Frente a los desafíos de la España actual, el PP de Feijóo sigue anclado en la nostalgia autoritaria, el victimismo electoral y la negación de una realidad que no controla.

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