Rectificar es de sabios y el poder que rectifica merece el respeto de los ciudadanos. No obstante, hay que reconocer cuándo nos equivocamos, si se puede gobernar desde la coherencia de la verdad del socialismo pero pretender escurrir el bulto con promesas vanas por falta de compromiso con la ideología desde la incoherencia del pensamiento de la verdad de la voz humana o intentando salir del paso con un leve maquillaje de las medidas erróneas supone a la postre un engaño y una clara manipulación de la voluntad popular. Esas mentiras suelen salir muy caras. Un autentico insulto a la inteligencia natural y cultural de ciudadanos y ciudadanas, del pueblo en general, del hombre como ser humano en particular..
Lo que el pueblo demanda a sus gobernantes es que se legisle desde la verdad y la coherencia, rechazando los fraudes humanos, vengan de donde vengan. Eso es democracia, justicia y verdad.
La revolución desde la iniciativa popular contra la desigualdad que sufre el pueblo frente a la injusticia social y legal justificaría un cambio de lealtad a los principios democráticos que lo sostienen con el apoyo del poder en la utilización de “cuestiones de Estado” cuando de transparencia real se trata.
El engaño, la manipulación, la mentira. La ambición de poder mantiene los intereses partidistas a favor del poder financiero y jurídico con la colaboración del sistema yel inmovilismo de la Constitución. ¿De verdad todos somos iguales ante la ley y Hacienda? No somos iguales eso no es verdad la Constitución miente por razones de estado, por razones de la monarquía o por razones del capital deshumanizado, cuando los poderes legislativo, ejecutivo y judicial tomara una decisión por “Razones de lo humano, del hombre -pueblo ¿cuando?, nunca jamás porque el “poder los cambia”, ¿a que presidente de gobierno no le ha cambiado el poder?, se acuerdan de esa frase del ultimo presidente socialista anterior al actual la “del poder no me cambiara". La manipulación en favor de un sistema monárquico que se ve favorecido, mientras el pueblo sufre, lo peor, con “guiños, engaños y desengaños”, ¿verdad Ministerio de Hacienda y Gobierno? Habéis permitido la desigualdad con el pueblo incluso desde los propios partidos estatutariamente republicanos. Curiosidades de la vida, un partido republicano sustenta a la Monarquía corrupta, ¿también será este proceder una cuestión de Estado? ¿O de imposición militar?
¿Dónde están los medios libres y republicanos? ¿Cuestión de Estado o cuestión de publicidad?
El sistema que mantiene a nuestra sociedad actual, en tiempos de Covid, o como si fuera de rosas y frutos, es corrupto en sus principios ideológicos. Al pueblo le falta para vivir con un mínimo de igualdad “recibir el timbre de la voz de lo humano”, al socialismo le falta más y más socialismo y a la conciencia y el compromiso social, más verdad.
La voz que escuchamos no es coherente ni con los comportamientos y, peor aún, con los sentimientos de puerta para dentro. La verdad se queda en el zaguán de las conciencias corruptas del propio interés de quienes las pregonan, políticos, escritores, artistas, activistas, periodistas, cantantes, tertulianos, trileros con corbatas de la palabra dicha en cualquier lugar, que más da donde si el lugar interesa para fines personales o egos entre sabanas. En un momento contamos nuestras historias en un medio mantenido por maltratadores, sistemas deshumanizados, y al rato agarramos una pancarta de igualdad, libertad y humanidad, ¡mentira! El pueblo sufre y el pueblo cree, como cree en las vacunas del Covid o en la salvación del mundo, o en lo contrario, ¡mentira!
Para que se elabore una nueva ley de vida deberíamos hipotecar nuestra verdad de por vida a favor de la coherencia de la propia verdad. Esto supondría la evidencia de que el poder popular, la igualdad real con derechos, el socialismo de la voz humana, puede posibilitar el cambio, que aún asumiendo reformas en nuestros pensamientos, conductas e ideologías, así como recorte en nuestro egoísmo, ambición, y miseria resultaría difícil, muy difícil por todo lo terriblemente humano que nos rodea, pero no imposible el poder conseguir impulsar el crecimiento de la verdad sin que los ciudadanos paguen una cuota tan elevada de sufrimiento, desigualdad, injusticia y de pobreza.
Hará falta que el poder se vea abrumado por los “suicidios morales” de ciudadanos y ciudadanas indefenso/as para que se den cuenta de que este no es el camino de un mundo de verdad, respeto y paz. Lamentablemente, la corrupción del pensamiento humano en España, en el mundo, se ha extendido tanto como la mediocridad y la mentira de los que, de una u otra manera, representan a la sociedad al pueblo, un pueblo también responsable desde el momento que eligen y creen en los trileros con corbata de las ideas.
Lamentablemente seguimos, día a día, con la destrucción de las ideologías y del pensamiento de la verdad. Si el pueblo en su ejercicio de voluntad popular no lo remedia, si pudiéndose no se hace nada, el estallido social puede estar a la vuelta de la esquina.