Sumar será decisivo para formar un gobierno de izquierdas, a pesar de perder dos diputados en Cataluña

12 de Mayo de 2024
Guardar
La-candidata-de-Comunes-Sumar-a-presidenta-de-la-Generalitat,-Jéssica-Albiach

La reciente jornada electoral en Cataluña ha dejado un sabor agridulce para la coalición Comuns-Sumar, liderada por Jéssica Albiach. Aunque el partido ha perdido dos escaños respecto a las elecciones de 2021, reduciendo su representación a seis escaños, todos ellos en Barcelona, la ironía del destino les sitúa como posibles llaves para la formación de un nuevo gobierno progresista. Este escenario recuerda al de Unides Podem en 2020, cuando, a pesar de un declive electoral, se convirtieron en socios de gobierno del PSOE de Pedro Sánchez.

El contexto de estas elecciones muestra que, aunque la influencia directa de los comuns pueda parecer reducida, su posición es estratégicamente crucial. En un Parlament dividido, los seis escaños de los comuns, sumados a los 41 del PSC y los 20 de Esquerra, alcanzan justo los 68 necesarios para una mayoría. Este cálculo ubica a los comuns en una posición de negociación significativa para la formación de un tripartito de izquierdas, similar al que ya participó Iniciativa per Catalunya Verds, antecesor de los comuns, entre 2003 y 2010 bajo los liderazgos de Pasqual Maragall y José Montilla del PSC.

La coalición Comuns-Sumar ha mostrado una resistencia notable en Cataluña, mejorando incluso el rendimiento de sus homólogos en otras regiones de España, como Galicia y País Vasco. Esta resistencia es notable especialmente porque, a nivel nacional, Yolanda Díaz y su marca Sumar no han logrado despegar significativamente. En un panorama político donde Podemos decidió no presentarse para evitar fragmentar aún más la izquierda, los comuns han logrado mantener una base sólida en Cataluña, aunque netamente concentrada en Barcelona.

Los desafíos para los comuns son significativos. La pérdida del escaño en Tarragona y la ausencia de representación en las demás provincias catalanas desde 2015 muestra un apoyo geográficamente limitado, lo que refuerza la percepción de que se han convertido en un partido principalmente urbano. No obstante, el perfil político de la formación ha sido coherente, especialmente en temas como el rechazo al proyecto del Hard Rock Café en Tarragona, que refleja su línea contra grandes proyectos lúdicos que consideran no alineados con los intereses ciudadanos o ambientales.

Además, la presencia de figuras como Ada Colau y Ernest Urtasun en la noche electoral destaca la continuidad de sus figuras más conocidas, a pesar de los cambios en el escenario político. La capacidad de los comuns para influir en la política catalana y española dependerá en gran medida de cómo manejen las negociaciones para el nuevo gobierno. Si logran capitalizar su posición estratégica, podrían jugar un papel decisivo en la orientación de las políticas hacia enfoques más sociales, como el acceso a la vivienda, que ha sido una de sus banderas históricas.

Mirando hacia el futuro, los comuns se enfrentan al desafío de redefinir su estrategia política para expandir su influencia más allá de los confines de Barcelona. La próxima prueba será las elecciones europeas, donde el sistema de circunscripción única podría favorecer a partidos pequeños como los comuns, permitiéndoles potencialmente obtener representación en el Parlamento Europeo.

Aunque los comuns han sufrido una reducción en su representación parlamentaria, su papel en la formación del próximo gobierno catalán podría ser decisivo. Esta posición no solo les ofrece una oportunidad de influencia política en un momento crítico, sino que también pone a prueba su habilidad para negociar y formar alianzas dentro de un espectro de izquierda fragmentado y competitivo.

Lo + leído