Las elecciones del pasado domingo dieron un resultado final que nadie esperaba, sobre todo en el ámbito de la derecha y de la ultraderecha. Estos últimos días se está viendo mucho movimiento político, sobre todo en el Partido Popular que está intentando convencer a la ciudadanía española de que Alberto Núñez Feijóo es el único legitimado para ser presidente del Gobierno. Esto es falso porque, tal y como hemos analizado en Diario16, la democracia española es parlamentaria, no presidencialista, y quien elige al presidente es Congreso de los Diputados.
Sin embargo, hay algo mucho más preocupante y son los movimientos de determinados sectores de la extrema derecha y que están muy organizados. En base a los movimientos que se están detectando, esos grupos ultras están utilizando el manual trumpista y bolsonarista para deslegitimar un proceso electoral para que les dé legitimidad a ellos para realizar acciones violentas y en contra de la democracia.
Lo primero que están haciendo es una durísima campaña para poner en duda que los resultados de las Elecciones Generales han sido limpios. Uno de los argumentos que se está utilizando es que no se contabilizaron 2,3 millones de votos. Los cálculos que estos grupos de extrema derecha son erróneos porque no tienen en cuenta las personas registradas en el censo y que viven en el extranjero (CERA).
Los ultras, en la difusión de este bulo, afirman que si se suma la abstención y los votos faltarían por contabilizar esos 2,3 millones. No toman en cuenta a los ciudadanos residentes fuera de España pero, claro, utilizando pocas palabras y exponiendo dato sesgados, mucha gente creerá que se manipularon los resultados finales. Por supuesto, no dicen que el recuento del voto CERA se realizará este viernes. Miente, que algo queda.
Además, estos grupos de extrema derecha difusores de bulos señalan que en determinados países de Latinoamérica han inflado el censo de votantes gracias a las nacionalizaciones de la Ley de Memoria Democrática, sobre todo y casualmente, en Venezuela, Argentina y Cuba. En concreto, afirman que la izquierda va a ganar más de medio millón de votos sólo en esos países. Lo raro es que no hayan incluido a Nicaragua.
Tal y como demuestra el portal maldita.es, no es cierto que la población española con derecho a voto haya crecido en esos países en medio millón de votos, sino que, desde 2019, apenas subió en 12.000 personas. Miente, que algo queda.
A estos bulos se suma la iniciativa iniciada por la fundación ultra CitizenGo, organización que, como otras muchas, tiene vínculos con los paramilitares de El Yunque, que está reclamando que se hagan un nuevo recuento de los votos, es decir, lo mismo que reclamaban los fanáticos partidarios de Donald Trump antes de asaltar el Capitolio en enero de 2021.
La petición de CitizenGo, a través de Hazte Oír, incluye cosas que son de Perogrullo, como que los datos comunicados por el Ministerio del Interior en la noche electoral son provisionales. El recuento de votos definitivo se realiza 5 días después en la Junta Electoral, recuento al que se unen los votos CERA. Por tanto, la limpieza del proceso está garantizada y ya ha provocado cambios respecto a los resultados provisionales, como lo sucedido en Euskadi en 2019 cuando el Partido Popular le quitó un diputado al PNV.
La agresividad de esta campaña de deslegitimación no se ha visto jamás en España, lo mismo que la violencia demostrada en los foros de la extrema derecha en los que se está hablando mucho de Proud Boys, de Donald Trump y de la traslación a España de lo ocurrido en el Capitolio el 6 de enero de 2021 si Pedro Sánchez vuelve a ser investido presidente.
«Si Pedro Sánchez es presidente, asaltarán el Congreso», afirman a Diario16 fuentes del PSOE consultadas sobre este extremo. En general, no hay preocupación en los partidos de izquierda. Se piensa que esto no es más que una campaña que no pasará de las redes sociales. Sin embargo, los partidos olvidan que ya hay un caldo de cultivo de fanatización de una parte de la ciudadanía, de los que creen que en España sólo puede gobernar la derecha, de los que piensan que España no puede estar gobernada ni por socialistas ni por comunistas y, sobre todo, que Sánchez no puede volver a ser presidente.
Ya ha habido rebeliones de los ultras en Estados Unidos y en Brasil. Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar…