A lo largo de este fin de semana decenas de millones de personas han ocupado de manera pacífica las calles de las principales ciudades de los Estados Unidos. Desde la oposición de la ciudadanía a la guerra de Vietnam no se había visto nada similar en el país norteamericano, ni siquiera durante la invasión de Irak. Estados Unidos no es un país donde la gente salga a manifestarse como en Europa o en algunos lugares de Asia. Donald Trump ha conseguido en menos de tres meses que el pueblo se le ponga en contra, sobre todo todos aquellos que le votaron pensando en que iba a ser el líder que derribara al sistema. Todo lo que dijo Trump era falso, era una nueva estafa, una más en su dilatada historia. Por esa razón, la gente ha saltado. No es sólo por los aranceles. Hay otras cuestiones que desarrollamos en el siguiente análisis porque el actual presidente prometió cosas que está incumpliendo. No ha tardado ni 100 días en hacerlo, y la ciudadanía se está dando cuenta de que su propia vida está en juego.
El plan presupuestario del Senado de los Estados Unidos da pánico. El Congreso acelera el camino hacia un proyecto de ley de «reconciliación» presupuestaria e fiscal profundamente perjudicial que otorga una lluvia de recortes de impuestos a millonarios, multimillonarios y grandes corporaciones. El problema está en que esa rebaja criminal de impuestos para el 1% más privilegiado será financiado con un incremento radical del precio de la atención médica y los alimentos mediante recortes en Medicaid y SNAP. Esto aumentará las dificultades de las familias de clase media y trabajadora, además de dejar a cerca de 100 millones de personas sin cobertura médica.
Incluso con la práctica destrucción de los programas de asistencia social y sanitaria, los recortes de impuestos para los ricos previstos en el plan presupuestario son tan costosos que los déficits aumentarán sustancialmente, lo que incrementa los riesgos económicos asociados con una mayor deuda como ya sucedió tras las medidas aprobadas durante el primer mandato de Donald Trump.
Los legisladores fanáticos de la secta MAGA han olvidado sus promesas de campaña para ayudar a aliviar los presupuestos familiares, que están bajo presión. Sin embargo, han optado por distorsionar el presupuesto según los deseos de los más ricos, de los que financiaron con cientos de millones de dólares la campaña de Trump.
Los fanáticos de MAGA del Senado están usando humo y espejos para enmascarar la devastadora aritmética de su plan presupuestario, ocultando el coste real de las rebajas de impuestos y cuánto planean recortar en áreas como Medicaid, SNAP y préstamos estudiantiles.
La realidad es que ese presupuesto, que va muy en la línea de los puntos marcados en el Proyecto 2025 de la organización ultraderechista Heritage Foundation, presenta un plan para encarecer la universidad, retirar la asistencia alimentaria a las familias vulnerables y la cobertura médica a los hogares de clase media y trabajadora a las que Trump prometió proteger durante su campaña. De igual modo, aumenta los ingresos de los hogares del 1% más rico. Esto demuestra que se ha antepuesto a los financiadores que a la ciudadanía.
El presupuesto de la secta MAGA establece la impactante cifra mínima de 5,3 billones de dólares en recortes de impuestos. Esto representa 1,5 billones de dólares más que en 2017. Esa cifra de 5,3 billones de dólares aumentará aún más con el recorte de Medicaid u otros programas que necesitan las familias de bajos ingresos y que están bajo la jurisdicción del Comité de Finanzas del Senado.
La legislación presupuestaria y de conciliación fiscal del presupuesto de Trump pondrá en marcha solo una parte de la triple amenaza que persiguen la Casa Blanca y los fanáticos del Congreso. En segundo término, están las medidas ejecutivas que detienen ilegalmente los fondos que el Congreso ha aprobado para servicios e inversiones públicas. Además, socavan y politizan la función pública, degradándola, y debilitan sistemas gubernamentales esenciales, como los de la Administración de la Seguridad Social y el Departamento del Tesoro, poniendo en riesgo la privacidad de los datos de cientos de millones de personas y empresas que «ha trincado» Elon Musk.
En tercer lugar, están los aranceles radicales creados sin la aprobación del Congreso, que costarán a las familias de clase media y trabajadora miles de dólares cada mes.
En conjunto, el plan presupuestario de Trump y de los fanáticos de MAGA es un desastre porque perjudica a las personas, familias y comunidades a las que el presidente se comprometió a servir durante la campaña y otorga una lluvia de recortes de impuestos a los ricos y poderosos.
Ejercicio de trilerismo
La estructura de esta resolución presupuestaria es sumamente inusual. Incluye «instrucciones de conciliación» para los comités del Senado y el Congreso donde se les instruyen a elaborar legislación que aumente el déficit en un máximo de la cantidad especificada en la resolución, o que lo reduzca al menos en dicha cantidad. La legislación presupuestaria y fiscal que cumpla con estas instrucciones de conciliación podrá ser considerada en el Senado bajo normas especiales que la protegen de la oposición, permitiéndole aprobarse por mayoría simple de votos.
Sin embargo, en un extraordinario ejercicio de trilerismo, las instrucciones del Congreso y del Senado no coinciden, porque aquéllas exigen que el comité competente en Medicaid recorte al menos 880.000 millones, 230.000 millones para el programa de ayuda alimentaria SNAP, y 330.000 millones para las ayudas a los préstamos estudiantiles.
Normalmente, las instrucciones a los comités del Senado deberían de coincidir con las del Congreso, excepto cuando se requieren cambios para compensar las diferencias entre las dos cámaras en las que los comités tienen jurisdicción sobre programas específicos.
Sin embargo, en la resolución presupuestaria de Trump, se instruye a los comités del Senado con jurisdicción sobre el SNAP y los préstamos estudiantiles a recortar al menos 1.000 millones de dólares, en lugar de los niveles mucho más altos de las instrucciones del Congreso. La instrucción al Comité de Finanzas, responsable tanto de las disposiciones fiscales como de Medicaid, tampoco asume explícitamente grandes recortes a Medicaid.
Los ciudadanos que se preocupan por los recortes a Medicaid, SNAP o la ayuda estudiantil deberían estar muy preocupados con estas diferentes instrucciones. Aunque el Senado puede, en teoría, elaborar un proyecto de ley de reconciliación que solo alcance los objetivos mínimos de recortes a programas asignados a los comités del Senado, nada impediría los mismos recortes cuantiosos a la salud, la asistencia alimentaria y la ayuda estudiantil que la misma resolución ordena a los comités del Congreso. Y dado que algunos senadores fanáticos de MAGA han pedido la promulgación de recortes a programas más profundos que los asignados en la Cámara, y que la resolución y las normas presupuestarias del Congreso lo permiten, la amenaza de que el proyecto de ley de reconciliación final incremente la pobreza, aumente los gastos familiares y deje a más personas sin seguro médico es extremadamente alta.
Incluso recortes que representan una fracción de los 880.000 millones a Medicaid y 230.000 millones al SNAP según las instrucciones del Congreso causarían graves daños, incluyendo el aumento de los gastos para las familias con dificultades económicas y dejando a más personas sin seguro médico y sin acceso a alimentos suficientes para la supervivencia.
A pesar de que Trump prometió en campaña proteger a las personas con graves dificultades económicas, un proyecto de ley presupuestaria que, en última instancia, recorta el SNAP, Medicaid y los préstamos estudiantiles significa que los padres se salten comidas para que sus hijos puedan comer; que los adultos se queden sin el tratamiento necesario para el cáncer o la insulina para controlar la diabetes, lo que conlleva un deterioro de la salud e incluso la muerte; y que más familias tengan dificultades para cubrir sus necesidades básicas y los pagos de sus préstamos estudiantiles.
Los fanáticos supremacistas de MAGA en el Congreso y el Senado han hecho declaraciones engañosas en repetidas ocasiones sobre sus intenciones de recortar Medicaid y SNAP, argumentando que simplemente están reduciendo el supuesto despilfarro, el fraude y el abuso, (de los que no presentan pruebas) y que los recortes no perjudicarán a la gente. No obstante, las propuestas específicas que los republicanos del Congreso han estado considerando durante semanas no se centran en la eficiencia. Por ejemplo, las propuestas para limitar la financiación federal, transferir los costes a los estados o imponer estrictos requisitos laborales que complican la burocracia recortarían la cobertura médica y la asistencia alimentaria para las personas honestas que necesitan ayuda, no reducirían el fraude. Con 72 millones de personas inscritas en Medicaid y 42 millones recibiendo asistencia alimentaria de SNAP, hay mucho en juego.
Trucos infames
Además de allanar el camino para profundos recortes, la resolución presupuestaria del Senado parece permitir que el Comité de Finanzas aumente el déficit hasta «tan solo» 1,5 billones de dólares. Una cifra tan baja no cuadra cuando el coste de extender los recortes de impuestos a los millonarios es más del doble.
El plan presupuestario simplemente afirma que extender las reducciones fiscales de 2017 no tiene ningún costo, lo que permite eludir las normas del Senado, que no permiten que un proyecto de ley de conciliación aumente el déficit a largo plazo. Con una contabilidad honesta, el Comité de Finanzas del Senado puede aumentar el déficit hasta en 5,3 billones de dólares.
La Ley de Equilibrio Presupuestario y Control del Déficit de Emergencia de 1985 exige que el coste de los proyectos de ley que modifican las leyes tributarias y de prestaciones sociales se evalúe comparando los ingresos y gastos. Cuando Trump y sus fanáticos del Congreso aprobaron la ley tributaria de 2017, programaron la expiración de las disposiciones sobre impuestos a las personas físicas y a las herencias después de 2025 para reducir el coste de diez años de su paquete tributario y cumplir con las normas del Senado que prohíben que un proyecto de ley de conciliación aumente los déficits más allá del plazo presupuestario de diez años de la resolución.
Este año, en cambio, los fanáticos supremacistas de MAGA del Senado están elaborando una base de política actual, donde se asume que los recortes de impuestos programados para expirar después de 2025 continuarán en dicha base. Con este cambio, fanáticos de Trump en el Senado logran que el costo de extender billones de dólares de recortes de impuestos que expiran simplemente desaparezca.
Las consecuencias de este truco serán gravísimas para las familias de clase media y trabajadora. Su alto coste se seguirá reflejando en menores ingresos y mayores déficits y deuda, así como en futuros llamamientos de los legisladores para recortar aún más la atención médica, la asistencia alimentaria e incluso la Seguridad Social y Medicare, para abordar los desafíos fiscales del país que los recortes de impuestos están agravando.
Finalmente, el presupuesto se presenta en un contexto de aranceles radicales que están llevando a los analistas del sector privado y a la Reserva Federal a pronosticar un menor crecimiento económico y una mayor inflación. De hecho, un análisis reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) concluyó que extender los recortes de impuestos a los millonarios no tendría un beneficio apreciable en el tamaño de la economía dentro de una década. Otro informe de la misma CBO muestra que los mínimos beneficios que se deriven se verían eclipsados por los perjuicios económicos de aranceles elevados como los que la administración Trump ha anunciado que implementará.
La verdadera revolución de Trump: que los ricos sean más ricos
Tanto las instrucciones de conciliación del Congreso como las del Senado permiten acumular más rebajas fiscales, además de extender los de 2017. Aunque esto permite nuevos recortes de impuestos significativos, también representa solo una fracción del coste de las prioridades fiscales que Trump y los fanáticos de MAGA han identificado, incluyendo reducciones criminales de impuestos para las grandes corporaciones y el aumento de la cantidad de impuestos estatales y locales que los hogares de altos ingresos pueden deducirse. En total, Donald Trump ha solicitado hasta 7 billones de dólares en recortes de impuestos adicionales, además de extender la ley tributaria de 2017, que los fanáticos de MAGA en el podrían intentar aprobar.
Implementar más de estos costosos recortes de impuestos adicionales requerirá compensar los ahorros mediante una combinación de políticas que aumenten los ingresos y recorten los programas bajo la jurisdicción del Comité de Finanzas del Senado, como Medicaid, la mayoría de las inversiones en energía limpia de la Ley de Reducción de la Inflación, la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas y el Ingreso de Seguridad Suplementario. Cada dólar recortado en estos programas permitirá a los fanáticos de MAGA en el Congreso reducir los impuestos en un dólar adicional.
Los recortes de impuestos que benefician a los ricos serán pagados en parte con recortes a Medicaid, que brinda cobertura de salud a millones de niños, adultos con bajos ingresos, personas mayores que reciben cuidados a largo plazo y personas con discapacidad; asistencia de ingresos y otros apoyos a familias con ingresos muy bajos con niños; o asistencia de ingresos a personas discapacitadas y personas mayores con bajos ingresos.