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Ayuso afirma que los españoles son tontos si no ven lo que ella ve

La presidenta de la Comunidad de Madrid, utilizando la estrategia propagandística de focalizar al enemigo en un solo ente, ha vuelto a advertir de la ilegitimidad del gobierno de Sánchez, cargar a Sánchez acciones que ha realizado Podemos o hablar de los problemas de la Justicia sin entrar en ningún momento a proponer soluciones contra la corrupción judicial

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Las estrategias de propaganda de Joseph Goebbels siguen muy vigentes, sobre todo desde que el trumpismo y la extrema derecha hayan vuelto a las primeras líneas de la política. La principal representante del trumpismo en España es Isabel Díaz Ayuso y, nuevamente, ha vuelto a aplicar en uno de sus discursos esos puntos que fueron tan efectivos durante los años 30 del siglo XX para el crecimiento del fascismo en Europa.

La presidenta de la Comunidad de Madrid suele utilizar varios de esos principios en sus intervenciones públicas. Uno de los más usados es el «Principio del método de contagio: Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada».

Otro de los preferidos de Ayuso es el «Principio de la exageración y la desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave».

Finalmente, quizá el favorito de este nuevo populismo trumpista que lidera Ayuso en España, sea el «Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas». Es decir, seguir la premisa de que si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.

Hoy Ayuso ha vuelto a hacerlo y lo ha mezclado todo para lanzarlo contra Pedro Sánchez. Por un lado, ha vuelto a insistir en la ilegitimidad del gobierno al afirmar que el «sanchismo está ocupando todo espacio político, institucional y social de manera totalitaria e ilegítima con la clara intención de cambiar el orden constitucional por la puerta de atrás, despreciar, generar dependencia de las arcas públicas en el mayor número de españoles posible, y hacer imposible la alternancia en el poder».

Esto es un referente en los discursos de Isabel Díaz Ayuso, plantear una estrategia subversiva que tiene en mente Pedro Sánchez de cambiar el modelo de Estado. Ojalá se dieran los cauces para que así fuera, que se reformara la Constitución y los españoles pudieran votar democráticamente sobre la Jefatura del Estado, pero no es así. Esto sólo lo ve Ayuso y por eso insiste tanto, para que el mensaje cale.

«Sánchez tiene el plan de someter a la Justicia, como ha hecho con la Fiscalía y el Tribunal Constitucional; censurar a la Prensa, con ataques personales a periodistas y comunicadores; destruir a la oposición con quien no debate las leyes porque lo hace todo por decreto […] el plan final es que el ciudadano no tenga modo de defenderse del poder y que toda protesta sea, silenciada o desacreditada, o comprada. Todo esto lo hemos visto ya en Hispanoamérica: está trasladando el mismo plan. Es el mismo modelo», ha afirmado.

Esto es lo que Ayuso ve y, para garantizar que su mensaje penetra en la ciudadanía, no ha dudado en afirmar que «sólo las urnas, el voto libre y responsable de los españoles, pueden salvarnos de que Sánchez y sus coaligados de ultraizquierda, independentistas y herederos de Eta culminen su plan […] Si no queremos verlo, no será porque no lo estén mostrando descaradamente. Si los españoles no despiertan y caen en la cuenta de lo que están haciéndole, varias generaciones pagarán el precio de esa ceguera. Si la sociedad española no lo ve lo que está pasando es que somos tontos».

Es decir, que Ayuso, en la posición mesiánica en que se cree que está, llama «tontos» a los españoles que no ven la realidad como ella. Esto, evidentemente, no tiene intención de insulto o menosprecio, es una calculada estrategia para simplificar una situación compleja y minimizarlo al nivel de «niño de 5 años».

Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso no aporta pruebas de lo que dice ni de lo que acusa. Afirma que hay un plan para convertir España en una república laica, pero no aporta evidencias de ello. Dice que Sánchez ataca a la prensa cuando, en realidad, ha sido Podemos quien ha señalado a determinados profesionales, lo cual, como ya analizamos en Diario16, es un error de bulto.

Ayuso afirma que se quiere someter a la Justicia por las recientes votaciones del Tribunal Constitucional y eso lo trata como si fuera el mayor problema del tercer de la democracia española. Ni Ayuso ni ningún otro representante político ha señalado el verdadero problema que asola a la Justicia en España: la corrupción judicial. Ayuso sólo está preocupada de que los jueces conservadores estén en minoría pero no ahonda en que los tribunales españoles están controlados por las influencias y los grandes despachos de abogados.  

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1 COMENTARIO

  1. Tiene razón. Hay que ser tonto para escucharla,para votar a una narcisista mientras te insulta. El problema no es la diferencia ideológica, el problema es usted Señora Ayuso…

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