Todo el mundo sabe que se odian, que no se llevan, que se han lanzado a una lucha descarnada y sin cuartel por el poder del PP de Madrid. Sin embargo, ellos lo niegan y tratan de sonreír y ponerse caritas cuando los fotógrafos y las cámaras de televisión colocan en ellos sus focos y objetivos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, han negado que haya un “duelo entre los dos” y han remarcado su “enorme complicidad” y objetivo común: “trabajar por Madrid”.
Así lo han dejado caer en una entrevista conjunta en El Mundo, recogida por Europa Press, al ser preguntados por si el presidente nacional del PP, Pablo Casado, está “alentando” un enfrentamiento entre ambos de cara al proceso de elección de la Presidencia de la formación en la región, al que Ayuso se ha postulado ya y donde tendrá al alcalde como su más que posible rival. La entrevista en El Mundo es puro postureo, ya que la batalla entre familias ayusistas y almeidistas es pública y notoria. Ayuso acudirá a regañadientes a la Convención Nacional del PP (ella prefería poner tierra de por medio y largarse a Estados Unidos, tal como le aconsejaba Miguel Ángel Rodríguez MAR) mientras que los almeidistas, más bien los casadistas de Teodoro García Egea, siguen afilando los cuchillos para vengarse de Espe Aguirre por llamarlos “niñatos y chiquilicuatres” incapaces de ganar unas elecciones.
El pollo que se ha montado en el PP es monumental, pero ellos se esfuerzan por dar imagen de unidad y cordialidad. Dicen que las derechas siempre muestran su unión cuando se trata de quedar bien en la foto, pero lo cierto es que se matan entre ellas tanto o más como las izquierdas. El poder remueve los instintos más bajos y la proximidad de la Convención ha agitado los jugos gástricos de unos y otros. Todos quieren pillar su cacho de poder, colocarse bien, y la piscina de Génova parece un festín de pirañas. Habrá que ver cómo termina la fiesta que Casado había organizado a mayor gloria suya y que puede convertirse en una reyerta entre capuletos y montescos. En cualquier caso, Isabel ya no es la Julieta de Casado ni su preferida sino más bien su Lady Macbeth. Le presidenta madrileña le hace sombra. El PP hierve de ambición y luchas de poder.
Ayuso versus Almeida
“Como dice Isabel, nosotros somos partners, y vamos a trabajar juntos siempre con la misma complicidad”, asegura Martínez-Almeida, quien ha coincidido con la dirigente autonómica en que nada las gustaría “más “ que verse en 2023 celebrando la llegada de Casado a La Moncloa. “Nos veremos en un balcón, pero no sé si en el de Génova, que la vamos a vender”, ha ironizado el alcalde.
Sobre esa contienda electoral, Ayuso ha acusado al gabinete del presidente de España, Pedro Sánchez, de “seguir sin entender ideológicamente a Madrid” y de ir “en sentido contrario” a su sociedad apostando por “políticas trasnochadas” y por “discriminarla siempre que pueden”.
“Ellos piensan que van a ganar España contra Madrid y no son conscientes de que no se puede entender España sin Madrid y es donde se equivocan”, ha zanjado el regidor.