El 8M de este año busca cerrar heridas entre las dos almas del feminismo

07 de Marzo de 2024
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El Ministerio de Igualdad ha llamado a “todas las mujeres” al movimiento, a luchar y llenar las calles este 8M, porque “aún queda mucho por hacer”. “Muévete, con M de mujer, todas las mujeres” es el lema de la campaña por el Día Internacional de la Mujer, ha anunciado la ministra Ana Redondo. De esta manera, el Gobierno trata de recuperar una unidad perdida tras años de división en el seno del propio feminismo. El ala clásica socialista y el ala podemita, transgenerista y queer, han mantenido serias dispuestas y controversias a cuenta de una ley trans que supuso una enorme fractura. Hoy se tratará de cerrar esa herida, aunque es más que probable que no haya unidad. Y si la hay, será solo de cara a la galería.

“Todavía queda mucho por hacer, por eso tenemos que movernos en esa dirección democrática de la igualdad, de superar las brechas que nos separan, que nos dividen. (…) Necesitamos muchas campañas, que el 8M sea todos los días del año y que esta sociedad se mueva también por la igualdad”, aseguró Redondo en rueda de prensa. La titular de Igualdad ha defendido que la campaña “va al corazón de las mujeres y de los hombres feministas”, a quienes ha pedido “llenar las calles y las plazas” este viernes, 8M.

Por su parte, la secretaria de Estado de Igualdad y para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, Aina Calvo, ha explicado que la campaña institucional es “integradora” y “optimista” y gira en torno a la letra M: M de mujeres, de movimiento, de muchas, de mejor, de memoria, de migrantes, de maternidad libremente decidida, de mundo, de mejor, de mañana, de más y de marzo. “Es un mensaje positivo, de empoderamiento, de mirar el presente en el que hemos logrado muchos avances, y de continuar proponiendo seguir ensanchando esos avances en el futuro”, sostuvo Calvo.

El equipo de Igualdad ha precisado que se trata de una campaña modesta, en la que sólo se han podido invertir 15.000 euros por haberla tenido que cerrar en diciembre, fecha en la que el nuevo gabinete se estaba conformando. Con ella se pretende aunar en ella un mensaje reivindicativo y también integrador que anime a todas y todos a seguir trabajando por la igualdad entre mujeres y hombres. De esta manera, desde el Gobierno se trata de mantener la imagen de feminista que han sostenido estos años. Un Gobierno feminista que lucha por la igualdad desde distintos ámbitos, muy transversal, donde todos trabajan para sacar adelante el paquete de medidas”. ¿Propaganda, realidad de la situación por la que atraviesa el movimiento?

Todo ello en un contexto especialmente diabólico para la causa de la mujer, ya que la extrema derecha sigue recortando derechos en toda Europa. La noticia de que Francia ha blindado el aborto en su Constitución, como primer país de la historia en hacerlo, es, sin duda, un grandísimo paso adelante, pero a nadie se le escapa que Francia es solo un oasis puntual. En todos los países de la UE se están dando retrocesos preocupantes. Incluso aquí, en España, resulta impensable que se adopte una iniciativa parlamentaria como la francesa para blindar el derecho la aborto en la Carta Magna. El PP, contagiado por las ideas de Vox, no está por la labor de consensos. Siempre fue así. Se opusieron al divorcio, a la ley del aborto y al matrimonio homosexual pese a que ellos, las gentes de la derecha, siempre acaban beneficiándose de cada avance social. En ese escenario reaccionario, la Coordinadora Feminista de València saldrá a la calle para exigir que no se dé “ni un paso atrás” por los derechos de las mujeres, entre otras reivindicaciones y, con un “grito unitario”, reclamar a las administraciones públicas, las instituciones y la sociedad “el reconocimiento de la violencia de género y machista”.

Este 8M no debemos olvidarnos, además, de reclamar la protección y atención a las víctimas de violencia sexual, especialmente en los casos de abuso sexual infantil. Los colectivos participantes consideran que la coeducación y educación afectiva sexual han de ser una realidad, y que urge desterrar los estereotipos de género. En esa línea, la pobreza debe dejar de tener rostro de mujer, se debe garantizar a todas las mujeres una vida digna sin brechas de género, así como una legislación abolicionista de la prostitución, la pornografía y la explotación reproductiva para avanzar en los derechos humanos de la mujer.

Ante un mundo en guerra, ante las invasiones como la de Ucrania y el genocidio de Gaza, las mujeres españolas dicen basta y exigen la paz y la protección de las palestinas. Cándida Barroso, una de las portavoces del Movimiento Feminista de València, tras recordar que el 8 de marzo “deben ser todos los días”, ha asegurado a Efe que esperan que sea una manifestación multitudinaria y “muy bien respondida por toda la ciudadanía” porque lo que exigen o denuncian son “cuestiones que ya están pasando”. Así, se ha referido a aspectos como los derechos sexuales y reproductivos y ha dicho que aquí “se nos está cuestionando permanentemente según quien gobierna” y se ha referido a la concentración celebrada a principios de febrero en Alicante porque el Ayuntamiento quiere poner una oficina para disuadir a las mujeres que interrumpen el embarazo, “como si fuésemos todas deficientes mentales”.

También ha hecho referencia a que en un hospital de Castellón estaba prevista la Casa de partos y el actual Consell ha dicho “que eso no es importante, que las mujeres puedan parir con una atención humanizada y personalizada en la sanidad pública”.

También se reclama la abolición de la ley de extranjería que, afirma, “persigue y reprime las personas en situación administrativa irregular” y recuerda que se han dado “varios casos de mujeres migrantes que han ido a denunciar violencias machistas y se les han abierto órdenes de expulsión”. Se reclaman además derechos fundamentales para las mujeres prostituidas y que se trabaje con ellas, denuncian la “ofensiva de la ultraderecha contra el movimiento feminista para tratar de hacerlo retroceder”, y critican los “intentos de institucionalización del feminismo para diluir las reivindicaciones.

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