Manifestaciones 8M: la ruptura del feminismo, el primer paso hacia la derrota

09 de Marzo de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Mani 8M 23

El 8 de marzo de 2023 vuelve a pasar a la historia de España por ser el día en que el feminismo español mostró nuevamente al mundo una ruptura absoluta. En un momento en que las conquistas se iban consiguiendo, poco a poco, en el que en las grandes empresas están aplicando ya planes de igualdad, en el que se están logrando importantes avances, el movimiento feminista se ha dividido. Hoy, por ejemplo, ha sido la aseguradora Mapfre la que ha anunciado la aprobación de su plan de igualdad.

Manifestación-8M-en-Madrid,-foto-Agustín-Millán
Manifestación-8M-en-Madrid,-foto-Agustín-Millán

La división del feminismo, propiciada por las medidas aprobadas por el Ministerio de Igualdad, es una catástrofe porque la ruptura es el primer paso hacia la derrota. En Madrid, por ejemplo, se han vuelto a celebrar dos manifestaciones donde cientos de miles de personas han coreado reivindicaciones totalmente opuestas, como si las organizadoras fueran entidades absolutamente diferenciadas e irreconciliables.

Todavía hay muchas conquistas que lograr, muchos techos que romper y sólo se conseguirá si los discursos y las responsables de las políticas de igualdad se centran en las verdaderas reivindicaciones del feminismo y no introduciendo absurdas horizontalidades que nada tienen que ver con la lucha de la mujer por conseguir la igualdad real.

Hoy, por ejemplo, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez ha afirmado que el 8 de marzo "es un día de fiesta, hoy es un día para reivindicar a todas las mujeres del mundo".

La realidad es que tanto 2022 como 2023 han sido dos años en los que el 8M tenía de todo menos ser una fiesta. En España, el movimiento feminista está roto por la inclusión de elementos en el debate feminista que nada tienen que ver con la igualdad real entre hombres y mujeres.

Manifestación-8M-en-Madrid,-foto-Agustín-Millán
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La transversalidad, en muchos aspectos, es algo positivo. Sin embargo, hay que tener la capacidad suficiente para tratar su implementación desde un punto de vista pragmático y jamás desde el sectarismo. Las consecuencias de hacerlo se ha visto en la destrucción, la división y la demolición absoluta de la lucha de las mujeres por conseguir derechos que todavía no han logrado.

Manifestación-8M-en-Madrid,-foto-Agustín-Millán
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División fatal

Hoy, en las dos manifestaciones de Madrid, se han escuchado insultos tanto a las feministas como a Irene Montero o el Ministerio de Igualdad. Esto sería inconcebible en los años previos a la pandemia.

Casualmente, esta división fatal del feminismo se inició tras el asalto de Podemos al Ministerio de Igualdad. No hay más que recordar cómo las manifestaciones del 8 de marzo de 2018 y 2019, con una huelga feminista incluida, congregaron a millones de mujeres y hombres que reclamaban igualdad real, que se rompiera el techo de cristal, se terminara con la brecha salarial o se erradicara la violencia de género.

Sin embargo, tanto en 2022 como en 2023, tras la presentación y aprobación de las leyes de Irene Montero, el feminismo se ha dividido. ¿Por qué? Por una razón muy simple: desde Igualdad se impuesto una serie de leyes que van en contra de las mujeres y se ha querido mezclar el feminismo con las reivindicaciones de otros colectivos. Cosas de la transversalidad mal entendida y mal aplicada.

Las manifestaciones de hoy han sido un paso más hacia la derrota de la lucha de las mujeres, sobre todo en un momento en que se está haciendo una asimilación del feminismo con Irene Montero y, esto, genera rechazo incluso entre las mujeres.

Manifestación-8M-en-Madrid,-foto-Agustín-Millán
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