El episodio del gag de la Virgen del Rocío en TV3 ha marcado nuevos récords de oportunismo electoral, fariseísmo, victimismo, violencia de palabra y confusión generalizada de la gimnasia con la magnesia.
La realidad es mucho más sencilla. Aquí el que se está discutiendo son dos principios: quién puede decidir qué es una ofensa y quien puede ofender. Y la respuesta es clara: la capacidad de decidir qué es una ofensa la tiene quién dispone de los altavoces más grandes, y la capacidad de ofender corresponde a la mayoría. La minoría, pobre de ella, que ofenda nadie.
La polémica por el gag, que se emitió con la Virgen del Rocío como protagonista, continúa abierta. La Fundación Española de Abogados Cristianos ha presentado una denuncia a los juzgados de Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat) contra Toni Soler y Jair Domínguez, presentadores de “Está Pasando”, y la colaboradora Judit Martín por el gag paródico que se pudo ver en la última emisión del programa de TV3.
El pasado martes el espacio Humorada emitió en la sección Entrevista improvisada, un segmento del programa en que la humorista Judit Martín se transforma en un personaje popular elegido al azar por una ruleta y es entrevistada por Toni Soler. En esta ocasión, en la ruleta salió la Virgen del Rocío y Judit Martín apareció disfrazada como tal y aguantando un niño que hacía de Jesús. Se considera que en la emisión de este gag tanto la humorista como los presentadores habrían incurrido en un delito de escarnio.
También ha manifestado su disgusto la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), que agrupa los obispos de las diócesis catalanas. En un comunicado hecho público, los obispos argumentan que el gag hiere la sensibilidad de muchas personas y en particular la de los creyentes que, bajo esta advocación de la Virgen del Rocío, guardan su fe y sus tradiciones religiosas.
El gag ha provocado el enojo de la Junta de Andalucía, que, además de acusar el programa de "andalusofòbia", ha asegurado que llevará el caso a la Federación de Organismos o Entidades de Radio y Televisión Autonómicos (FUERTE). Con esta queja formal, el gobierno andaluz quiere reclamar que "se tomen medidas para evitar que se produzcan este tipo de ataques y afrentas" (?)
Y, después, está la cuestión de la ofensa a los sentimientos religiosos. Personalmente, como cristiano me ofende ver cada Semana Santa el espectáculo de los legionarios despitregados, derramando su masculinidad y desfilando con un Santo Cristo mientras gritan vivas a la muerte. Me ofende que el país donde pago mis impuestos organice este secuestro, proveniente del nacionalcatolicismo franquista y del espíritu de la España de la Contrarreforma.
En declaraciones a la televisión de Andalucía, el consejero de Presidencia andaluz, Antonio Sanz, afirmó que el gag era un "ataque" y acusó la Generalitat de "dividir". "Desde el gobierno andaluz exigimos disculpas y que no vuelvan a pasar estos ataques, de entrada, porque en Cataluña hay una gran devoción por la Virgen del Rocío y también porque los andaluces han dado muestras de sacrificio, esfuerzo y trabajo para hacer una Cataluña grande".
La Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Cataluña (FECAC), ha pedido al Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) que exija en TV3 la restitución del honor de la Virgen del Rocío y unas disculpas públicas." La entidad considera que el gag era de mal gusto y merece una repulsa. También ha presentado una queja al CAC Valientes. La presidenta del partido y candidata a la alcaldía de Barcelona, Eva Parera, argumenta que una TV pública, pagada por el conjunto de la sociedad, no puede ir contra buena parte de aquellos que la financian".
No quisiera terminar sin hacer referencia al gran artículo del periodista, Antoni Bassas, y del que he extraído algunos comentarios como el siguiente; En un ya lejano 1988, TVE emitió un gag de Gurruchaga y Los Juglares en los que recibieron de golpe el Barça, Jordi Pujol, el catalán y la Moreneta. Un editorial del País titulaba: “Ironía, sarcasmo y beatería”. Decía que uno de los rasgos característicos de las democracias consolidadas y las sociedades maduras es la tolerancia con las expresiones ajenas, por raras o inadecuadas, que a uno le puedan parecer.
Hay que tener cuidado con los símbolos que otros estiman, pero a un cristiano adulto también hay que invitarlo a ir al fondo de los mismos, y a entender que a su fe la insulta más la exclusión social, el odio al diferente o usar el nombre de Dios o de la Virgen en vano, que no un gag televisivo. Y si este cristiano continúa dolido, recuerde que en el padrenuestro encontrará la verdad: “Y perdonéis nuestras culpas, así como nosotros perdonamos nuestros deudores.
Solo me resta formular una pregunta: ¿Hubiera sido igual el escándalo de no encontrarnos en época preelectoral?