La menstruación tiene lugar mes tras mes, durante aproximadamente un total de 40 años en la vida de las mujeres, varones trans y personas no binarias. Aparte de la menstruación, también ocurren las hemorragias vaginales que son aquellas que tienen lugar tras un aborto, en el puerperio, cuando comienzan las alteraciones del ciclo en los momentos cercanos a la menopausia, o tras una intervención quirúrgica de tipo ginecológico. Para millones de personas que menstrúan o tienen sangrado vaginal, no es una elección tenerlos, forman parte de los procesos fisiológicos naturales como seres humanos.
Por esta razón y por justicia y deuda histórica hacia las niñas, mujeres y demás identidades menstruantes, las políticas de cualquier Estado contemporáneo deben de ir enfocadas en combatir el estigma, la precariedad y el sesgo de género que aún viven la inmensa mayoría de personas que transitan la experiencia menstrual y el sangrado vaginal. Para que la sangre fisiológica deje de ser un tema tabú deben aplicarse medidas para la educación menstrual integral y para el conocimiento y acceso a la gestión del sangrado de manera saludable, inclusiva, accesible y sostenible.
LA REALIDAD DE LA “POBREZA MENSTRUAL”
Desde los movimientos sociales, ONG, activistas sociales y algunas instituciones se está identificando como “pobreza menstrual” a la falta de recursos económicos para la adquisición de productos para la gestión menstrual; a la falta de accesibilidad a lavabos y que éstos tengan papeleras, picas de agua y papel higiénico disponibles. A estas carencias se les suma la falta de profesionales de la educación y de la salud sensibilizados y formados, que acompañen y expliquen sobre qué procesos tienen lugar en el cuerpo para que ocurra la menstruación. En este sentido las carencias educativas van relacionadas con:
- Enseñar sobre la importancia de ovular para la salud de todas las funciones del cuerpo pues a través de este proceso los ovarios producen progesterona, una hormona primordial para el estado de ánimo, la densidad ósea, la energía, la salud de la tiroides, la piel, el cabello, entre otras funciones.
- Enseñar sobre anatomía del aparato sexual femenino y sobre fertilidad ya que hay un gran desconocimiento sobre cuáles son los días fértiles del ciclo, por ejemplo.
- Enseñar sobre los diversos productos y opciones disponibles para la gestión del sangrado menstrual.
- Enseñar que ninguna persona debe ser excluida, violentada o avergonzada por menstruar.
ESTUDIO “EQUIDAD Y SALUD MENSTRUAL”
Durante el año 2020 y 2021 tuvo lugar el estudio “Equidad y salud menstrual en España” coordinado por Laura Medina del Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol *. Un estudio necesario y urgente para reafirmar lo que se podía intuir en un contexto de precariedad laboral y feminización de la pobreza. Una de las conclusiones más importantes, fue que 2 de cada 10 mujeres y personas menstruantes encuestadas no puede permitirse comprar productos para la recogida del sangrado menstrual. El 11,6% de las participantes utiliza papel higiénico y el 4,3% pañales como productos menstruales.
Si una mujer o unidad familiar no tiene dinero suficiente para gestionar de manera digna algo tan básico como la menstruación, no podremos como sociedad conseguir el empoderamiento y la autonomía de las personas que menstrúan para conseguir por fin erradicar brechas de género existentes.
Desde los diversos colectivos por la justicia menstrual, ponemos el foco en lo que identificamos como pobreza menstrual dentro de la pobreza estructural ya que provoca falta de salud física, emocional y anímica, provoca estigma social, inseguridad, absentismo escolar o laboral propiciando que se mantenga la brecha de género y la feminización de la pobreza.
EL IVA QUE CARGAN LOS PRODUCTOS DE RECOGIDA DEL SANGRADO
Actualmente, las personas que necesitan productos como tampones o compresas, acceden a ellos aportando un 10% de IVA. En el caso de las compresas de tela y bragas menstruales, la Ley aplica el 21%, porque lo considera prendas de vestir textiles.
Llegó el año 2022 y aún se espera la bajada del tipo impositivo en estos productos al tipo superreducido del 4% que el Gobierno de España se comprometió a aplicar. Decenas de artículos se escribieron explicando la medida que parecía de próxima implementación ya en el año 2019. Transitamos el año 2021 y volvimos a tener noticias de promesas renovadas, esta vez desde el Ministerio de Igualdad nos hablaron de la “tasa morada” para reducir el IVA de compresas, tampones, copas menstruales, pero también de pañales y otros productos de higiene femenina como las maquinillas de depilar a los que se les aplica la llamada “tasa rosa” (un sobre coste por el único hecho de ser productos para mujeres).
El papel higiénico por ejemplo que usamos todas las personas, tiene la consideración de producto de “primera necesidad” y cuenta con un tipo impositivo del 4%. Pareciera que cuando se trata de productos universales o masculinos, éstos tienen consideración de primera necesidad y menor coste, pero cuando son productos femeninos, ya valen más caros. La feminización de la pobreza también se ve afectada por la economía del beneficio empresarial.
Lamentablemente las activistas, movimientos sociales y ONG volvimos a comprobar la falta de ampliación de las medidas que anuncia el Gobierno de Pedro Sánchez. En noviembre del año pasado la bajada fiscal de la “tasa morada” se 'cayó', tanto de los presupuestos de ese año, como en los previstos para el presente.
No obstante, hay pequeñas esperanzas en la reflexión y propuestas que Autonomías como la de Catalunya han hecho: El presidente catalán, Pere Aragonés anunció y lo ratificó la Conselleria de Igualtat i Feminismes, que a partir de esta primavera, el Govern repartirá copas. bragas menstruales y compresas reutilizables en las clases de 3º de eso de toda Catalunya.
ESTE 8M SALIMOS A LA CALLE POR LOS DERECHOS MENSTRUALES
Bajo el lema: “CUERPAS REBELDES, DESEOSAS Y MENSTRUANTES” desde la Asociación de Cultura menstrual “La Vida en rojo” se está convocando a participar del próximo 8 de marzo 2022, en el Día Internacional de la mujer.
“El 8 de marzo se ha convertido en un día para poner en el centro las reivindicaciones que reclamamos más de la mitad de la población que tienen que ver con nuestra vida propia, pública y colectiva. Nuestra vivencia cíclica tiene un papel relevante en todas estas esferas de nuestra vida, por eso la nueva cultura menstrual tiene que estar en el 8 de marzo” anuncia la convocatoria para Barcelona.
Hace falta crear consciencia colectiva positiva sobre el ciclo ovulatorio y menstrual para que dejemos de percibir la menstruación y la hemorragia vaginal como algo de lo que no se habla, no se entiende y por ello, no se visibiliza ni se implementan políticas públicas para vivirlas con salud y bienestar.
La revolución menstrual está en las calles desde Colombia hasta Uruguay, desde Chile hasta España. Esta es la única revolución donde hay sangre de VIDA, amor y alegría.