Tal y como publicamos en Diario16+, los tres documentos clave que conforman el programa de gobierno que aplicará Donald Trump a partir de enero de 2025 presentan un escenario catastrófico para las clases medias y trabajadoras. El plan presupuestario del Comité de Estudio Republicano de la Cámara de Representantes (RSC), la resolución presupuestaria del Comité Presupuestario Republicano de la Cámara de Representantes (HBC) y la agenda del Proyecto 2025 de la Heritage Foundation, documentos a los que ha tenido acceso este medio, ponen de relieve las gravísimas y peligrosas implicaciones de la agenda real de Trump.
En lo que se hace referencia a la política fiscal, los documentos muestran una serie de medidas en las que se apuesta claramente por recortes impositivos sesgados, costosos e ineficaces.
Los planes presupuestarios de la RSC y la HBC prevén la ampliación de todos los recortes impositivos a la renta individual previstos en la ley de 2017, lo que costará casi 4 billones de dólares en diez años (2026-2035), y la permanencia de otras exenciones impositivas a las grandes empresas, lo que incrementará la cifra en cerca de un billón más.
El Proyecto 2025 va incluso más allá, al proponer una serie de reducciones drásticas de impuestos exclusivas para las familias ricas y las grandes corporaciones, incluidas las multinacionales que utilizan paraísos fiscales en el extranjero. El plan presupuestario de la HBC no muestra ninguno de los costes de la ampliación de los recortes impositivos previstos en la ley de 2017 en sus cifras presupuestarias, pero crea un nuevo procedimiento que permite recortes impositivos ilimitados.
Todo ello se añade al hecho de que los tres documentos claves del programa de gobierno de Trump exigen una desinversión masiva en servicios públicos y la privación de cobertura sanitaria, asistencia alimentaria y otras formas de asistencia a las personas que tienen dificultades para costear los servicios básicos.
El informe que acompaña la resolución presupuestaria de la HBC pide extender todos los recortes impositivos que vencen en 2017 que,insistimos, tendrá un coste de 4 billones de dólares entre 2026 y 2035, y hacer permanentes los enormes recortes de impuestos a las grandes empresas. Sin embargo, la HBC no incluye estos costos en las cifras de su resolución presupuestaria, sino que se basa en el lenguaje de la resolución que permite la consideración de éstos y otros recortes impositivos independientemente del costo.
El presupuesto de la RSC exige la continuación de todos los recortes de impuestos a la renta individual de la ley de 2017 y añade recortes de impuestos sustanciales para grandes corporaciones, accionistas ricos y grandes patrimonios. En concreto, se señala derogar el impuesto a las herencias, que ahora pagan menos del 0,2 por ciento de los patrimonios; reducir los impuestos ya bajos sobre las ganancias de capital indexando las ganancias de capital antes de calcular los impuestos; derogar la disposición de la Ley de Reducción de la Inflación que garantiza mejor que las grandes corporaciones altamente rentables paguen al menos algunos impuestos; proporcionar nuevas exenciones fiscales a corporaciones que ya tienen impuestos bajos en función de la cantidad que gastan en ciertas inversiones; y ampliar las exenciones fiscales para las empresas de transferencia, que vieron grandes ganancias fiscales en la ley fiscal de 2017 a partir de una deducción especial que exime de impuestos hasta el 20 por ciento de sus ingresos.
El Proyecto 2025 va más allá y propone un conjunto de políticas fiscales extremas a corto plazo que aumentarán los impuestos a familias de ingresos bajos y los reducirían para los hogares ricos, los grandes accionistas y las corporaciones multinacionales.
En concreto, el Proyecto 2025 señala la modificación de los tramos impositivos de modo que las familias de bajos ingresos paguen más mientras que los ricos pagan sustancialmente menos, aumentando la tasa impositiva más baja y reduciendo la más alta.
Con Trump, según se indica en la documentación, los ricos se beneficiarán aún más al reducir las tasas impositivas sobre las ganancias de capital del 20% al 15% y eliminar el recargo del 3,8% (conocido como impuesto sobre la renta neta de inversiones) sobre las ganancias de capital y otras formas de ingresos no derivados de masa salarial.
Por otro lado, Trump rebajará aún más la ya demasiado baja tasa impositiva corporativa, hasta el 18 por ciento. Sus leyes fiscales de 2017 ya otorgaron a las grandes corporaciones enormes recortes de impuestos al reducir la tasa al 21 por ciento. Esto proporcionará una reducción impositiva adicional de aproximadamente 400.000 millones de dólares en diez años a las grandes corporaciones, lo que se sumará a lo que ya han ganado desde 2017.
Uno de los mantras de Trump ha sido priorizará a lo estadounidense respecto a lo exterior. La América Profunda vibraba con esa idea. Sin embargo, los documentos sobre los que se sustenta su programa de gobierno conceden nuevas exenciones fiscales a las corporaciones que transfieran beneficios al exterior.
El Proyecto 2025 también propone reformas tributarias a largo plazo que trasladará drásticamente la carga impositiva a los hogares de ingresos bajos. Algunas de estas propuestas son vagas, pero incluyen el cambio a un impuesto nacional a las ventas (conocido como impuesto al consumo), que generalmente impone una responsabilidad fiscal mucho mayor a los hogares de ingresos bajos que, en comparación con los hogares ricos, necesitan gastar una parte mayor de sus ingresos en bienes y servicios y ahorran una parte menor a medida que llegan a fin de mes.
El documento de la ultraconservadora Heritage Foundation también propone requisitos antidemocráticos de supermayoría para que el Congreso aumente los ingresos, una táctica que los estados conservadores utilizan para presionar a la baja los impuestos (no existe un requisito de supermayoría para reducir los impuestos), lo que dificultará que Estados Unidos dé una respuesta efectiva a nuevas necesidades o incluso aumente los ingresos para reducir los déficits.
Los tres documentos exigen la derogación de la financiación de la Ley de Reducción de la Inflación para el IRS, es decir, para la Agencia Tributaria. De esta forma lo que se pretende es abrir la puerta a la elusión y la evasión fiscal de las grandes empresas y las familias ricas. Si no hay control, podrán dejar de pagar los pocos impuestos que van a quedar tras las reformas tributarias de Trump.