La intensificación de la ofensiva rusa en Ucrania representa una amenaza inmediata para la vida y el bienestar de los 7,5 millones de niños y niñas del país, según Unicef. La situación de los menores es desesperada. En las últimas semanas Putin ha lanzado una campaña de propaganda y desinformación para tratar de convencer al mundo de que su invasión, su guerra, trata de desnazificar Ucrania. Sin embargo, las víctimas reales de este conflicto bélico, como suele ocurrir, son los más débiles: los niños, los enfermos, los ancianos. Esos son los “nazis” que Putin está desnazificando.
Las víctimas civiles desde que comenzó la guerra en Ucrania se cuentan ya por miles. Las armas explosivas en zonas pobladas y los remanentes de explosivos de guerra son un peligro real y actual para los niños en Ucrania, vulnerables a sufrir lesiones o a morir. Hasta la fecha, al menos 184 niños han muerto y 286 resultaron heridos, según los informes que Naciones Unidas ha podido verificar, pero es probable que el número real de víctimas infantiles sea mucho mayor.
Estas circunstancias están provocando un desplazamiento masivo de población que pronto podría convertirse en una de las mayores crisis de refugiados de Europa desde la Segunda Guerra Mundial. ACNUR estima que más de 5,1 millones de personas han cruzado las fronteras ucranianas hacia Europa occidental, casi la mitad son niños.
Entre los menores que huyen, muchos no están acompañados o han sido separados de sus padres o familiares. Esos niños corren un mayor riesgo de violencia, abuso y explotación, y cuando son trasladados a través de las fronteras, los riesgos se multiplican.
Tampoco podemos olvidar a aquellos que no pueden escapar: niños con alguna enfermedad, decenas de miles de niños en instituciones, niños con discapacidad. Los corredores humanitarios son esenciales pero no se están respetando.
Viviendas, orfanatos y centros de salud han quedado dañados. Actualmente, cientos de miles de personas carecen de acceso a agua potable para beber. A su vez, todas las escuelas han cerrado, lo que afecta a 5,7 millones de niños en edad escolar. Muchos están profundamente traumatizados por la violencia a su alrededor.
Esta terrible situación se agrava aún más con la pandemia de covid 19, que pone en riesgo a las personas más vulnerables. El sistema de salud está gravemente debilitado y la reticencia a vacunarse es significativa, lo que deja al país con una de las tasas más bajas de vacunación en Europa del Este.
Y aunque las tasas de inmunización rutinaria entre los niños han mejorado en los últimos años, la cobertura es pobre, lo que aumenta los riesgos de brotes de enfermedades. El país se está quedando sin suministros médicos básicos y se han tenido que detener los esfuerzos urgentes para frenar un brote de polio.
“Trabajamos en todo el país para salvar las vidas de los niños y niñas en estos momentos de tanta incertidumbre”, aseguran fuentes de Unicef. “Junto con nuestros aliados, estamos en la primera línea de la respuesta humanitaria, con el objetivo de llegar a los niños y las familias más vulnerables con servicios esenciales como atención a la salud, educación, protección y acceso a agua y saneamiento”.
Desde Unicef se han enviado a Kiev más de 1.400 toneladas de suministros de emergencia para los afectados por la guerra. Un total de 147 camiones se desplazaron hacia Ucrania y los países vecinos. Este cargamento transporta material médico, suministros de agua, saneamiento e higiene, medicinas, kits para partos y equipos quirúrgicos, ropa de abrigo y mantas, etc. También suministran a los hospitales e instalaciones sanitarias. “Las necesidades son crecientes y desde Unicef aumentamos nuestros esfuerzos humanitarios para darles respuesta. Nuestro personal, 140 personas, está trabajando en distintas oficinas en el país”, asegura la oenegé.
“Asimismo, estamos atendiendo las necesidades urgentes de los niños y las familias que cruzan a los países vecinos. Para ello, creamos espacios seguros llamados puntos azules a lo largo de las rutas de tránsito, para que los niños y las madres accedan a los servicios esenciales”.
Principalmente, la labor de Unicef se centra en estas áreas:
-Transporte de agua potable con camiones a las áreas afectadas y distribución de agua embotellada.
-Posicionamiento de suministros de emergencia vinculados a salud, higiene y educación.
-Coordinación con los municipios de la zona para garantizar que la ayuda llega inmediatamente a los niños y las familias que más la necesitan.
Además, las unidades móviles apoyadas por Unicef están brindando ayuda psicosocial a los niños y niñas que presentan traumas por la situación crónica de inseguridad. Los últimos ocho años de conflicto han causado daños profundos y duraderos en la población infantil. “Necesitan paz, desesperadamente, y ahora. Pedimos la suspensión de las actuales acciones militares en Ucrania. Esta suspensión podría permitir que la ayuda humanitaria llegara a la gente que permanece bloqueada tras una semana de intensos bombardeos y combates en tierra en todo el país. También permitiría a las familias de las zonas más afectadas poder salir para conseguir agua y alimentos, buscar atención médica o irse en busca de seguridad”.
Se necesitan unos 578 millones de euros para ayudar a los niños y familias dentro de Ucrania hasta agosto de 2022, además de otros 300 millones para la respuesta a los refugiados en los países vecinos hasta final de año. “Desde Unicef insistimos en un alto el fuego inmediato y que todas las partes respeten su obligación de proteger a los niños de cualquier daño. También hacemos un llamamiento a todas las partes para que no se ataque la infraestructura esencial, incluidos los sistemas de agua y saneamiento, las instalaciones sanitarias y las escuelas, a la vez que pedimos que se garantice el acceso de las organizaciones humanitarias”.