El desguace que está haciendo de la sanidad el gobierno de Isabel Díaz Ayuso se demuestra con los datos de inversión por habitante. Madrid es, con mucha diferencia, la comunidad autónoma que menos invierte en España en la salud de sus ciudadanos.
En concreto, según los datos de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, la Madrid de Ayuso, la Madrid de la «libertad», gasta en sanidad 1.170 euros por habitante.
La media nacional está en 1.478 euros. La propaganda de la Comunidad de Madrid, y la propia presidenta, intentan colar que la sanidad madrileña es la segunda mejor de la Unión Europea. Los datos de inversión desmienten esta afirmación, puesto que hay una diferencia de más de 800 euros con Asturias, que es la que más invierte en proteger la salud de sus ciudadanos.
En este punto, la exministra de Sanidad, Luisa Carcedo, afirmó este fin de semana que «Madrid es la comunidad autónoma que menos destina por habitante a la financiación de la sanidad». Además, apuntó a que el gobierno de Isabel Díaz Ayuso «se encuentra en un proceso de privatización, es decir, de desviar recursos desde la sanidad pública a la sanidad privada».
Esto no es nuevo en Madrid, con casi 28 años de gobiernos del Partido Popular. La situación actual de la atención primaria es una consecuencia directa, además de la gestión nefasta de Isabel Díaz Ayuso, de las políticas de recortes del gobierno de Mariano Rajoy que dejó muy debilitado al Sistema Nacional de Salud, tal y como se pudo comprobar durante la pandemia.
La falta de médicos también es consecuencia de las políticas del PP, dado que se redujeron sustancialmente las convocatorias de plazas MIR y, además, se eliminaron las tasas de reposición para sustituir a los médicos que, por ejemplo, se jubilaban.
En consecuencia, la situación de la sanidad pública madrileña es crítica, tanto a nivel de los hospitales como de las consultas de atención primaria. El problema de Madrid no es repercutible a un escenario nacional, como pretenden hacer ver desde el PP para salvar a Ayuso, sino que es la consecuencia de las políticas neoliberales del Partido Popular que buscan debilitar los servicios públicos para abrir nichos de negocio a empresas privadas.
Las políticas de recaudar menos impuestos a los que más tienen que pagar tiene consecuencias en los servicios públicos, porque Madrid no es sólo la comunidad con menor inversión en sanidad, sino también en educación. Es una cuestión de sentido común: si no recaudas a los que más tendrían que aportar, las arcas públicas se resienten y, por extensión, también los servicios que forman parte del estado del bienestar.