La extracción de oro en todo el Amazonas y en especial en la Amazonía brasileña es una actividad que tiene profundas implicaciones tanto ambientales como socioeconómicas. Esta práctica no solo contribuye a la desforestación de uno de los biomas más ricos y diversos del planeta sino que también impacta negativamente en las comunidades indígenas y locales, altera los ciclos hídricos y propaga la contaminación por mercurio.
El comercio internacional de oro, especialmente hacia mercados que demandan metales preciosos para la fabricación de joyería, juega un papel crucial en la perpetuación de esta problemática. Sin embargo, existe una creciente conciencia y rechazo hacia el oro extraído de manera ilegal o insostenible, sobre todo en el Amazonas, lo que ha llevado a algunas empresas a tomar medidas al respecto.
La minería ilegal se ha extendido especialmente en las dos últimas décadas, vinculada al incremento del precio de los minerales. A pesar de la caída general del precio de las materias primas a partir de 2014, la cotización se ha mantenido alta en el caso del oro, pues como valor refugio resiste la desaceleración económica mundial.
La obtención de oro requiere la manipulación de mercurio para extraerlo y separarlo de las rocas o piedras en las que se encuentra. Se calcula que la actividad minera ilegal en el Amazonas vierte de promedio unos 24 kilos de mercurio por kilómetro cuadrado. Como señala la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) en su informe Análisis de Diagnóstico Transfronterizo Regional de la Cuenca Amazónica de 2018, se estima que solamente la Amazonía brasileña recibió 2.300 toneladas de mercurio hasta 1994 y luego ha registrado volúmenes en torno a las 150 toneladas anuales.
La OTCA indica que la explotación minera en el Amazonas está localizada especialmente en el Escudo Guayanés, en las zonas andinas de Perú y Bolivia y en el piedemonte colombiano. Información recogida por esta organización estima que de 100.000 a 200.000 personas se dedican a esta actividad en Colombia y también en Perú, cifra que se dobla en el caso de Brasil.
Por su parte, la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), en su estudio La Amazonía Saqueada, de finales de 2018, constata que la superficie en la que se da la minería ilegal “va en aumento”, especialmente en Venezuela, donde “los reportes cambian drásticamente de año en año”. La RAISG computa 2.312 puntos de la región amazónica donde existe actividad minera ilegal, de los cuales 1.899 corresponden a Venezuela.
Amazonía Peruana
La extracción de oro y la desforestación del Amazonas
La extracción de oro en la Amazonía brasileña se realiza tanto a escala industrial como por medio de operaciones artesanales o ilegales, siendo estas últimas particularmente destructivas. La técnica del lavado de oro, comúnmente utilizada, implica remover grandes cantidades de sedimentos y utilizar mercurio para separar el oro, lo que resulta en la contaminación de ríos y suelos, afectando la biodiversidad acuática y terrestre y poniendo en riesgo la salud de las poblaciones locales. Además, la deforestación causada por la apertura de minas y el acceso a estas áreas facilita la entrada de otros actores que promueven la tala de árboles, la agricultura y la ganadería ilegales, exacerbando la pérdida de bosques.
Pariamanu
Amazonía Brasileña
En la vasta Amazonia brasileña, la deforestación del Amazonasprovocada por la minería aurífera ilegal es más grave en varios territorios indígenas, entre los que destacan: Munduruku (estado de Pará), Kayapó (Pará) y Yanomami (Roraima).
Territorio Indígena Munduruku
Comercio de oro y la industria joyera y el Amazonas
La industria joyera, que demanda grandes cantidades de oro, se enfrenta a un creciente escrutinio por parte de consumidores y organizaciones ambientalistas que demandan transparencia y sostenibilidad en la cadena de suministro de los metales preciosos. Algunas marcas de renombre han comenzado a adoptar políticas más estrictas, rechazando el oro que no cumple con ciertos estándares ambientales y sociales, incluyendo el oro extraído ilegalmente de la Amazonía. Estas empresas optan por fuentes de oro certificadas, que aseguran prácticas de extracción responsables y respetuosas con el medio ambiente y las comunidades locales.
Respuesta de las empresas
Algunas empresas del sector joyero han tomado la iniciativa de trabajar solo con proveedores que pueden demostrar el origen ético de sus metales. Esto incluye la adopción de estándares como la certificación Fairmined o el cumplimiento con el Código de Prácticas de la Responsible Jewellery Council, que abogan por la transparencia, la trazabilidad y la responsabilidad social y ambiental en la extracción y el comercio de oro. Estas políticas no solo buscan mitigar el impacto ambiental sino también asegurar que las comunidades afectadas por la minería se beneficien de manera justa.
Territorio Indígena Kayapó
Acciones del Gobierno de Lula en el Amazonas
Con el regreso del presidente Luiz Inácio Lula da Silva al poder en Brasil, se espera una mayor atención y acción sobre los problemas ambientales, incluida la minería ilegal en la Amazonía. Aunque las políticas específicas y acciones de Lula aún están por definirse detalladamente en este contexto, su administración ha señalado el medio ambiente como una prioridad, comprometiéndose a combatir la deforestación y la extracción ilegal de recursos naturales. Esto podría incluir el fortalecimiento de las agencias ambientales, la implementación de medidas más estrictas contra la minería ilegal, y la promoción de alternativas económicas sostenibles para las comunidades locales.
Impacto en las comunidades indígenas del Amazonas
Para muchos pueblos indígenas, como es el caso colombiano, el oro es un mineral sagrado pues es representación del sol en la tierra. Consideran que la extracción de este mineral implica la pérdida de vida del territorio y para extraerlo los chamanes de la zona deben de “pedir permiso” mediante una serie de ceremonias; hacerlo sin el permiso otorgado implica consecuencias negativas, de ahí que las poblaciones indígenas asocian la extracción indebida de oro con enfermedades y muerte. Un ejemplo de ello es el área del Río Aaporis, considerado también como sagrado, donde el líder Yanomami Davi Kopenawa habla de la xawara wakémi (la epidemia humo), derivada de la quema del oro y que es, según afirma, la causa de la muerte algunas habitantes de la zona.
Minería artesanal
No obstante, miembros de las comunidades indígenas también se dedican a la minería artesanal, bien porque de entrada rechazan la tradición ante los beneficios económicos que supone la extracción ilegal, bien porque se ven obligados a esa ocupación por la falta de oportunidades. Esto último ocurre en la reserva comunal peruana de Amarakaeri , muy afectada por la actividad extractiva, donde sus habitantes se han visto obligados a practicar la minería artesanal presionados por sus necesidades de subsistencia y por intereses mineros externos que acaban explotándoles.
La minería realizada sin controles, por otro lado, afecta negativamente al entorno medioambiental en el que se desarrolla la vida indígena. En la provincia ecuatoriana de Zamora Chinchipie, por ejemplo, se llevó a cabo un mega proyecto minero a cielo abierto cuyo impacto ha implicado una deforestación en la zona de 1.307 hectáreas entre 2009 y 2017.
Territorio Indígena Yanomami
En resumen
La extracción de oro en la Amazonía brasileña y su impacto en la desforestación y la degradación ambiental es un tema complejo que involucra a múltiples actores, desde mineros locales hasta corporaciones internacionales de joyería. Mientras algunas empresas del sector se comprometen a prácticas más sostenibles, la solución a largo plazo requiere acciones coordinadas que incluyan políticas gubernamentales efectivas, compromiso empresarial y conciencia y demanda por parte de los consumidores. Con Lula en el poder, se abre una ventana de oportunidad para fortalecer las políticas ambientales y buscar un equilibrio entre el desarrollo