El documento que demuestra que los fanáticos de Trump pretenden derogar la atención sanitaria para regalar más dinero a los millonarios

Un documento al que ha tenido acceso Diario16+ muestra cómo los republicanos de MAGA quieren recortar aún más Medicaid para que las rebajas impositivas a los ultrarricos sean aún mayores

17 de Junio de 2025
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Trump poder judicial
Donald Trump, en el Despacho Oval | Foto: The White House

El pasado 9 junio de 2025, una carta del Caucus por la Libertad del Congreso de los Estados Unidos dirigida a los senadores republicanos puso al descubierto una demanda que podría redefinir el alcance de la atención sanitaria pública en Estados Unidos. Diario16+ ha tenido acceso a ese documento. Los firmantes del grupo ultraconservador instan a que la versión final del proyecto de ley de reconciliación fiscal (apodado por sus críticos como la “Gran y Hermosa Traición”) incluya recortes aún más severos a Medicaid, el programa que brinda cobertura médica a millones de hogares de bajos ingresos, ancianos y personas con discapacidad.

De acuerdo con estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), esta legislación ya aprobada en la Cámara implicaría que 16 millones de estadounidenses se quedan sin seguro, de los cuales cerca de 8 millones perderían únicamente la protección de Medicaid.

En realidad, el plan de reconciliación busca consolidar la financiación de amplias exenciones tributarias para contribuyentes de altos ingresos y grandes corporaciones con recortes a programas sociales. Casualmente, los beneficiarios de esas exenciones fiscales son los grandes donantes de Donald Trump.

Al proponer la reducción gradual de la expansión de Medicaid aprobada con la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, la disminución de las tasas de reembolso a los proveedores y la limitación de coberturas esenciales como la salud mental y la atención preventiva, el texto generaría una ola de exclusiones que, según la CBO, podría aumentar drásticamente la cifra de no asegurados y disparar los costos de atención no cubierta. Sin la intervención del Senado, muchos estados con fuerte dependencia de Medicaid, como Nueva York, California, Florida y Texas, se enfrentarían a cierres de clínicas comunitarias, incremento de la presión en servicios de urgencias y una crisis financiera en hospitales que ya operan con márgenes estrechos.

Tras recibir la carta del Caucus por la Libertad, en la que se argumenta que “no podemos seguir aumentando impuestos ni sosteniendo programas que dependan de un gobierno que gasta sin control”, la reacción de los demócratas del Senado no se hizo esperar. De manera inmediata se anunció que se bloqueará cualquier intento de profundizar los recortes a Medicaid y denunció que la salud de la población no puede ser moneda de cambio para beneficiar a los más ricos. Incluso varios senadores republicanos dignos expresaron su preocupación por el impacto político y social de dejar a millones sin cobertura médica, y han planteado que sería más prudente recortar el gasto administrativo antes que los beneficios directos de los pacientes.

La creciente tensión entre las diferentes facciones del Partido Republicano coloca al Senado ante una encrucijada: ceder a la presión del ala más ultraconservadora o buscar un equilibrio que preserve la red de seguridad sanitaria sin sacrificar la promesa de alivio fiscal para los multimillonarios. Con las elecciones de mitad de mandato en el horizonte, la urgencia de llegar a un acuerdo se siente tanto en los pasillos del Capitolio como en los hospitales y clínicas de todo el país.

A medida que avanza el proceso legislativo, el destino de la llamada “Gran y Hermosa Traición” dependerá de la capacidad del Senado para mitigar el daño a Medicaid o sucumbir ante la visión de un gobierno reducido al mínimo. En cualquier caso, las próximas semanas definirán si la salud de millones de estadounidenses queda al margen de la austeridad fiscal o si, por el contrario, se convierte en el precio a pagar por las exenciones tributarias a los ultrarricos.

 

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