"Perro Sanxe", la campaña de la ultraderecha que termina dando votos al PSOE

22 de Julio de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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perro sanxe

El paso de Pedro Sánchez por el podcast de La Pija y la Quinqui, que lo está reventando entre los más jóvenes, ha sido un rotundo éxito. Entre bromas y chistes, entre comentarios sobre baloncesto y música, el presidente del Gobierno deslizó que en los últimos días se ha difundido un meme sobre él que le encanta: “Más sabe el Perro Sanxe por perro que por Sanxe”. Y tiene motivos para estar satisfecho. El montaje con el perrito y la frase de marras ha corrido como la pólvora por las redes sociales, hasta convertirse en casi un eslogan de campaña entre la izquierda. Hoy, no hay un solo español que no haya oído hablar del simpático meme, que ha sido visualizado millones de veces en las diferentes plataformas y redes sociales. Frente a las fauces terribles del neonazismo, un dulce y singular peluche vestido como un dandi. Brutal, un éxito de Ferraz que ni el más avezado asesor hubiese podido imaginar hace solo unos meses.  

De esta manera, el jefe del Ejecutivo central ha sabido darle la vuelta a lo que era una feroz ofensiva de insulto y desprestigio alimentada por las derechas (PP y Vox le colgaron el despectivo y grosero mote de “Perro Sanxe”) en un arma política de primer orden al servicio de la remontada del PSOE. Contra la cruenta campaña de difamación ultra, el premier ha sabido tomarse la cosa con sentido del humor. Y ahí ha estado la clave del éxito. Sentarse ante dos jovenzuelos pipiolos presentadores de Internet como la Pija y la Quinqui, y tomarse con retranca lo de que lo llamen Perro Sanxe, ha resultado mucho más efectivo y eficaz que cien mil carteles y vallas publicitarias con el lema “vota PSOE”. Ya hemos dicho otras veces en esta misma columna que en la era de la posmodernidad deja de importar el contenido del mensaje, para revalorizar la forma en que es transmitido y el grado de convicción que pueda producir en la opinión pública. También se diluye la ideología, sustituida por el icono o la imagen. Y, por supuesto, se desacraliza la política, desmitificando y caricaturizando al líder.

¿Qué conclusión podemos extraer, por tanto, de este interesante experimento sociológico? Sin duda, que en los turbulentos tiempos de superficialidad que nos han tocado vivir, al votante se le capta mejor con este tipo de técnicas aparentemente sencillas, pero que tienen su enjundia, que con el rollazo del mitin de siempre. Al elector ya no se le puede seducir con el tradicional folleto, con el programa electoral que nadie lee. Sin embargo, con estos tics ingeniosos, con estos chistes, pildoritas o boutades improvisadas o sobre la marcha, se atrae más voto posmoderno que con cualquier otra táctica de la vieja política de antes.

La derecha ya ha probado el buen funcionamiento de este tipo de técnicas políticas posmodernistas con consignas como el conocido “Que te vote Txapote” (una crítica contra los pretendidos pactos del Gobierno con Bildu), al que Ayuso dio carta de naturaleza y que ha terminado por convertirse en el gran emblema popular de estas elecciones. Han tenido que pasar cuatro años para que Moncloa cayera en la cuenta de que vale más un candidato fresco y humanizado que un señor sesudo dando la chapa con las cifras del IPC, el PIB y el paro. Es triste por lo que tiene de degradación y banalización de nuestra democracia, pero es así. En el PSOE ya se agarran a cualquier cosa para intentar un remontada que se antoja misión imposible y si la tontería del meme del perrito trajeado ajustándose la corbata con sobradez da votos, a por ella a tope y sin concesiones.

El líder socialista ha entendido de qué va este juego (quizá algo tarde) y, aprovechando que el viernes era el Día del Perro, decidió posar en Twitter con sus dos mascotas peludas y felicitando a todos por la festividad. Al mismo tiempo, el PSOE lanzaba otro tuit con la etiqueta “Feliz Día Mundial del Perro” y una foto del famoso meme con el astuto can. Los miles de likes y retuits sorprendieron a los creadores de contenido digital, trols y haters de la ultraderecha, que una vez más vieron cómo el búmeran se volvía contra ellos. Y no es para menos. El eslogan del Perro Sanxe se ha convertido en viral y ya todo el mundo habla de ello. Se desconoce hasta dónde puede llegar el experimento y qué incidencia puede tener en los comicios del 23J. Políticos como Albert Rivera también recurrieron a posar con su cachorro (aquello de “todavía huele a leche”) y miren cómo terminó: en la cola del paro.

Está claro que Feijóo partió como gran favorito en esta campaña tras su victoria contundente en las municipales –posición que consolidó en su debate cara a cara con el presidente del Gobierno–, pero la recta final de esta semana ha sido nefasta para él. Pillado por Silvia Intxaurrondo en una flagrante mentira sobre las pensiones, ausente en el debate a cuatro de candidatos de TVE y aireada a los cuatro vientos su foto con el narco Marcial Dorado (de la que habla el país entero), la campaña electoral se le ha terminado haciendo bola. En ese escenario de incertidumbre para el PP (que no las tiene todas consigo) emerge el extraño chucho Sanxe, que ha puesto nervioso a más de un gurú de la comunicación o spin doctor de Génova 13. Cuidado con el perro, que muerde.

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