El número de superricos batió todos los récords en el año previo a la pandemia, cuando 701 contribuyentes en España declararon un patrimonio superior a los 30 millones de euros. “De esta manera, los datos publicados por la Agencia Tributaria muestran un aumento del 15,3% con respecto al año anterior, habiéndose duplicado desde 2011, cuando este selecto grupo estaba formado por 352 declarantes”, asegura Carlos Cruzado, presidente del sindicato de técnicos de Hacienda Gestha.
“Haciendo una comparación con la lista Forbes 2021 recientemente publicada, los últimos datos de la Agenda Tributaria se refieren al impuesto de patrimonio y, por tanto, solo a residentes en España. En esa lista Forbes hay algunos españoles que no residen aquí, y que, por lo tanto, no están en la lista de Hacienda. En este sentido, puede percibirse otra diferencia con la lista Forbes y es que los últimos datos de la Agencia Tributaria se refieren al año 2019”, añade.
El técnico de Hacienda considera que, no obstante, si bien es cierto que se observa cierta tendencia al alza en el número de “superricos”, ello no significa que todos estén pagando el impuesto de patrimonio. Debe recordarse que, en Madrid, a pesar de ser el lugar de residencia de dos tercios de estas grandes fortunas, el impuesto de patrimonio está bonificado al cien por cien, “por lo que quedan exentos de pagar este impuesto. Es decir, de esos 700 “superricos” sólo 240 pagan impuesto de patrimonio en España”.
Esto, junto a otros elementos relativos al mercado laboral y al propio sistema tributario, implica que se hable de una mayor desigualdad social: hay más ricos, pero también más pobres, algo que facilita que la clase media vaya menguando poco a poco. “Como consecuencia, la Unión Europea, que es quien publica este tipo de datos periódicamente, nos sitúa entre los tres primeros países con mayor nivel de desigualdad”, afirma Cruzado.
Y precisamente uno de los motivos es la baja capacidad redistributiva de nuestro sistema tributario, porque si fuera más justo y progresivo debería contribuir a limar en mayor medida esas diferencias, como así ocurre en la mayoría de los países de nuestro entorno. “Y es que la exención del impuesto de patrimonio en Madrid ha supuesto que en la Comunidad se dejaran de recaudar casi 1.000 millones de euros”.
El último dato que posee Hacienda de lo recaudado por el impuesto de patrimonio es de un total de 1.200 millones por todos los declarantes, de los cuales los superricos ingresan unos 150 millones, una media de 625.000 euros cada uno. Pero en el caso de los 7.200 ricos que hay en España, los que declaran entre 6 y 30 millones de euros, ocurre lo mismo. El 50 por ciento de ellos vive en Madrid, lo que se traduce en que únicamente unos 3.500 pagan el impuesto de patrimonio, lo que les supone un pago medio de 78.000 euros.
“En cuanto a las sensibles diferencias entre los datos del número de grandes fortunas que se desprenden de la estadística publicada por la Agencia Tributaria y listas como las de Forbes y algunas entidades de banca privada, obedecen, seguramente, además de a las razones a las que nos referíamos al principio, a otras cuestiones apuntadas por algunos expertos”, añade Cruzado. Así, el Instituto Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos estima que el porcentaje de los patrimonios de las grandes fortunas que están fuera de España ocultas al fisco oscilaba entre el 30 o 40 por ciento. En otras palabras, 130.000 millones de euros de grandes fortunas estarían en paraísos fiscales ocultos al fisco. Un dato que, cuanto menos, debería de hacernos reflexionar.