Pocas veces encaja también la frase “es mejor permanecer callado y ser considerado un tonto que hablar y eliminar toda duda”, como anoche en la entrevista que el periodista Jordi Évole le hizo al ex director del Gabinete de Presidencia de Moncloa, Iván Redondo.
Las únicas frases coherentes que lanzó Redondo durante esta entrevista eran de series o películas americanas. Así fue citar, sin confirmar la fuente,una frase de la serie "El ala oeste de la Casa Blanca": "Te voy a decir algo del lenguaje presidencial, hay que ser presidente para poder usarlo".
Una metedura de pata que pronto afearon las redes sociales sin compasión:
Así se dejaba ver en los cientos de miles de mensajes que ayer salían a la luz durante esta entrevista que generó mucha expectación, en principio, y una gran decepción después:
Quien durante su etapa junto al presidente Sánchez había conseguido mantener, desde la distancia y la discreción, cierta leyenda del hombre que mueve los hilos del país, ayer sólo rompió el misterio para convertir al cisne de la política en pato.
Mala imagen
Iván Redondo apareció anoche pagado de sí mismo, soberbio y con una única idea clara, decir que él se fue, que no le echó el presidente en la ultima crisis de Gobierno de julio, como ocurrió con el resto de los ministros. Una afirmación en la que hizo hincapié y que, a juzgar por las redes sociales, no se creyó ni la prensa, ni el mundo político y tampoco los ciudadanos de a pie.
El mensaje más repetido en redes fue "decepcionante el personaje". Difícil entender este error del ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez.
Lo que también quiso dejar claro Iván Redondo, además de que él se va, no le echan, es que el fallo de estrategia del PSOE y Moncloa en la moción de censura de Murcia nada tuvo que ver con él. Tampoco es el responsable, por supuesto, del fracaso del 4M. Eso sí, mucho tuvo que ver con los éxitos electorales del presidente en las elecciones generales y de Illa en Catalunya.
Una entrevista que no sólo deja en mal lugar al exasesor que trata de reconstruir su vida profesional fuera de Moncloa, sino que también deja en entredicho el propio presidente. Redondo no supo mantener el pulso de Évole. Incluso al reiterado trato de usted del periodista, respondió con el tuteo como si estuviera por encima del bien y del mal.
El hombre que rechazó ser ministro
Sin demasiado éxito con respecto a su propia credibilidad, y sin medir -o sí- el daño que su actitud en la entrevista podría hacer al presidente, Iván Redondo aseguró sin pudor que hasta tres veces quiso marcharse e que incluso para retenerle Pedro Sánchez le ofreció un ministerio. Que, por supuesto, según su versión, rechazó.
Negó, sin que nadie le preguntara, mantener una mala relación durante su etapa en Moncloa con la vicepresidenta primera Carmen Calvo. Y vaticinó éxitos a la actual vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. Pero eso sí, siempre y cuando se presente a través de una plataforma de partido y sin las siglas de Unidas Podemos.
El relato de la autodestrucción duró una hora. El propio protagonista hundió su leyenda.
Sin embarco, a través de sus redes, Redondo se muestra satisfecho: