Edadismo, la discriminación oculta que asedia a España

09 de Febrero de 2024
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Edadismo_laboral

En las sociedades modernas el edadismo emerge como una forma de discriminación cada vez más evidente, aunque a menudo ignorada. Esta práctica, que implica prejuicios y discriminación contra personas basada en su edad, plantea serios desafíos tanto para los individuos afectados como para la cohesión social en general. A través de un análisis detallado, exploro cómo esta segregación se manifiesta en diferentes esferas de la vida, desde el ámbito laboral, hasta el acceso a servicios de salud y la representación en los medios, desvelando un problema estructural que demanda atención y acción inmediatas.

Según la Fundación Pasqual Maragall, el edadismo (o discriminación por motivos de edad) es el conjunto de estereotipos y prejuicios que presuponen que todas las personas de una determinada edad piensan y se comportan de igual manera o tienen las mismas necesidades o intereses.

El edadismo o la discriminación en el trabajo

El edadismo, definido como la discriminación y estereotipación basada en la edad de una persona, se ha convertido en una preocupante realidad en España y el resto de Europa, afectando a jóvenes y mayores por igual, aunque de maneras distintas. Este fenómeno no solo perpetúa desigualdades, sino que también erosiona el tejido social, limitando las oportunidades y el bienestar de amplios sectores de la población.

En el ámbito laboral, el edadismo se manifiesta de manera alarmante. En España, por ejemplo, los trabajadores mayores de 50 años enfrentan dificultades significativas para encontrar empleo tras ser despedidos, a menudo debido a estereotipos que los etiquetan como menos productivos o adaptables a las nuevas tecnologías. Esto contrasta con la valoración de la experiencia y la sabiduría que, teóricamente, deberían acompañar a la edad. Simultáneamente, los jóvenes también sufren las consecuencias del edadismo, siendo percibidos como inexpertos o faltos de seriedad, lo que les dificulta acceder a oportunidades laborales que correspondan con su nivel de formación y habilidades.

Los protocolos de la vergüenza

En el sector de la salud, el edadismo se traduce en una menor prioridad de tratamiento para los ancianos, bajo la suposición de que tienen menos probabilidades de recuperación o que su calidad de vida es inherentemente menor. Esta discriminación no solo afecta la dignidad de las personas mayores, sino que también contradice el principio de igualdad de acceso a la atención médica. Además, el impacto psicológico del edadismo en la salud mental de los ancianos, como el aislamiento social y la depresión, es un área que requiere mayor atención y recursos.

Podemos encontrar un ejemplo en los protocolos de la vergüenza, cuando el gobierno de la Comunidad de Madrid en 2020, presidido por Isabel Díaz Ayuso, aprobó una norma por la que la derivación de las personas mayores, no eran obligatorios, por lo que murieron por miles en las residencias de ancianos durante la pandemia.

El ‘protocolo de la vergüenza’ era la imposibilidad de que las residencias derivaran a hospitales a personas que lo necesitaban, discriminando por su edad, sexo o grado de incapacidad.

“Hubo una reunión en la que estuvieron el consejero de Sanidad, la presidenta, el consejero de Hacienda, Lasquetty, muy relacionado con la Sanidad, el jefe de gabinete de la presidenta y Burgueño (exdirector regional de hospitales) Debieron tomar alguna serie de decisiones porque al día siguiente medicalizaron las residencias. Yo no sé de dónde partió este protocolo, pero los documentos son reales porque están firmados, sabemos quién lo firmó. Sabemos que informó a sus jefes, a la viceconsejera de Sanidad y al consejero de Sanidad. De dónde partió no lo sé, sería una de las preguntas que haría en una comisión de investigación”, explicó en un libro Alberto Reyero, el consejero de familia en 2020.

La discriminación en los medios de comunicación

La representación en los medios de comunicación también refleja y perpetúa el edadismo. La juventud es frecuentemente idealizada, mientras que las imágenes de personas mayores suelen estar cargadas de estereotipos negativos. Esta representación sesgada contribuye a una cultura que valora menos la vejez, promoviendo actitudes y políticas que marginan a los mayores.

El edadismo en Europa

A nivel europeo, la situación no es muy diferente. La Unión Europea ha reconocido el problema del edadismo, promoviendo políticas para fomentar el envejecimiento activo y la solidaridad entre generaciones. Sin embargo, la implementación efectiva de estas políticas varía significativamente entre los estados miembros, lo que refleja la necesidad de un compromiso más firme y coordinado para combatir el edadismo.

Para abordar el edadismo, es fundamental adoptar un enfoque multifacético. Las políticas públicas deben enfocarse en promover la inclusión de todas las edades en el mercado laboral, asegurar el acceso equitativo a los servicios de salud, y fomentar una representación más diversa y realista en los medios de comunicación. Además, es crucial educar a la población sobre el edadismo y sus consecuencias, desafiando los estereotipos y fomentando una mayor empatía y respeto entre generaciones.

El edadismo representa un desafío significativo para España y Europa, con implicaciones profundas para la cohesión social y el bienestar individual. Combatir este problema requiere no solo un cambio en las políticas públicas y las prácticas institucionales, sino también una transformación en la cultura y las actitudes sociales. Solo a través de un esfuerzo colectivo y sostenido será posible crear sociedades más inclusivas y equitativas para personas de todas las edades.

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