Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a encender la polémica en la Asamblea de Madrid al referirse de forma despectiva a los 7.291 mayores que murieron en residencias durante la pandemia. Con un tono desafiante, Ayuso criticó a la oposición por "estar siempre con las mismas mierdas", minimizando así una de las mayores tragedias que golpearon a la Comunidad de Madrid.
La portavoz socialista Mar Espinar respondió con contundencia: "Esas mierdas eran 7.291 mayores que no deberían haber muerto en esas condiciones". Espinar acusó a la presidenta de arrastrar la política por el fango, de ejercer una bajeza moral y de carecer de empatía y humanidad. Por su parte, Manuela Bergerot, de Más Madrid, afirmó que las palabras de Ayuso son "indistinguibles" de las de su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, quien también ha despreciado públicamente a las víctimas.
“Esas mierdas” son 7291 personas que murieron de manera indigna por los protocolos de la vergüenza de Ayuso. @espinar_marpic.twitter.com/uw64fXZ6AS
— PSOE Madrid (@psoe_m) February 20, 2025
Las declaraciones de Ayuso no son solo una falta de respeto a las familias de los fallecidos, sino una prueba más de su incapacidad para asumir responsabilidades. Durante la primera ola del Covid-19, los protocolos impulsados por su Gobierno decidieron quién podía salvarse y quién no. Cinco años después, sigue impidiendo cualquier tipo de investigación que permita conocer la verdad.
La portavoz de Vox, Isabel Pérez Moñino, intervino para criticar la crispación generada, pero sin censurar las palabras de Ayuso. Esta omisión demuestra el pacto tácito entre la derecha y la ultraderecha madrileña para proteger a la presidenta.
Más allá de las residencias, Ayuso aprovechó la sesión para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez, acusándole de controlar los medios de comunicación y de destruir la democracia. Sus palabras, llenas de victimismo y teorías conspirativas, buscan desviar la atención de su propia gestión.
Mar Espinar no dejó pasar la oportunidad para señalar otras irregularidades en la Comunidad de Madrid. Acusó a Ayuso de haber troceado contratos para evadir controles legales y de haber hecho desaparecer un millón de euros. "Tiene ese tufillo a Miguel Ángel Rodríguez, a esa cañita libertaria que brinda por los negocios hechos a costa del dinero de todos", afirmó la socialista.
Mientras tanto, Ayuso se jacta de su política fiscal, defendiendo que la bajada de impuestos trae prosperidad a la región. Sin embargo, omite que esa supuesta prosperidad no alcanzó a los mayores que murieron en residencias sin la atención médica necesaria.
Manuela Bergerot insistió en que la presidenta no ha cesado a su jefe de Gabinete porque ello implicaría su propia dimisión. "Lo grave no son solo las palabras, sino el desprecio hacia las víctimas. Ni una sola reunión con los familiares, cartas reclamando cuotas a las residencias donde se les condenó a morir y cinco años impidiendo cualquier investigación", concluyó.
La falta de empatía y el desprecio mostrado por Ayuso hacia las víctimas de las residencias son inaceptables. Sus palabras no solo ofenden a las familias, sino que demuestran una profunda bajeza moral y una incapacidad para gobernar con humanidad. La oposición seguirá exigiendo explicaciones y responsabilidades a una presidenta que, con sus comentarios, ha cruzado una línea que nunca debió traspasar.