Desafíos a los que se enfrenta España si quiere mantenerse como la cuarta en población en la UE

España tiene por delante una serie de retos para combinar la necesidad poblacional con el mentenimiento del Estado de Bienestar

13 de Julio de 2025
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Desafíos a los que se enfrenta España si quiere mantenerse como la cuarta en población en la UE

España se mantiene en 2025 como el cuarto país de la Unión Europea con más población. Según los datos provisionales del INE, la población española alcanzó los 49.153.849 habitantes a 1 de abril de 2025, marcando un nuevo récord histórico impulsado principalmente por la inmigración.

Este volumen poblacional sitúa a España solo por detrás de Alemania (83,6 millones), Francia (68,6 millones) e Italia (58,9 millones) en el ranking de países más poblados de la UE, manteniendo así la cuarta posición en el contexto europeo.

 La cifra de España supone casi el 11% de la población comunitaria (450,4 millones). Según el estudio, la población española creció en 458.289 personas entre 2024 y 2025.  Alemania, Francia, Italia y España concentran el 58% de la población total de la UE.

El crecimiento demográfico en España y en la UE se debe principalmente a la migración neta positiva, ya que desde 2012 hay más muertes que nacimientos en la UE.  El ritmo de crecimiento poblacional europeo se ha desacelerado respecto a décadas anteriores: en 2005-2024 la UE creció de media en 0,9 millones de personas al año, frente a los 3 millones anuales de los años 60.

2025 es el cuarto año consecutivo de aumento poblacional en la UE tras la caída de 2021 por la pandemia.

Ocho países de la UE perdieron población en el último año, destacando Letonia, Hungría, Polonia y Estonia, mientras que Malta, Irlanda y Luxemburgo registraron los mayores crecimientos relativos

Desafíos a los que se enfrenta España para mantenerse en cuarto lugar

España solo podrá mantener su posición poblacional relativa en la UE si afronta con éxito estos retos estructurales y logra un equilibrio entre inmigración, cohesión territorial, rejuvenecimiento poblacional y sostenibilidad social y económica, según los informes de los expertos

Envejecimiento acelerado: La proporción de personas mayores crece rápidamente, lo que implica una mayor tasa de dependencia, presión sobre el sistema de pensiones y aumento de la demanda de servicios sanitarios y sociales

Baja natalidad: España tiene una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo, muy por debajo del nivel de reemplazo generacional, lo que dificulta el relevo poblacional sin aportes migratorios.

Dependencia de la inmigración: El crecimiento poblacional reciente se debe casi exclusivamente a la inmigración, ya que el saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) es negativo desde hace años. Sin flujos migratorios sostenidos, la población tendería a disminuir.

Desigualdad territorial: Existe una fuerte concentración de población en grandes ciudades y zonas costeras, mientras que amplias áreas rurales sufren despoblación y envejecimiento extremo, lo que agrava los desequilibrios sociales y económicos.

Reducción de la población activa: Aunque la población total crece, el número de personas en edad de trabajar ha caído en casi un millón en los últimos seis años, lo que afecta la sostenibilidad económica y la competitividad del país.

Presión sobre el Estado del bienestar: El envejecimiento y la baja natalidad incrementan el gasto en pensiones y sanidad, mientras que la base de cotizantes se reduce, poniendo en riesgo la sostenibilidad del sistema.

Adaptación de políticas públicas: Se requiere una estrategia nacional transversal, con medidas para fomentar la natalidad, gestionar la inmigración, revitalizar el medio rural y adaptar los servicios sociales y sanitarios a la nueva estructura demográfica

 

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