La compra de votos mancha la campaña de Alfonso Rueda

16 de Febrero de 2024
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mariscadoras

La "oportuna" maniobra del Gobierno de la Xunta de Galicia, liderado por Alfonso Rueda del Partido Popular, de desembolsar más de cuatro millones de euros en subvenciones a mariscadores tres días antes de las elecciones autonómicas no es solo una estrategia cuestionable, sino una flagrante muestra de manipulación electoral y un insulto a la democracia.

Beneficia a 7.273 mariscadores con 550 euros cada uno

Esta acción, que beneficia a 7.273 mariscadores con 550 euros cada uno, se trata de una evidente de compra de votos, un medida que erosiona los cimientos de la integridad electoral y desafía abiertamente los principios de equidad, transparencia y justicia.

Descarado intento de influir en el electorado

El momento de esta ayuda financiera, ejecutada con precisión quirúrgica a tres días de las elecciones, no puede verse sino como un descarado intento de influir en el electorado buscando asegurar el favor de un sector significativo de la población a través del uso de recursos públicos. Esta práctica no solo es éticamente reprochable, sino que además socava la confianza de los ciudadanos en el proceso electoral y en las instituciones que deberían servir al bien común, no a intereses partidistas.

El gobierno de Rueda, en una maniobra de cuestionable legalidad, calculado meticulosamente el momento de la convocatoria y entrega de estas ayudas para sortear las restricciones electorales, muestra un desdén absoluto por la transparencia y la rendición de cuentas. La rapidez y simplicidad con que se han distribuido estos fondos, según denuncian los propios beneficiarios, revela no solo una falta de rigor en los procesos administrativos, sino también una clara intención de captar votos a cualquier precio.

Esta no es simplemente una cuestión de política partidista o de diferencias ideológicas; es un asunto de moralidad pública y de respeto a los principios democráticos. Utilizar el dinero de los contribuyentes para comprar lealtades y votos es una práctica que debería ser condenada y castigada con todo el rigor de la ley. No podemos permitir que se normalice la corrupción electoral ni que se degrade la dignidad de nuestro sistema político.

Respuesta de los ciudadanos

La respuesta de la ciudadanía ante tales actos debe ser firme y contundente. Se debería exigir una investigación exhaustiva y transparente de estas subvenciones y sus implicaciones electorales. Los ciudadanos deben rechazar cualquier intento de coacción o compra de votos, y votar con conciencia y convicción para preservar la integridad de nuestras instituciones.

El caso de Alfonso Rueda y su gobierno pone en tela de juicio su liderazgo y ética, y lanza una sombra sobre el proceso democrático en Galicia.

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