Mientras la gestión de Ximo Puig de la DANA en 2019 salvó vidas, la ineptitud de Mazón desata la indignación

La gestión de emergencias de Ximo Puig en la Vega Baja contrasta con las críticas a Carlos Mazón por la respuesta tardía en la DANA de octubre

11 de Noviembre de 2024
Actualizado el 12 de noviembre
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DANA de la Vega Baja en 2019
DANA de la Vega Baja en 2019

La reciente DANA que devastó l'Horta Sud, la Ribera y Utiel-Requena el pasado 29 de octubre ha puesto en el centro de la discusión la gestión de emergencias en la Comunidad Valenciana. A medida que surgen detalles sobre la actuación de las autoridades, la comparativa con la respuesta en la DANA de 2019 en la Vega Baja cobra fuerza. En esta ocasión, la coordinación y rapidez de reacción son cuestionadas, mientras que en 2019 la anticipación de medidas preventivas fue reconocida por evitar una tragedia aún mayor.

La dana tragedia de octubre dejó a su paso más de 219 fallecidos, convirtiéndose en uno de los desastres naturales más devastadores de los últimos tiempos. A la crítica por la alerta ciudadana tardía, emitida a las 20:11 horas, cuando ríos y barrancos ya se desbordaban, se suman la polémica por el retraso en activar el centro de coordinación de operaciones integrado (Cecopi) y la ausencia del actual president de la Generalitat, Carlos Mazón, en el mando de operaciones durante las horas cruciales.

Lecciones de la DANA de 2019

En septiembre de 2019, la Comunidad Valenciana experimentó una DANA de características destructivas, aunque de menor escala, afectando principalmente a la Vega Baja y dejando tres fallecidos. Las lluvias desbordaron el Clariano, Albaida y el Segura, pero en aquella ocasión, el gobierno autonómico, liderado por Ximo Puig, fue elogiado por su capacidad de anticipación. El Cecopi se activó de manera preventiva y, además, se suspendieron clases para 20.000 estudiantes, se reforzó el 112 en un 12 % y se organizaron medidas especiales para proteger a personas dependientes y sin hogar.

La consellera de Justicia de entonces, Gabriela Bravo, explicó en su momento la importancia de anticiparse, convocando el Cecopi un día antes de las primeras inundaciones en la Vall d’Albaida. “Ante la gravedad de la situación que auguraba el informe de Aemet, consideramos oportuno convocar el Cecopi de forma anticipada”, relató Bravo en su comparecencia en las Corts Valencianes.

La intervención de la UME: rapidez y prevención

El despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en 2019 es otro punto de comparación con la DANA de octubre. En septiembre de 2019, la UME fue solicitada el 12 de septiembre, un día antes de que la Vega Baja experimentara las peores inundaciones. Este rápido despliegue permitió mitigar parte de los daños y realizar evacuaciones preventivas en zonas de alto riesgo.

Para el 13 de septiembre, las aguas del Segura ya habían anegado poblaciones como Orihuela, con precipitaciones de hasta 500 litros por metro cuadrado en algunos puntos. En respuesta, la Generalitat organizó una operación de emergencia para construir un dique que contuviera el caudal del río, movilizando 37 camiones y más de 2.300 toneladas de piedra. Esta medida se ha recordado como uno de los aciertos de aquella gestión, ya que evitó desbordamientos adicionales y pérdidas humanas.

Críticas al actual gobierno de Mazón

En la reciente tragedia de octubre, el retraso en la activación de los recursos y la falta de comunicación efectiva con la población han generado una ola de críticas. Se cuestiona por qué, pese a las advertencias meteorológicas, no se anticiparon medidas que podrían haber protegido a la población. En este contexto, Ximo Puig, quien actualmente es embajador ante la OCDE, defendió la importancia de una “gestión anticipativa” y recordó las lecciones aprendidas en 2019.

Según Puig, es esencial una “reacción coordinada con las autoridades locales” y destacó que la presencia del president de la Generalitat en el Cecopi “es fundamental, aunque no sea constante”. Esta afirmación cobra relevancia ante la ausencia de Mazón en el puesto de mando avanzado durante las primeras horas de la DANA de octubre.

El papel de Orihuela y la Vega Baja: mejoras en la gestión de emergencias

La experiencia de 2019 ha dejado lecciones duraderas en la Vega Baja, especialmente en municipios como Orihuela, que fueron duramente afectados. Víctor Valverde, concejal de Emergencias de Orihuela, asegura que el municipio ha trabajado en modernizar sus planes de emergencia. Entre las mejoras introducidas tras la DANA de 2019, destacan la adquisición de embarcaciones de aluminio para resistir en aguas turbias, vehículos “snorkel” para atravesar zonas inundadas y la mejora de las bombas de achique para desalojar el agua rápidamente.

Además, el Ayuntamiento ha implementado simulacros anuales y reuniones del Centro de Coordinación Operativa Municipal (CECOPAL) para garantizar que todos los implicados, desde Protección Civil hasta la Policía y la Guardia Civil, estén preparados ante una catástrofe. Valverde sostiene que estos ejercicios no solo mejoran la coordinación, sino que son esenciales para “ponerle cara a los mandos”, facilitando la comunicación en una emergencia real.

Más allá de la emergencia: una reflexión sobre el futuro

Ximo Puig insiste en que la sociedad valenciana debe aprender de estos episodios para recuperar la credibilidad en las instituciones públicas y evitar el populismo que, en su opinión, “conduce al autoritarismo”. Reivindicó la necesidad de una unidad de análisis y seguimiento de emergencias que había proyectado su gobierno, el Botànic, y que fue descartada por el actual gobierno de coalición de PP y Vox.

Por su parte, el nuevo gobierno de Mazón ha celebrado recientemente un pleno en el Baix Segura, cuatro años después de la DANA, como gesto de unidad y apoyo a las zonas afectadas. La visita a Almoradí y Orihuela sirvió para recordar los efectos devastadores de aquel temporal y, al mismo tiempo, plantear qué más se puede hacer para prevenir y gestionar futuras emergencias.

¿Estamos realmente preparados?

La gestión de emergencias ante desastres como las DANAS requiere una planificación precisa y una coordinación eficiente entre todos los niveles de gobierno. La actuación rápida y preventiva de 2019 contrasta con las críticas que hoy enfrenta Mazón, y la pregunta es inevitable: ¿se podía haber hecho más en la reciente tragedia de octubre?

Lo cierto es que cada episodio de lluvias torrenciales plantea nuevos desafíos. Aunque se han implementado mejoras desde la DANA de 2019, la tragedia de octubre demuestra que aún queda camino por recorrer. En momentos de crisis, la prevención y la comunicación son claves para minimizar los daños y, sobre todo, para salvar vidas.

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