Peinado pasa de la reprimenda de sus superiores porque su objetivo es el PSOE

En Moncloa son conscientes de que Peinado seguirá imputando a los altos cargos de presidencia

20 de Mayo de 2025
Guardar
Sanchez Peinado

Los superiores del juez Peinado le han aplicado un serio correctivo a su instrucción en un auto en el que se pronuncian sobre los recursos presentados por las defensas. Le insisten en que no debe investigar el rescate de Air Europa y levantan la condición de imputados al que fue consejero con Esperanza Aguirre, Juan José Güemes, y al rector de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache. Sobre el primer asunto, los jueces le advierten, y van tres, que las ayudas a la aerolínea “quedan fuera del objeto de investigación ya delimitado al inicio de la instrucción". Y sobre los dos investigados señalan que los indicios en que se basa el juez “carecen de fundamento”. Tanto la caverna mediática como el propio entorno del magistrado se apresuraron a destacar que el centro de la instrucción, que no es otro que el de la acusación contra la mujer del presidente, Begoña Gómez, se mantiene inalterable. Y como ese es el objetivo del juez, lo demás es accesorio. El propio Peinado le da la vuelta a las pesquisas que sigue en torno a las ayudas al grupo Globalia argumentando que “no está instruyendo nada puesto que no ha llamado a declarar a nadie”. Peinado se centra, ahora, en la responsabilidad de las personas que nombraron a la asesora de Gómez, Cristina Álvarez, porque cree que existe un posible delito de malversación. Su jugada está clara. Apunta a Moncloa y si no ha imputado a Félix Bolaños, en cuyo interrogatorio se advierte  animadversión, es porque sabe que tendría que remitir la causa al Supremo por su aforamiento y perdería ese protagonismo que le está dando el esperpéntico espectáculo que ha montado.

No sólo es una instrucción prospectiva, sino que está mal armada y tiene muchas lagunas legales que los superiores de la sección 23 de la Audiencia de Madrid están corrigiendo continuamente. A Juan José Güemes, presidente del Centro de Emprendimiento e Innovación de IE Business School, el juez le imputó basándose en una supuesta contradicción con otra testigo, la directora de Recursos Humanos del Instituto de Empresa, Sonsoles Blanca Gil de Antuñano, que no fue tal: “no se obtiene la conclusión, extraída por el instructor, respecto a que Begoña Gómez Fernández, hubiera sido contratada por el Instituto de Empresa para África Center por ser la esposa del presidente del Gobierno", concluyen. Y este argumento también tiene su importancia en lo que respecta a Gómez ya que los superiores de Peinado dejan claro que no advierten irregularidad alguna en su contratación en el centro. El tribunal también corrige la decisión de incluir en la causa hechos relacionados con el Instituto de Empresa y su “África Center”. La Audiencia considera que se trata de un episodio anterior ajeno a los hechos que se investigan.

Sobre Joaquín Goyache, el rector de la Complutense investigado por el juez en relación con la creación de la cátedra extraordinaria que codirigió Begoña Gómez, los magistrados manifiestan "la ausencia de datos objetivos incriminatorios" y van más allá, Destacan que, durante su mandato fue cuando se produjo un hecho clave que desmiente cualquier implicación suya en posibles irregularidades. En el último ejercicio de la cátedra, la investigada "se negó a rendir cuentas y la Universidad no aprobó su gestión".

La Audiencia señala que la declaración del presidente Sánchez tenía que haber sido por escrito, tal y como pidió. Aún así, la considera “conforme a la ley”. También confirma la imputación de Juan Carlos Barrabés, codirector de la cátedra de Gómez, porque, dicen los jueces, que su empresa, InnovaNext, fue adjudicataria de once contratos públicos por valor de 21 millones de euros, “todo en un contexto en el que la cátedra habría podido funcionar como plataforma de proyección profesional y captación de fondos con apoyo institucional”. Y no se olvidan de Cristina Álvarez, la asistente de la esposa del presidente, a la que advierten de la existencia de un delito de malversación. Veremos cómo se pronunciarán sus compañeros de sala si es que este asunto llega a juicio que todavía está por ver. Hay que tener en cuenta que los jueces de la sección 23 no serán los encargados de juzgar.

A Peinado lo que realmente le importa es que ha recibido el aval de la instrucción del asunto de la asistenta de Gómez porque cree que hay una trama de intereses donde se advierten irregularidades que pueden ser objeto de delito. Conviene recordar que esta parte de la instrucción se ha incorporado recientemente y procede de una querella presentada por Vox que otro juzgado madrileño trasladó al número 41 por su relación directa con la causa que ocupa a Peinado.

Y el juez se frotó las manos porque, hasta el momento, no ha conseguido reunir las pruebas suficientes como para poder incriminar a Begoña Gómez por las denuncias de Manos Limpias que siguen siendo rechazadas jurídicamente por basarse en informaciones periodísticas, algo que el Tribunal Supremo ha vuelto a rechazar últimamente. Que no se puede acusar basándose en recortes de prensa, han dicho los jueces de la sala de Lo Penal cansados, ya, de repetir el mismo fundamento que, además, ya ha sentado jurisprudencia.

Juan Carlos Peinado, tendrá muchas cosas, pero de tonto no tiene un pelo y sabe que cuando el caso llegue a juicio, en las cuestiones previas que plantearán las defensas, no sólo por defectos de forma sino también de fondo, gran parte del sumario se anulará. Por eso busca vías alternativas. Su interrogatorio al ministro Bolaños evidencia lo que pretende. Fue un esperpento digno de una persona que rozó, en muchos momentos, la prepotencia y el abuso de su condición. Examinado el sentido de las preguntas y la forma de presentarlas, a nadie puede extrañar la sonrisa del ministro.

En Moncloa son conscientes de que Peinado seguirá imputando a los altos cargos de presidencia, no sólo al delegado del gobierno de Madrid, Francisco Martín Aguirre, que negó, en su declaración, haber participado en el nombramiento de Cristina Álvarez cuando era secretario general de la presidencia, sino a otros muchos que aparecen en la lista negra del juez. Una investigación en la que Peinado pierde el tiempo porque es de sobra conocido que Álvarez era amiga de Begoña Gómez antes de que se instalase en Moncloa y no hizo falta más que usar su prerrogativa como primera dama y dar instrucciones a Recursos Humanos de la presidencia para llevar a cabo su contratación como asesora sin tener que recurrir a terceros.

Pero Peinado va a insistir porque su objetivo, más allá de desgastar a Pedro Sánchez, es el PSOE. Quiere destruir el partido a toda costa y para ello tiene un par de años, los que le faltan para jubilarse y para que haya nuevas elecciones generales.

Lo + leído