Los desafíos migratorios requieren respuestas innovadoras y solidarias, pero el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha optado por aferrarse a un discurso anacrónico y simplista del "efecto llmamada" que poco aporta a la resolución de la crisis migratoria que afecta a Europa y, en particular, a España. Las recientes declaraciones de Feijóo en respuesta al viaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Mauritania, no solo demuestran una desconexión con la realidad global, sino también una peligrosa inclinación hacia el populismo que recuerda a las tácticas de la extrema derecha.
Es irresponsable alentar un efecto llamada en la peor crisis de migración irregular.
— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) August 28, 2024
En vez de ir a África a combatir las mafias, Sánchez promociona España como destino.
Al revés que el resto de la UE.
Quien venga, contrato en origen y carta de cumplimiento de nuestras leyes.
Reforzar la cooperación en materia de migración
El viaje de Sánchez a Mauritania, que forma parte de una gira por varios países africanos, tiene como objetivo reforzar la cooperación en materia de migración, seguridad y desarrollo económico. En lugar de celebrar estos esfuerzos, Feijóo ha criticado duramente las medidas propuestas por el presidente, tildándolas de "irresponsables" y acusando a Sánchez de "alentar un efecto llamada en la peor crisis de migración irregular". Sin embargo, estas acusaciones no solo son infundadas, sino que reflejan un profundo desconocimiento de la complejidad de la cuestión migratoria.
El efecto llamada del PP
La afirmación de Feijóo de que Sánchez está "promocionando España como destino" de manera irresponsable es una distorsión de la realidad. Lejos de incitar a una migración descontrolada, el enfoque del Gobierno de Sánchez busca precisamente lo contrario: promover una migración ordenada y legal, que beneficie tanto a los países de origen como a España. Este enfoque, basado en la cooperación bilateral y en acuerdos como el "memorándum de entendimiento" firmado con Mauritania, es una respuesta necesaria y pragmática ante un fenómeno que, como bien ha señalado el propio Sánchez, es una "necesidad" más que un problema.
El discurso de Feijóo no solo ignora la importancia de gestionar la migración de manera ordenada y segura, sino que además, se alinea peligrosamente con las posturas más retrógradas de la política europea, que buscan demonizar a los migrantes y convertirlos en chivos expiatorios de las inseguridades sociales y económicas. Al afirmar que quienes vengan a España deben hacerlo con un "contrato en origen y carta de cumplimiento de nuestras leyes", Feijóo no solo simplifica una realidad extremadamente compleja, sino que además siembra sospechas infundadas sobre el carácter de los migrantes, sugiriendo implícitamente que estos no cumplirán con las normas establecidas.
Miedo al migrante
Este tipo de retórica, que busca generar miedo y desconfianza, es profundamente irresponsable en un momento en el que Europa necesita más que nunca de una solidaridad efectiva y de políticas basadas en la cooperación y el entendimiento mutuo. El enfoque adoptado por Pedro Sánchez, que subraya la necesidad de gestionar la migración de manera "humana, segura y ordenada", es el camino correcto para abordar los retos que plantea la migración en el siglo XXI.
Es esencial recordar que la migración, cuando se gestiona adecuadamente, no solo no es un problema, sino que puede ser una fuente significativa de riqueza, desarrollo y prosperidad. En un país como España, que enfrenta desafíos demográficos serios debido al envejecimiento de su población, la llegada de migrantes jóvenes y trabajadores es, de hecho, una oportunidad invaluable para revitalizar la economía y garantizar el bienestar a largo plazo.
En lugar de reconocer estos hechos y contribuir a un debate constructivo, Feijóo ha optado por alimentar un discurso de miedo que, lejos de ofrecer soluciones, solo sirve para polarizar aún más a la sociedad española. Esta postura es especialmente preocupante en un momento en que la extrema derecha gana terreno en toda Europa, precisamente con mensajes que demonizan a los migrantes y promueven un nacionalismo excluyente y divisivo.
Feijóo y el discurso del miedo al migrante
La crítica de Feijóo a la visita de Sánchez a África, y en particular a Mauritania, es un claro ejemplo de cómo el líder del PP está dispuesto a sacrificar la coherencia y la responsabilidad política en aras de ganar puntos entre los sectores más conservadores de su electorado. Al rechazar los esfuerzos por establecer una cooperación efectiva con los países de origen de la migración, Feijóo no solo está rechazando una de las pocas soluciones viables al problema, sino que además está demostrando una falta de visión alarmante para alguien que aspira a liderar el país.
La situación actual exige líderes que comprendan la complejidad de la migración y que estén dispuestos a adoptar enfoques integrales y solidarios. La retórica desfasada y simplista de Feijóo es, en este contexto, no solo anacrónica, sino peligrosa. Al oponerse a las medidas propuestas por Sánchez, que buscan precisamente ordenar y legalizar los flujos migratorios, Feijóo se coloca del lado equivocado de la historia, y su postura no hace más que alimentar el clima de desconfianza y temor que tanto daño ha hecho a Europa en los últimos años.
Es hora de que Feijóo y el Partido Popular abandonen estos discursos desfasados y contribuyan de manera constructiva a un debate que, gestionado adecuadamente, podría convertir a España en un modelo de cómo gestionar la migración de manera humana y efectiva. Lamentablemente, con su actual postura, Feijóo parece estar más interesado en alimentar el miedo que en ofrecer soluciones reales.