Habrá referéndum de autodeterminación en Cataluña

07 de Noviembre de 2023
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Sanchez Autodeterminacion

Los eufemismos en política son muy peligrosos por varias razones pero, fundamentalmente, porque son utilizados para encubrir, ocultar o rebajar el impacto real de medidas impopulares. Eso es lo que está ocurriendo, en algunos aspectos, con las negociaciones y lo pactos que está firmando el Partido Socialista con otras formaciones para que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno.

Uno de los elementos sobre el que más se está analizando, debatiendo y, sobre todo, que más reacciones está generando, tanto a favor como en contra, es el modelo de resolución del conflicto político en Cataluña que se está pactando y que se iniciará con la concesión de una amnistía tan plagada de dudas legales y constitucionales que ha generado una división jurídica ignota desde la instauración de la democracia.

En Cataluña existe un conflicto político, de eso no hay duda, que el gobierno de Mariano Rajoy debió solucionar desde la política. Como no se hizo, esto derivó en un enfrentamiento directo entre las instituciones y asociaciones catalanas contra el Estado, lo que derivó en la comisión de una serie de presuntos delitos incluidos en el Código Penal y que, desde luego, no tenían «intencionalidad política» porque en España no hay legislación contra el pluralismo ni la ideología política, como sí la había en el franquismo. La posterior judicialización del procés es la consecuencia, precisamente, del incumplimiento de leyes que están en todos los ordenamientos jurídicos de los países occidentales.

El procés despertó al nacionalismo español que suele mirar con desprecio todo lo que venga de Cataluña. Existe un anticatalanismo muy profundo en el resto de España y eso no lo va a solucionar ni Pedro Sánchez ni el Papa Francisco ni el que quiera venir a gobernar después.

Ese nacionalismo español no entiende de partidos ni de ideologías concretas. Es cierto que es más pronunciado en el PP o en Vox que en los partidos de izquierda. Sin embargo, ese nacionalismo, ese hacer suyo el sentimiento de patria mezclado con el anticatalanismo es una de las razones por las que se ha incrementado la crispación.

El uso de eufemismos en algunos puntos de los acuerdos alcanzados entre el partido de Pedro Sánchez y las formaciones soberanistas catalanas muestra, eso sí, el camino más que probable en el que terminará el viaje que ha iniciado el actual secretario general del PSOE: la convocatoria de un referéndum de autodeterminación.

El acuerdo firmado entre los socialistas y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en lo referente a la evolución del proceso político, está plagado de eufemismos que dan a entender que el final acordado no es otro que el referéndum de autodeterminación, algo que es absolutamente ilegal, inconstitucional y que, para que se diera, independientemente de la forma que se elija, precisará de dos tercios del Parlamento, cosa que Sánchez no tiene.

El acuerdo hecho público por PSOE y ERC afirma que «ambas partes consideran imprescindible seguir avanzando a través de la negociación, dar continuidad a los acuerdos de la primera fase y abordar las causas, las consecuencias y las vías para encontrar una solución al conflicto político que represente a la voluntad amplia, transversal y mayoritaria de la ciudadanía de Catalunya democráticamente expresada».

El Punto 3 del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez con Esquerra señala que tanto el PSOE como ERC se comprometen a «ratificar e impulsar el diálogo institucional entre gobiernos sobre el futuro político de Catalunya mediante el diálogo político e institucional a través la Mesa de Diálogo, Negociación y Acuerdo que, una vez consolidada la desjudicialización a través de la ley de amnistía, pasará a una fase de planteamiento, análisis y diálogo sobre propuestas políticas en esta materia, que debe avanzar a un ritmo constante y satisfactorio para ambas partes, incluyendo reuniones periódicas para abordar todas las propuestas y trabajar sobre mecanismos que posibiliten su viabilidad. También debe abordar el debate sobre el modo en que los acuerdos a los que se pueda llegar sobre el marco político de Cataluña puedan ser refrendados por el pueblo catalán».

Sin embargo, el mayor eufemismo fue el utilizado por la propia ERC en la consulta a sus bases sobre el acuerdo con el PSOE, en la que, directamente, se hablaba de «abrir la fase resolutiva» del conflicto.

Precisamente, han sido los líderes republicanos los que han hecho público lo que el PSOE de Pedro Sánchez se supiera hasta después de la investidura. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, afirmó que el pacto era «una gran victoria», pero no el punto final. «Una vez lograda la amnistía es hora de avanzar en la autodeterminación, es hora de avanzar hacia el referéndum. El conflicto se cerrará con democracia y reconociendo los derechos nacionales de Cataluña», continuó.

En consecuencia, lo que ha quedado claro, y en espera al contenido de las negociaciones entre el PSOE y Junts, queda demostrado que la realidad escondida tras los eufemismos es que habrá un referéndum de autodeterminación para Cataluña como final a la fase resolutiva del conflicto. El problema que tiene Sánchez es que, a día de hoy, eso sería ilegal.

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