La tormenta perfecta azotó a la Comunidad Valenciana no solo con la devastadora DANA que dejó un reguero de destrucción y muerte en octubre, sino también con una polémica decisión política que hizo saltar todas las alarmas: el nombramiento de Vicente Huet Ballester como director general de Interior. Este cargo clave, que supervisa la seguridad pública, emergencias y la coordinación de policías locales, se otorgó a alguien cuya experiencia parece inclinarse más hacia la tauromaquia que hacia la gestión de catástrofes naturales. Y lo más polémico es que el nombramiento tuvo lugar justo el mismo día en que la DANA comenzaba a mostrar su fuerza destructiva.
La emergencia que destapó las carencias en Interior
El pasado 29 de octubre, horas antes de que la DANA azotara sin piedad la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, y la consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, firmaron el decreto de nombramiento de Huet como director general de Interior. En un momento en el que la gestión de emergencias parecía exigir lo mejor de cada institución, la Generalitat dejó en manos de un experto en “festejos taurinos” un puesto vital para la coordinación de la Policía autonómica, Protección Civil y otros cuerpos implicados en situaciones críticas.
El nombramiento, que fue efectivo el 31 de octubre, provocó una ola de críticas entre la población y los expertos en emergencias, quienes cuestionan las prioridades del gobierno de Mazón en un momento en que la preparación para crisis naturales es esencial. En un territorio propenso a incendios forestales y lluvias torrenciales, la elección de un alto cargo con un perfil tan específico ha sido interpretada como una muestra de improvisación e inexperiencia por parte del Ejecutivo valenciano.
Un fichaje “personal” de Mazón: la apuesta por Huet
Desde los medios afines a Mazón, como *Esdiario* o *Las Provincias*, se destacó que la incorporación de Huet fue una “apuesta personal” del presidente valenciano. Se resaltó su “experiencia en la administración pública”, principalmente en el ámbito local, y su profundo conocimiento de la idiosincrasia valenciana, en especial de los populares ‘bous al carrer’. Sin embargo, esta explicación no ha servido para calmar las críticas: para muchos, la “apuesta personal” del presidente parece más un capricho que una decisión fundamentada en las competencias y la capacidad de reacción ante emergencias de quien ocupa el cargo.
Además, en declaraciones a Europa Press, la portavoz del Consell, Ruth Merino, argumentó que Huet tiene “amplia experiencia en la administración pública”. Sin embargo, su formación en derecho y su rol como exalcalde de Barxeta parecen insuficientes para las necesidades de una dirección de Interior en un contexto de emergencia climática. En este puesto, que incluye la supervisión de la Policía autonómica y la coordinación de operaciones de emergencia, se esperaba a alguien con conocimientos más específicos y habilidades en la gestión de crisis.
La tardía respuesta a una tragedia anunciada
El retraso en la incorporación de Huet, quien tomó posesión de su cargo meses después de la salida de los altos cargos de Vox de la Generalitat, coincidió con uno de los peores desastres naturales en la historia reciente de la Comunidad Valenciana. La DANA golpeó con tal fuerza que dejó a la administración en evidencia, revelando la falta de previsión y una respuesta inadecuada ante una situación que requería una dirección sólida en Interior.
A pesar de la alerta roja emitida desde las primeras horas del 29 de octubre, la Generalitat Valenciana mostró una respuesta desigual. Según ha informado *El Confidencial*, Mazón tardó hasta dos horas en llegar a la reunión de emergencia convocada por el Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI), y no fue hasta que el caudal del Júcar alcanzó niveles críticos que el presidente decidió personarse. La alerta a los ciudadanos, que se envió a las 20:13 horas, llegó cuando ya era demasiado tarde para prevenir los daños más graves.
Emergencias en manos de un experto en “bous al carrer”
La Conselleria de Justicia e Interior, que había dejado vacante la dirección general de Interior desde la salida de Vox en julio, justificó la elección de Huet en su “conocimiento de la idiosincrasia de los festejos taurinos y, en especial, del bous al carrer”. La polémica se intensificó cuando se hizo evidente que una persona cuya especialización parecía centrarse en el ámbito de los espectáculos taurinos estaba ahora a cargo de la coordinación de la Policía autonómica, Protección Civil y la Unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la Comunidad Valenciana, formada por unos 400 efectivos.
La imagen que ha quedado en la población es la de un gobierno más preocupado por los intereses taurinos que por la preparación ante catástrofes naturales, que, en los últimos años, han aumentado en frecuencia e intensidad debido al cambio climático.
Reacciones y consecuencias: ¿dimisión o rectificación?
La gestión de Mazón ha sido duramente criticada en distintos sectores de la sociedad valenciana y en el ámbito político. Mientras tanto, la tragedia de la DANA continúa sumando víctimas, con un balance de fallecidos que ya asciende a 215 personas. Las críticas no solo se centran en la idoneidad de Huet para el cargo, sino también en la falta de previsión y respuesta por parte del Ejecutivo valenciano. A medida que los rescates y las operaciones de emergencia se desarrollan, las demandas de una revisión exhaustiva en la gestión de emergencias son cada vez más contundentes.
Para algunos líderes de la oposición, el nombramiento de Huet es solo un ejemplo más de la ineficacia de Mazón y su equipo en la gestión pública. Desde Podemos y Compromís, ya se han hecho eco de las voces que piden la dimisión del presidente valenciano y la restitución de un equipo de emergencias capacitado y especializado.
El precio de la improvisación en un contexto de crisis climática
La decisión de nombrar a un experto en festejos taurinos como director general de Interior en plena crisis de la DANA pone de manifiesto las prioridades de Mazón, cuestionadas en uno de los momentos más críticos para la Comunidad Valenciana. El caso de Vicente Huet y su perfil inadecuado para el puesto plantea interrogantes sobre la capacidad de la Generalitat para responder ante emergencias y proteger a su población frente a eventos cada vez más extremos.
Mientras tanto, en la Comunidad Valenciana sigue resonando una pregunta que cada vez se escucha más en sus calles: ¿es Mazón el líder que necesita la región en tiempos de crisis?