Extrema derecha vs. ultraderecha: una amenaza para la democracia y los derechos humanos

Analizando las diferencias y el impacto de estos movimientos en la sociedad

03 de Julio de 2024
Actualizado a las 8:09h
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Manifestación ultra en Madrid

En el panorama político contemporáneo, los términos "extrema derecha" y "ultraderecha" se utilizan con frecuencia, a menudo de manera intercambiable. Sin embargo, existen diferencias sutiles pero significativas entre ambos conceptos. El primer concepto abarca un amplio espectro de ideologías conservadoras y nacionalistas, que se sitúan más allá de la derecha tradicional. La ultraderecha, por otro lado, representa la facción más radical y violenta de este espectro, con una agenda abiertamente fascista, xenófoba y autoritaria. Este análisis se centra en cómo ambos movimientos impactan negativamente en la sociedad, especialmente en grupos vulnerables como migrantes, personas LGTBI+, personas con discapacidad y defensores del medio ambiente y la igualdad de género.

Definiciones y diferencias

La extrema derecha incluye movimientos políticos que defienden una visión nacionalista exacerbada, la preservación de valores tradicionales y la oposición a la inmigración y el multiculturalismo. Estos movimientos suelen operar dentro del sistema democrático, aunque buscan cambiarlo desde adentro para restringir ciertos derechos y libertades. Ejemplos de partidos de extrema derecha en Europa incluyen el Frente Nacional en Francia y Alternativa para Alemania (AfD) y Vox en España.

La ultraderecha, en cambio, es más radical y rechaza abiertamente los principios democráticos, promoviendo ideologías fascistas y neonazis. Estos grupos no dudan en utilizar la violencia para lograr sus objetivos. Los grupúsculos principales de la ultraderecha incluyen movimientos como el Ku Klux Klan en Estados Unidos y los partidos neonazis en Europa, como el Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD).

Grupos Incel

Los incels, o célibes involuntarios, son miembros de una subcultura, que se comunica a través de Telegram y otros canales en redes sociales. Su ideario machista y misógino, se centra en la frustración sexual y romántica, culpando a las mujeres y a la sociedad por sus fracasos en sus relaciones personales. Aunque la mayoría de los incels no son violentos, una minoría radical ha llevado a cabo ataques terroristas.

Impacto en la sociedad democrática

Ambos movimientos son perjudiciales para la sociedad democrática porque socavan los principios de igualdad, justicia y derechos humanos. La extrema derecha, aunque menos violenta que la ultraderecha, busca restringir los derechos de ciertos grupos, lo que debilita la cohesión social y fomenta la discriminación. Con su retórica de odio y su disposición a la violencia, amenaza directamente la estabilidad y seguridad de las sociedades democráticas.

La ultraderecha en España

En España, como en muchos otros países, existen grupos identitarios, racistas y ultras que promueven ideologías basadas en la supremacía de ciertas identidades culturales, étnicas o nacionales sobre otras. Estos grupos pueden variar en tamaño, influencia y visibilidad, pero comparten la característica común de oponerse a la multiculturalidad, la inmigración y, en muchos casos, promover discursos xenófobos y racistas.

Los grupos ultras e identitarios en España suelen estar vinculados con la extrema derecha y, en ocasiones, con el hooliganismo futbolístico, donde expresan su ideología a través de violencia en eventos deportivos o manifestaciones. Estos grupos pueden también involucrarse en campañas políticas, manifestaciones públicas y la difusión de su mensaje a través de las redes sociales y otros medios digitales.

En los últimos años, se ha observado un repunte en la actividad de estos grupos, aprovechando el crecimiento de movimientos populistas y de extrema derecha a nivel global. Han sabido utilizar las crisis económicas, el desempleo y los problemas sociales para sembrar división y promover su agenda antiinmigración y anti musulmana, entre otras.

Ejemplos de estos grupos en España

Incluyen a partidos y organizaciones como Vox, un partido político de derecha que ha ganado relevancia y escaños en el Parlamento español y en varios parlamentos autonómicos con un discurso fuertemente nacionalista y una postura crítica hacia la inmigración. Aunque Vox no se identifica abiertamente como un grupo ultra o identitario, algunos de sus mensajes y políticas han resonado en estos círculos.

Además de los partidos políticos, existen grupos más marginales pero explícitamente identitarios y racistas, como Hogar Social Madrid, que se ha conocido por ocupar edificios en desuso para ofrecer asistencia exclusivamente a españoles necesitados, excluyendo a inmigrantes y promoviendo un mensaje xenófobo.

La actividad de estos grupos en España no está exenta de controversia y oposición. Manifestaciones y actos organizados por estos colectivos suelen enfrentarse a contramanifestaciones de grupos antifascistas y plataformas que promueven la diversidad y la inclusión. El gobierno español y las fuerzas de seguridad, por su parte, mantienen un seguimiento de estas organizaciones para prevenir la violencia y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.

Los aceleracionistas y la filosofía de la ultraderecha

Los aceleracionistas de ultraderecha creen en la aceleración de la caída de la sociedad para reconstruirla según su ideología. Este pensamiento se basa en la creencia de que el colapso del orden social actual es inevitable y necesario para la creación de una nueva estructura social que refleje sus ideales nacionalistas, etnonacionalistas o fascistas. Un ejemplo notorio de violencia aceleracionista es el atentado de Christchurch, Nueva Zelanda, en marzo de 2019, donde un atacante asesinó a 51 personas en dos mezquitas. El terrorista, Brenton Tarrant, publicó un manifiesto en redes sociales titulado “El gran reemplazo”, que reflejaba la retórica aceleracionista y la teoría conspirativa del reemplazo poblacional promovida por la extrema derecha.

Grupos vulnerables y el impacto negativo

La retórica antiinmigrante es un pilar central tanto de la extrema derecha como de la ultraderecha. Estos movimientos promueven políticas restrictivas que buscan limitar la inmigración y, en muchos casos, deportar a inmigrantes establecidos. Esta hostilidad no solo afecta a los migrantes económicamente, sino que también crea un ambiente de miedo y exclusión. Los ataques físicos y verbales contra inmigrantes han aumentado en países donde estos movimientos tienen influencia significativa, como en Alemania y Francia.

Personas LGTBI+

Los derechos de las personas LGTBI+ están constantemente bajo ataque por parte de la extrema derecha y la ultraderecha. Estos movimientos consideran las identidades y orientaciones sexuales no normativas como una amenaza a los valores tradicionales. En consecuencia, promueven legislaciones discriminatorias y fomentan la violencia contra la comunidad LGTBI+. Esta hostilidad no solo niega los derechos básicos de estas personas, sino que también contribuye a un clima de odio y violencia.

Personas con Discapacidad

La extrema derecha y la ultraderecha tienden a ver a las personas con discapacidad a través de una lente utilitaria, donde el valor de un individuo se mide por su productividad económica. Esta visión deshumanizadora conduce a políticas que desatienden las necesidades de las personas con discapacidad y a una falta de apoyo social adecuado. Además, los recortes en los programas de bienestar promovidos por estos movimientos agravan la marginalización y pobreza de estas personas.

Negacionistas del cambio climático

La negación del cambio climático es otro rasgo común de estos movimientos. Al rechazar la evidencia científica y las políticas ambientales progresistas, la extrema derecha y la ultraderecha retrasan la acción necesaria para combatir el cambio climático. Esto no solo afecta al medio ambiente, sino que también tiene consecuencias devastadoras para las comunidades más vulnerables, que son las primeras en sufrir los efectos del cambio climático.

Violencia de género

La negación del terrorismo machista y la violencia de género es especialmente peligrosa. Estos movimientos a menudo trivializan o niegan la existencia de la violencia de género, obstaculizando las políticas y programas diseñados para proteger a las mujeres y a las víctimas de violencia doméstica. La minimización de este problema perpetúa la violencia y pone en peligro la vida de innumerables personas.

Agenda 2030

La extrema derecha y la ultraderecha también se oponen vehementemente a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan global de la ONU que busca erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. Estos movimientos ven la Agenda 2030 como una amenaza a la soberanía nacional y promueven teorías de conspiración que la pintan como un intento de establecer un gobierno global autoritario. Al resistir la implementación de estos objetivos, dificultan los esfuerzos globales por un desarrollo sostenible y justo.

La extrema derecha y la ultraderecha representan una amenaza significativa para la sociedad democrática y los derechos humanos. Su retórica y políticas excluyentes y discriminatorias tienen un impacto profundamente negativo en migrantes, personas LGTBI+, personas con discapacidad, y aquellos que luchan por el reconocimiento del cambio climático y la igualdad de género. Para proteger nuestra democracia y los derechos de todos los individuos, es esencial comprender estas diferencias y tomar medidas activas para combatir la influencia de estos movimientos en la sociedad. La unidad, la educación y la legislación son herramientas cruciales en esta lucha contra la intolerancia y la injusticia.

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