La información, al igual que el porvenir de la filosofía, depende de su capacidad de adaptación progresiva a la modificación de experiencias creadoras en materia sociológica, política y filosófica; sabiduría, análisis, ética, disciplina, coherencia conocimiento, experiencia, verdad, independencia, análisis, reflexión, pensamiento y libertad.
Diario16, en general, sea cual sea su formato de presentación, seguirá siendo el medio de la libertad y la independencia pese a quien pese, y, si es al poder y a la mediocridad a quien le pesa, mucho mejor. Sin duda, seguirá con el vuelo de ciclo en ciclo, a pesar de los vientos en contra que se le opongan, desde la experiencia y el compromiso informativo de la vida real, en el conocimiento de los hechos, desde la comunicación al análisis y desde el análisis a la inteligencia.
¿Qué se está haciendo mal para que la democracia haya dejado de ser una garantía de libertad y de ética..?, y para que en nuestra editorial tengamos que recordar los compromisos del periodismo con la democracia, la ética y la verdad, llamando la atención al poder y al pueblo que lo elige utilizando una dosis de manipulada democracia…
¡Eh.. oiga! ¿Hay alguien? ¿Dónde están esas, esos, eses -Mayúsculas o minúsculas- que no han dicho aún esta boca es mía sobre el futuro incierto de las mujeres en Afganistán? ¿Dónde están los militares españoles que durante casi dos décadas han acompañado a la salida del túnel al pueblo afgano? ¿Dónde las portavozas de ese Ministerio adherido a la Presidencia del Gobierno ¿para? ¿decir un algo sobre el horizonte de crueldad que se cierne sobre aquel lejano, montañoso y polvoriento país? ¿Interesan las mujeres de fuera de nuestro territorio o solo las de Chueca y Lavapiés, las señaladas por la Ministra de igualdad, la alcaldesa Colau o la presidenta madrileña que ha "colau" por la otra acera?
La salida de las milicias, erasmus militares de Occidente, es una gran metáfora de la realidad en la que vivimos. Todo es mentira. El gobierno, este y otros, la oposición, esta y otras… una gran incoherencia social, política y humana. Una gran mentira con la que y de la que sobrevivir los años que Dios o Alá nos den de vida ¿Los ejércitos para que sirven? ¿La OTAN de qué vale? ¿El feminismo populista con cuño universal donde se esconde? Cada cual va a lo suyo en una grosera, falsa y encendida defensa del prójimo. Así se ve Occidente, con el rabo (machista y canijo) entre las piernas. La incivilización se enseñorea frente a una democracia de mentira rehén del márquetin político fundamentado en “espacios de publicidad pública no auditadas pagadas con fondos el sudor del pueblo tanto en España como en el resto de Europa y América.
Ayer se cumplieron 16 años del accidente de un helicóptero Cougar del Ejército español; 17 compatriotas fallecidos. El 26 de mayo de 2003 murieron en accidente de avión, en Turquía, 62 militares españoles que volvían de Afganistán. Se removerán en la eternidad como Odiseo en la Nekyia.
Seres contra seres, humanos contra humanos, por una simple, o no, cuestión de gestos, por una puesta en escena que lleva a los sentimientos excluyendo a la violencia irracional.
Me parece igual de peligroso que, desde la utilización de lo terrible, occidente mancille con su exclusión e intolerancia al pueblo musulmán, como la misma utilización de lo horrible por extremistas islámicos que intenten derribar la libertad de occidente.
EL riesgo de fracturar al mundo, a las civilizaciones, a las culturas, a las religiones. El riesgo de confrontación abierta entre humanos de uno u otro lugar de la tierra, tierra de la nación, libertad. Con las mismas raíces de creación, el mismo origen de entrar y salir del mundo y el mundo nos debe obligar a vencer el “cómplice silencio” de lo terriblemente humano que nos conduce a construir la libertad en una quimera y los sentimientos individuales y colectivos en argumentos con el que justificar un estado de cosas, una manipulación social en la que el terror de las partes impone sus normas a sangre y fuego, convirtiendo la conciencia humana en un ejercicio de supervivencia en el que la crispación y la tensión determinarán hasta los límites insoportables el normal desconocimiento de la vida en general, de la humana, en particular.
En fin. Es lo que hay. Pobre muy pobre panorama.