La flotilla humanitaria denuncia un segundo ataque con dron rumbo a Gaza

El alma, un barco con bandera británica, sufre un incendio tras un nuevo ataque mientras esperaba zarpar desde Túnez. Los activistas insisten en continuar su travesía pese a las amenazas

10 de Septiembre de 2025
Actualizado a las 8:59h
Guardar
La flotilla humanitaria denuncia un segundo ataque con dron rumbo a Gaza

Los ataques contra la Flotilla Global Sumud se multiplican en menos de 24 horas. La organización humanitaria, que busca romper el cerco ilegal sobre Gaza, ha denunciado un nuevo ataque con dron contra una de sus embarcaciones fondeadas en Túnez. Mientras las autoridades locales restan importancia, los activistas documentan los hechos y mantienen su rumbo: llevar ayuda y dignidad al pueblo palestino.

Otro incendio, la misma determinación

La madrugada del miércoles trajo otro sobresalto en el puerto tunecino de Sidi Bou Said. El barco Alma, parte de la Global Sumud Flotilla, sufrió un incendio tras lo que sus tripulantes describen como un ataque con dron, similar al ocurrido apenas unas horas antes contra el 'Family boat', otra de las embarcaciones clave de la misión humanitaria con destino a Gaza.

“Estos ataques repetidos se producen durante la intensificación de la agresión israelí contra los palestinos en Gaza”, ha denunciado la organización, que sostiene que los hechos no son casuales sino una forma de intimidación calculada para impedir la llegada de ayuda a un territorio sitiado, destruido y castigado sin tregua por el ejército israelí.

El ataque al Alma —barco con pabellón británico— se saldó sin heridos, pero provocó un fuego en cubierta que fue rápidamente extinguido. La activista Leila Hegazy, que viajaba a bordo, compartió imágenes del dispositivo incendiario y afirmó: “El objeto sigue aquí. Nadie puede negar lo que está ocurriendo”.

Frente a los intentos de silenciar y frenar su misión, los integrantes de la flotilla han respondido con firmeza: “Nuestra travesía pacífica para romper el asedio ilegal de Israel a Gaza avanza con determinación”.

Silencios cómplices y diplomacia de perfil bajo

Mientras se acumulan denuncias de crímenes de guerra en Gaza, Europa y buena parte de la comunidad internacional siguen mirando hacia otro lado. La reacción de las autoridades tunecinas, negando el primer ataque y atribuyéndolo a una colilla, ha generado perplejidad entre los activistas, que reclaman una investigación independiente y garantías de seguridad para poder continuar.

El doble rasero vuelve a imponerse: las voces que claman por la legalidad internacional cuando se trata de sancionar a actores incómodos, callan ante la sistemática violación de derechos humanos en Palestina. Resulta difícil imaginar una respuesta tan tibia si las víctimas del asedio fueran europeas o si el dron hubiese impactado en una embarcación de otra bandera.

El objetivo de la Flotilla no es simbólico, sino urgente: llevar ayuda humanitaria directamente a Gaza, un territorio donde la población civil lleva meses sin agua potable, electricidad o medicinas, mientras los bombardeos continúan en plena impunidad.

Que se intente sabotear ese gesto de solidaridad, y que no haya una condena clara por parte de las instituciones europeas, es un síntoma alarmante del deterioro moral que atraviesa la política exterior occidental.

Navegar contra el cinismo

La Global Sumud Flotilla, integrada por ciudadanos y ciudadanas de diversos países, partió desde España a principios de septiembre con un mensaje claro: romper el silencio, romper el bloqueo, y defender el derecho de un pueblo a vivir con dignidad.

En lugar de criminalizar la ayuda, los gobiernos que se dicen democráticos deberían estar acompañando esa travesía. Porque lo que está en juego no es solo una travesía marítima, sino una lucha contra la deshumanización y el olvido.

Ni los drones ni los ataques impedirán que la flotilla siga su camino. La solidaridad no se rinde, y la causa palestina sigue navegando.

Lo + leído