Donald Trump no ha escondido nunca su admiración y su apoyo a los movimientos del supremacismo blanco. No en vano, compartió vídeos con el mensaje «White Power» o calificó a manifestantes del Ku Klux Klan que portaban banderas nazis como «buenas personas». También calificó a distritos con población mayoritariamente negra como «nidos de ratas», es decir, la misma expresión con la que los nazis se referían a los habitantes de los guetos judíos.
Ese supremacismo blanco que tanto profesan Trump y sus fanáticos de MAGA, también se traslada al modo en que se trata a las personas con discapacidad. Y así lo están haciendo con sus planes de recortes presupuestarios en los que, como ya se ha analizado en Diario16+ a través de los documentos oficiales de los republicanos, queda demostrado que el modelo de gobierno de Donald Trump es el de favorecer a los poderosos a costa de exterminar a los más vulnerables.
Los planes presupuestarios de los fanáticos de MAGA en el Congreso y el Senado obligarán a recortar programas críticos de protección y asistencia a niños con discapacidad. Estos planes empeorarán las dificultades de las familias extremadamente vulnerables y empujará a muchas de ellas a la pobreza o a una pobreza aún mayor.
Un objetivo de los fanáticos de Trump está claro: el Ingreso de Seguridad Suplementario (SSI, por sus siglas en inglés) para niños con discapacidad en familias de bajos ingresos. Los fanáticos de MAGA han propuesto recortar las aportaciones del SSI de los niños en una escala móvil si otro miembro de la familia también lo recibe. Esto reducirá los ingresos para aproximadamente un cuarto de millón de niños con discapacidad entre un 38 y un 66 por ciento. Esto también presionará aún más a la Administración del Seguro Social en un momento en que la agencia ya está luchando por satisfacer la demanda de los clientes de los programas del Seguro Social.
El SSI ofrece prestaciones mensuales a personas mayores y con discapacidad de bajos ingresos, incluidos los niños. Es el único apoyo federal a los ingresos destinado a familias que cuidan a niños con discapacidades y llega únicamente a los niños de hogares con salarios más bajos y con discapacidades más severas, que tienden a necesitar el apoyo más significativo.
Se trata de niños con Síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo (¿qué dirá el chamán Robert F. Kennedy Jr. sobre esto?), discapacidad intelectual y ceguera. Alrededor de un millón de familias vulnerables reciben prestaciones del SSI por un valor medio de unos 800 dólares al mes.
Las familias que cuidan a niños con discapacidades (especialmente los hogares con más de uno) afrontan mayores gastos sanitarios, mayores exigencias de tiempo y mayor inseguridad económica que otras familias. En Estados Unidos, un tercio de las familias con niños que reciben SSI ya viven por debajo del umbral de pobreza. Estos programas les ayudan a afrontar necesidades básicas como la alimentación y la vivienda, así como gastos relacionados con la discapacidad, como terapias o reformas en el hogar, que los seguros médicos no cubren. Los recortes de los fanáticos de Trump dificultarán aún más que estas familias puedan sobrevivir.
Al igual que muchas de las otras opciones presupuestarias que han presentado los republicanos fanáticos de MAGA del Congreso, recortar el SSI en miles de millones de dólares es incompatible con las promesas de Trump de proteger a las familias que atraviesan dificultades económicas. Además, los republicanos han propuesto combinar estos recortes perjudiciales con aún más recortes de impuestos para las corporaciones ricas y rentables, trasladando el precio a las familias de clase media y trabajadora mientras que los ricos evitan pagar su parte justa.