En las últimas semanas, los trabajadores del todo el sector financiero han iniciado un conflicto laboral en el que reclaman, entre otras cosas, que sus salarios tengan unas subidas acordes al incremento espectacular de los beneficios netos comunicados por las entidades.
Hay un hecho evidente. Son los empleados los únicos y verdaderos responsables de que se alcancen ese nivel récord de ganancias, no los altos directivos ni, por supuesto, los grandes accionistas. Sin embargo, éstos los que sí perciben incrementos económicos en sus remuneraciones, mientras los trabajadores sufren unas condiciones absolutamente precarias en todos los ámbitos.
Banco Santander es el que se lleva la palma. Tal y como hemos publicado en Diario16 en diferentes ocasiones, las denuncias son constantes tanto en el nivel salarial como en unas condiciones de trabajo absolutamente tóxicas. No en vano, según afirman los empleados, se están llegando a modificar los objetivos para evitar el pago de buena parte del salario variable.
En medio del conflicto, se ha conocido a través de los informes de remuneraciones de la cúpula del banco que Ana Patricia Botín ganó en 2023 12,2 millones de euros, un 4,3% más que en 2022.
Hay que recordar que el año pasado la plantilla de Banco Santander entró en conflicto porque la entidad se negaba a aplicar una subida salarial que había sido pactada.
A este respecto, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afirmó en enero de 2023, durante una concentración de trabajadores en la sede de la entidad, que «Banco Santander encarna la posición más dura, más reaccionaria, del empresariado español contra el reparto de los beneficios de la riqueza que se está generando en nuestro país. Sé que es una reivindicación de los trabajadores del banco, pero también nos ayuda a poner de manifiesto hasta qué punto la patronal española está manteniendo una posición usurera, una posición de no repartir la riqueza que se está generando en nuestro país […] hay un banco, el Santander que, con un acuerdo sindical de aumento de salarios, es el único del sector financiero que, además, en vez de repercutirlo a los trabajadores y trabajadoras, lo que hacen es impedir que eso llegue absorbiendo ese aumento salarial que tenían que tener. Por eso creo que hay que denunciarlos, hay que reprochar públicamente la actitud que tienen y, sobre todo, hay que exigirles que, por lo menos, repercutan un 4,5% a la plantilla, que es lo que estamos reclamando».
Recompra de acciones
Por otro lado, el salario de Ana Patricia Botín no es lo único con lo que Banco Santander indigna a sus trabajadores, porque la entidad ha hecho otro anuncio que resulta insultante en la situación actual.
Mientras el conflicto está activo, el banco presidido por Ana Patricia Botín ha obtenido las aprobaciones regulatorias para gastarse 1.500 millones de euros en recompra de acciones que se lanzó el pasado martes.
Además, se va a aumentar en un 50% el valor del dividendo que el Santander va a pagar a sus accionistas, es decir, 17,60 céntimos de euros por acción. Es decir, que Ana Patricia Botín, quien según los datos del propio Santander, cuenta con 32,62 millones de acciones, se va a embolsar 5,74 millones de euros sólo por dividendos. En conjunto, la familia Botín se llevará de dividendos 33,02 millones de euros. Si nos vamos a los principales accionistas las cifras se disparan.
Mientras tanto, los trabajadores se ven obligados a iniciar un conflicto laboral para que les sea reconocido su trabajo con unas subidas salariales en función de los beneficios netos obtenidos.
Conflicto de banca
Ayer, más de 3.500 empleados del sector financiero salieron a la calle para exigir a las entidades del sector financiero incrementos salariales acordes con los beneficios del sector y medidas de calado que mejoren un clima laboral cada vez más insostenible.
Beneficios históricos, subidas salariales para presidentes y miembros de los Consejos de Administración y magníficos dividendos para los correspondientes accionariados contrastan con la paralización de los convenios colectivos que regulan las condiciones de trabajo de las personas que trabajan en el sector financiero.
Según indican los sindicatos UGT, CCOO y FINE, las patronales bancarias están ofreciendo subidas salariales por debajo del IPC muy alejadas de los beneficios obtenidos por las entidades. Por otra parte, proponen empeorar aún más las condiciones de un sector marcado por un clima laboral insostenible eliminando beneficios como la ayuda de estudios o aumentando la movilidad geográfica, entre otras cuestiones.