El "no" de Junts es lo normal y, además, es lógico

31 de Enero de 2024
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Congreso_de_los_diputados,_Madrid_España

La noche del martes, día en el que el "no" de Junts "tiró por la borda" la propuesta de ley de amnistía, contemplábamos atónitos en casa las tertulias de esos afanados periodistas-analistas. Una cosa es que cada cual tenga su opinión, pero otra es la falta de criterio y rigor que campa a sus anchas, generando una desconexión brutal entre la realidad y la supuesta realidad. Y hablo fundamentalmente de los telespectadores que, lógicamente, tienen otras muchas cosas que hacer en vez de dedicarse a analizar sesudamente los documentos y comparecencias de los distintos líderes políticos para entender lo que está sucediendo. Y es que, para eso, efectivamente, ya están -o deberían- los "analistas".

Me chocó especialmente una tertuliana de TVE 24horas, que se refería a la decisión de los de Puigdemont como "carente de toda lógica", "sinsentido". Y referenciaba este tipo de comportamientos a los de Puigdemont, alguien a quien pintaba como si fuera una persona caprichosa, que toma las decisiones al albur de su ego y su interés. Tampoco hubo nadie en la mesa que tratase de analizar las cosas por su contenido, desde una perspectiva tecnico-jurídica, sociológica, contextualizando un poquito las circunstancias y el recorrido de una ley tan importante. Nada… Básicamente el resumen de lo que ayer sucedió en esa comisión parlamentaria que tiraba para atrás la propuesta legislativa, podría resumirse, basándonos en los criterios de los "analistas" en que Puigdemont es, cuando menos, un dictador, que impone su criterio para salvarse sus posaderas, y que ayer básicamente estaba presionando al gobierno para quererle llevar a una situación inconstitucional, por su ego y porque necesita llamar la atención.

Claro, visto así, es imposible entender nada. Como le pasa a la buena mayoría de la buena gente que intenta informarse siguiendo este tipo de tertulias, y en general, la mayoría de los medios de comunicación que llevan buena culpa del tinglado que tenemos montado. No informar con veracidad y rigor tiene después consecuencias desastrosas. A la vista está.

Desde la lógica simplista de quienes trazan esas ecuaciones que acabo de describir, habrá quien piense que lo contrario a eso sería decir que Puigdemont "mea colonia", que todo lo que hace está bien hecho y punto. Y no, tampoco espero eso de nadie, porque sería igualmente falaz y carente de sentido.

Lo que yo esperaría de algún "tertuliano" es que se dedique a analizar la decisión que se tomó ayer y su por qué, así como sus consecuencias.

No es tan complicado darse cuenta, basándonos únicamente en los hechos que han acontecido recientemente, de que hay algún juez que pareciera estar queriendo influir en la política legislativa. Y que mientras se redacta una ley que viene, en realidad, a poner parches al absoluto desmadre judicial, político, mediático y de las fuerzas del orden dirigidas por políticos cegados, los tiempos son fundamentales.

Justo cuando se está tramitando esta ley aparecen de nuevo los espías rusos, los diez mil soldados, Cipollino, y el terrorismo. No me dirá usted que los tiempos judiciales no son curiosos. Hasta el propio gobierno, liderado por el PSOE, ha señalado la notable casualidad.

El PP sigue en las suyas, es decir, considerar que las cosas son justas cuando a ellos les conviene, y todo lo demás, terriblemente atroz, terrorismo y barbarie. Y de esta manera, no se dan cuenta, de que terminan por faltar el respeto de manera profunda y grave a las personas que sí han sufrido terrorismo, ese que está definido por las normas internacionales y no por lo que al PP le parezca. Porque, como bien ha señalado el director de Amnistía Internacional, eso del Tsunami de terrorismo no tiene nada. Y lo de los CDR, pues tampoco.

A los que defendemos la paz, el diálogo, la democracia, nos resulta desagradable este manoseo de conceptos tan serios. Esta banalización, al fin y al cabo, de lo que es la violencia, el terror, la extorsión y los delitos gravísimos que atentan contra lo más sagrado, que es la vida, la existencia y la libertad. Por eso, es importante no hacerse trampas y mucho menos cuando de una democracia en la que debemos convivir todos se trata.

La decisión del bloqueo de ayer no tira por tierra el proyecto de la ley de amnistía. Sencillamente hace ganar tiempo, tal y como está haciendo algún juez que ha decidido prorrogar una investigación durante seis meses más, porque.... vaya usted a saber. De la misma manera que el PP ha modificado el reglamento del Senado, donde tiene mayoría, para tratar también de extender los plazos de debate sobre la ley de amnistía. Por lo mismo: prolongar esto todo lo que se pueda está siendo la estrategia de todas las partes. Por eso no tiene sentido en realidad el teatro del PSOE, de dar la sensación de que se echa las manos a la cabeza y gritan "qué sorpresa". No me lo creo.

Es más, me inclino a pensar que hasta marzo no habrá propuesta de ley de amnistía que provenga del Congreso. Y me inclino a pensarlo no porque mire al cielo a ver qué dicen las nubes, sino porque escucho con atención lo que se ha venido diciendo hasta ahora, y todo parece cumplirse. En la entrevista que le hice al Secretario General de Junts, justo hace dos semanas, cuando este proyecto de ley pasaba su primera criba, él mismo ya me dijo que esperaba que la propuesta legislativa saliera adelante en marzo. Y no era la primera vez que lo escuchaba por parte de los de Junts. Por lo que se ve, una vez más, hay una agenda y se está cumpliendo. Con todos los aspavientos que se quiera, pero de manera lógica y razonada.

Quien diga que Puigdemont actúa de manera ilógica y sin sentido, será que no ha querido leer sus palabras, donde explicaba detalladamente que esta propuesta adolecía de tantos agujeros que era realmente imposible no tener el temor de que con este tipo de ocurrencias judiciales que estamos viendo, intentasen hacer pasar lo que fuera por cualquiera de las brechas. Y lo inteligente, estando el panorama como está, es tratar de presentar una ley que sea lo más firme posible, con las posibilidades mínimas para que se pueda retorcer y quede sin vigencia.

Dicho de otro modo: abordar una ley de amnistía significa, como decía antes, tener que hacer un gran parche como resolución de un conflicto creado a base de destrozar la ley, su interpretación y su cumplimiento. No es sencillo. Pero si haces un parche, si haces un remiendo, has de asegurarte de que lo haces bien, porque si no, además de no servir para nada, es muy probable que se rompa todo mucho más. Esto lo saben bien las costureras.

Ganar tiempo es necesario porque cada día que pasa queda más en evidencia el modus operandi de todos. Y esta tarde hay quien tiene una reunión en Bruselas para hablar sobre la reforma del CGPJ, esa que el PP se ha negado a llevar a cabo desde hace más de cinco años, incumpliendo así la Constitución. Por eso será interesante ver qué ocurre allí y cómo el PP va quedando retratado después de haber hecho tanto ruido en Europa.

De la misma manera que para la comunidad internacional será interesante continuar viendo el proceso judicial sobre terrorismo, sobre todo ahora que estamos viendo lo que ocurre en Oriente medio y el concepto queda bastante claro.

Queda tiempo ahora para que el texto vuelva al punto de partida de hace dos semanas, lo que supondrá un tiempo de entre dos semanas y un mes. Habrá nuevo debate, habrá nueva votación y, cuando se consiga llegar a un acuerdo, tendrá que ir al Senado, donde resultado será evidentemente negativo. Después, regresará al Congreso para ser finalmente cerrada.

Por lo tanto, lo que ayer ocurrió no sólo era previsible, sino que es lógico y además, atendiendo a las circunstancias, será necesario. Por cierto, cabe también recordar que estos días pasados, los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad de algunas organizaciones policiales protestaban ante Marlaska porque no se les había incluido en la redacción de los casos amnistiables por el procés catalán. Los mismos que protestaban por la puesta en marcha de la ley de amnistía un mes antes.

Sirva como muestra de que dejar pasar el tiempo nos ofrece posturas interesantes.

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