El Senado será testigo de la VI Cumbre Transatlántica organizada por la Red Política de Valores, un evento que reune a figuras destacadas de la extrema derecha y el conservadurismo internacional bajo el lema "Por la libertad y la cultura de la vida". A pesar de las críticas de múltiples sectores políticos y sociales, el Partido Popular permitió que este encuentro se realizara en una de las salas de la Cámara Alta, lo que ha suscitado un intenso debate sobre el uso de espacios públicos para eventos que cuestionan derechos fundamentales.
Un evento que aviva tensiones políticas
La cumbre, celebrada este lunes, ha puesto en evidencia las conexiones entre diferentes corrientes de la derecha europea e internacional. Entre los asistentes destacan líderes y activistas contrarios al aborto, defensores de terapias de conversión y figuras que promueven leyes discriminatorias contra las personas LGTBI+. Este evento no solo refleja una agenda ultraconservadora, sino también un esfuerzo coordinado por normalizar posturas que amenazan los derechos humanos.
Desde el PP, partido que tiene mayoría en la Mesa del Senado, han tratado de distanciarse de las posiciones más extremas. Sin embargo, la presencia de Javier Puente, exsenador del PP y actual director de Innovación del Gobierno de Cantabria, como ponente y anfitrión, ha reforzado la conexión del partido con el evento. Puente, quien lidera la asociación antiabortista Familia y Dignidad Humana, afirmó: "Estaremos en el Senado defendiendo la dignidad de la persona, la vida y la libertad".
Los protagonistas de la cumbre
Entre los asistentes destacan figuras controvertidas como José Antonio Kast, líder ultraderechista chileno que ha defendido la dictadura de Pinochet, y Lucy Akello, diputada ugandesa conocida por apoyar leyes que criminalizan la homosexualidad con penas de hasta 20 años de cárcel. También figuraba inicialmente George Kaluma, parlamentario keniano defensor de la cadena perpetua para personas homosexuales, quien fue retirado de la lista tras la controversia.
El evento contó además con representantes de grupos europeos como Patriotas por Europa, liderado por Viktor Orbán, y Conservadores y Reformistas, al que pertenece Giorgia Meloni. Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox, e Ignacio Garriga, secretario general del mismo partido, también participaron como ponentes, consolidando la representación de la extrema derecha española.
Críticas de los partidos progresistas
El PSOE, junto con otras formaciones como ERC, EH Bildu, PNV y BNG, intentó sin éxito que la Mesa del Senado revocara la autorización del evento. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, calificó el acto como "infame" y acusó al PP de "convertir el Senado en un altavoz de la ultraderecha". Por su parte, Mónica García, ministra de Sanidad, subrayó que "el aborto no es un problema en España" y criticó el uso de instituciones públicas para promover "fanatismos".
La decisión de la Mesa del Senado de permitir la cumbre ha sido interpretada como un respaldo indirecto a posturas que vulneran derechos consolidados en la legislación española. Las críticas también se han dirigido hacia el coste político y reputacional que implica la cesión de espacios públicos para un evento con una agenda abiertamente regresiva.
Protestas y movilización social
Mientras se desarrollaba la cumbre, diversas organizaciones feministas y colectivos LGTBI+ convocaron concentraciones en Madrid para expresar su rechazo. La protesta más destacada fue la organizada por Feminismos Tetuán, que denunció "el ataque directo a la autonomía de las mujeres" y la "normalización de discursos de odio".
Además, dos activistas de Femen irrumpieron en el Senado durante una sesión plenaria, gritando "El aborto es sagrado" y exhibiendo mensajes en sus cuerpos que defendían el derecho a decidir. Las activistas fueron desalojadas rápidamente, pero su acción simbolizó el malestar social ante la celebración de este tipo de eventos en espacios representativos de la democracia.
El papel de la Red Política de Valores
La organización detrás de la cumbre, Red Política de Valores, se presenta como un movimiento global en defensa de la "vida y la familia". Sin embargo, sus vínculos con sectores ultraconservadores y su agenda antiabortista han generado críticas por promover posturas que van en contra de derechos reconocidos internacionalmente.
Jaime Mayor Oreja, exministro del PP y presidente de honor de la Red, ha sido uno de los defensores más vehementes de la necesidad de unir a la derecha conservadora y ultraderechista en torno a estos valores. "Nuestra agenda es transversal y busca recuperar principios que antes eran defendidos incluso por la izquierda", declaró uno de los portavoces de la organización.
Un retroceso en derechos humanos
Expertos como Neil Datta, del Foro Parlamentario Europeo sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, advierten del impacto negativo de estas cumbres en el avance de los derechos humanos. "Eventos como este legitiman políticas retrógradas y consolidan alianzas entre gobiernos y grupos que buscan limitar las libertades individuales", afirmó Datta.
El contexto global, marcado por el auge de líderes autoritarios como Orbán y Meloni, refuerza la preocupación sobre el alcance de estas iniciativas. "Lo que estamos viendo no es solo una reunión, sino un intento de crear una red internacional que frene décadas de progreso en derechos sexuales, reproductivos y de género", concluyó.
Conclusión: una amenaza para la democracia
La celebración de la cumbre antiabortista en el Senado no puede ser vista como un hecho aislado. Representa un desafío directo a los valores democráticos y a los derechos humanos. Permitir que instituciones públicas se utilicen para promover agendas de odio y regresión pone en peligro los pilares de una sociedad plural y respetuosa con las diferencias.
El rechazo social a este evento ha dejado claro que la mayoría de la población española no respalda estas posturas extremistas. Sin embargo, el apoyo indirecto de partidos como el PP evidencia una peligrosa normalización de discursos que deberían ser firmemente cuestionados en defensa de los derechos conquistados.