Estas semanas se celebra en Dubái la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), una sede controvertida porque estos emiratos cuentan con las mayores reservas de combustibles fósiles del mundo y, en consecuencia, existe un claro conflicto de intereses. Además, mientras en las salas de la Cumbre se debate y negocian medidas para frenar el cambio climático y el calentamiento global, Dubái es uno de los paraísos fiscales más inexpugnables del mundo.
En Dubái los ricos del mundo han descubierto lo que bien podría convertirse en lo último en refugios seguros para grandes fortunas.
Los multimillonarios, por supuesto, siempre han tenido sus escapadas, lugares soleados a los que iban a relajarse en una comodidad opulenta. Pero Dubái está emergiendo como algo más que un mero escape de la rutina diaria y se está convirtiendo en el lugar donde los ricos acuden a garantizar su futuro multimillonario.
Hay signos evidentes de esa transformación. Durante la primera mitad de 2022, Dubái registró un incremento del 18% en los residentes multimillonarios. La ciudad ahora ocupa el primer lugar en Oriente Medio en riqueza de individuos de alto valor neto y alberga a 202 residentes con fortunas personales más de 100 millones de dólares.
Ese total pronto podría incluir a Gautam Adani, el antiguo comerciante de diamantes de Mumbai que Bloomberg califica actualmente como el tercer multimillonario más rico del mundo. Adani está considerando establecer en Dubái la empresa familiar que administra su imperio financiero personal.
Los analistas financieros, incluso antes de este rumor de Adani, ya predijeron que la riqueza financiera general que se encuentra en Dubái y el resto de los Emiratos Unidos alcanzará el billón de dólares en 2026, frente a los 700.000 millones de dólares del año pasado.
La señal más fuerte del interés global de los superricos en Dubái puede ser simplemente el creciente mercado inmobiliario de lujo de la ciudad. Para finales de 2022 los precios de las propiedades de alta gama en Dubái aumentaron un 50% con respecto al año pasado. Esos precios se incrementarán otro 13,5% en este año. Ninguna otra ciudad del mundo tiene previsiones de un aumento superior al 5%.
En octubre de 2022, una villa de Dubái de ocho dormitorios en la zona que se ha dado en llamar Billionaires Row se vendió por 82,4 millones millones. Dubái ahora se ha unido a Londres y Nueva York como un destino mundial de primer nivel para los inversores de propiedades de lujo.
De momento, la mayoría de los multimillonarios que establecen sus empresas y su residencia en Dubái provienen de los Estados Unidos y el Reino Unido.
Dubai está ayudando a esta afluencia junto con una sólida oferta de visados dorados, una residencia especial de diez años para «triunfadores». Los codificadores informáticos y los artistas famosos pueden acceder a estos visados, al igual que los poseedores de grandes fortunas privadas y todo el personal financiero de las empresas.
Dubái y el resto de los Emiratos Árabes Unidos tienen un incentivo aún más atractivo para las familias más ricas del mundo: no hay impuestos sobre la renta.
Este fenómeno presagia que los paraísos fiscales globales tradicionales, islas oscuras con algunos rascacielos para firmas de contables que evaden impuestos, van a dar paso a fortalezas permanentes de privilegios que prometen a los más ricos todos los lujos del hogar y un poco más.
Dubái ofrece a los más ricos escapar de la responsabilidad fiscal en sus países. Si los gobiernos de occidente no reaccionan y permiten llevar a cabo esa maniobra, la desigualdad y la injusticia social se enquistarán de manera definitiva.