Donald Trump tiene engañados a miles de millones de personas en todo el mundo. Ha sabido vender muy bien su imagen de que pretende reventar el sistema desde dentro. Incluso, populistas de extrema derecha, como el presidente argentino Javier Milei, lloran de manera patética ante su presencia.
Sin embargo, Donald Trump lo que ha reventado en realidad es el equilibro social y, durante los cuatro años en los que ocupó la Casa Blanca, inclinó la balanza en favor de los más privilegiados, dejando tanto a su país como a las clases medias y trabajadoras en situación precaria. Mientras tanto, los multimillonarios han logrado un beneficio de 3 billones de dólares gracias a las leyes aprobadas por el amigo Trump y que aún siguen vigentes.
Cuando llega el día de pago de impuestos, las familias estadounidenses de clase media y trabajadora vuelven a pagar la parte que les corresponde, mientras que los multimillonarios, cuya riqueza se está disparando, no lo hacen gracias a las leyes del personaje que recorre las esquinas prometiendo que va a destruir el sistema.
La fortuna colectiva de los multimillonarios de Estados Unidos alcanzó un récord de 5,8 billones de dólares, según datos de Forbes. La riqueza de los más ricos se ha duplicado desde la promulgación a finales de 2017 de la ley fiscal Trump. Según las normas actuales, esos casi 3 billones de dólares en ganancias de riqueza están libres de impuestos.
Washington ahora está preparado para una pelea, ya que las disposiciones clave de la ley Trump expirarán en 2025. Esa revisión del código tributario del Partido Republicano benefició principalmente a los ricos, agregó aproximadamente 2 billones de dólares a la deuda estadounidense e incluyó disposiciones temporales que los republicanos, los lacayos de Trump, ahora quieren ampliar permanentemente a un coste adicional estimado de casi 4 billones de dólares.
Los multimillonarios de Estados Unidos acaparan ya más de un 50% más de riqueza que todas las familias estadounidenses de clase trabajadora juntas. Sin embargo, según el código tributario que dejó el tipo que se autodefine como antisistema, es poco probable que estas asombrosas ganancias de riqueza alguna vez sean gravadas.
Los 10 hombres más ricos de Estados Unidos (que casualmente copan los primeros lugares de la lista Forbes) han visto, gracias a Donald Trump, crecer su riqueza incluso más rápido que la de sus pares multimillonarios, un asombroso 153% en poco más de seis años. Los 25 principales multimillonarios como grupo valen hoy tanto, 2,3 billones de dólares, como valían todos los multimillonarios del país juntos antes de que llegara Trump al poder.
Los millonarios inflan de millones al «antisistema»
Como es lógico, los multimillonarios quieren que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. Esperan que amplíen el atentado social que suponen las leyes con las que han duplicado su riqueza. Por esa razón, 50 clanes de ultrarricos ya han gastado más de 600 millones en donaciones electorales. Es una inversión muy rentable.
Esa cifra seguramente se incrementará en los próximos seis meses de la campaña. Estos clanes multimillonarios donaron los 600 millones de dólares en su mayoría a partidos políticos, comités de acción política (PAC) y grupos de gasto externos (Super PAC), lo que ofrece una prueba más de que las familias más ricas del país consideran que la democracia es simplemente otro bien que pueden comprar.
Más de dos tercios de las contribuciones de los mayores donantes de familias multimillonarias de Estados Unidos apoyaron a la campaña de Donald Trump.
Esa pronunciada inclinación republicana es una señal de que el gasto político de las familias multimillonarias es una inversión para preservar la riqueza y el poder familiar. Trump y los republicanos abogan por bajar aún más los impuestos a los ricos, a las grandes corporaciones que controlan y a sus herederos que perpetúan y exacerban la desigualdad de riqueza.