Cuida de tu microbiota intestinal

14 de Mayo de 2024
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ensalada

Seguro que alguna vez has escuchado la afirmación de que el intestino es el segundo cerebro. O, todavía más acertado, que hay una conexión directa entre nuestro sistema digestivo y nuestra mente. La realidad es que cuanto más equilibrada y variada sea nuestra alimentación, mayor será nuestro bienestar físico y mental. En ello tiene un papel fundamental la microbiota, el conjunto de microorganismos que hay en nuestro intestino y que son esenciales para nuestra salud.

Comer frutas, hortalizas y legumbres es algo muy importante dentro de la dieta adecuada para nuestra microbiota. Vamos a conocer algunos aspectos destacados de la alimentación y otros hábitos para que nuestro intestino nos proporcione todo tipo de beneficios.

La variedad de frutas, verduras y hortalizas

En términos generales, una dieta con un alto porcentaje de frutas, verduras y hortalizas es crucial para la microbiota.

Además, cuanta más variedad haya, todavía será más favorable. Tenemos que imaginarnos platos en los que haya muchos colores formados por frutas y verduras y sus propiedades. Este efecto visual nos garantiza que estamos incorporando a nuestro intestino gran parte de los microorganismos o bacterias que necesita.

Alimentos antioxidantes, siempre presentes

Un tipo de alimento muy importante para nuestra microbiota intestinal son los antioxidantes, ya que favorecen muchos aspectos de nuestra salud, entre ellos la salud cardiovascular y cerebrovascular. Se asocia el color lila a algunos de los alimentos con esta propiedad, si bien podemos encontrarla en col, brócoli, cítricos, uvas, zanahorias o cebollas, entre otros.

Carne y pescado en proporciones adecuadas

La variedad de carne y pescado también es importante para aportar equilibrio y diversidad a la microbiota. Sus grasas y proteínas son necesarias y, como con las verduras u hortalizas, es interesante combinar carnes de ave con carnes rojas.

El deporte y el descanso, hábitos saludables para tu intestino

No solo de la alimentación depende la diversidad de nuestra microbiota. Disponer de hábitos saludables como el deporte o el descanso es muy importante. El ejercicio, de hecho, ha demostrado en varios estudios que incrementa la diversidad de la microbiota y, por lo tanto, nuestro sistema inmunitario o el funcionamiento correcto de nuestro organismo.

Lo mismo ocurre en el sentido contrario, es decir, el buen estado de la microbiota favorece el rendimiento deportivo. Algo similar ocurre con el descanso. Si una pauta correcta y equilibrada de horas de sueño son positivas para la microbiota, una mala alimentación puede alterar nuestras pautas de sueño.

La salud mental también depende de nuestra microbiota

Además del bienestar físico, el equilibrio mental también es un factor relacionado con los microorganismos de nuestro intestino. Es conocida la relación entre el sistema nervioso y el digestivo, por ejemplo, a través del nervio vago, que nace en el cerebro y llega hasta el estómago y regula aspectos como la deglución, el vómito o la generación de ácidos gástricos.

Una microbiota equilibrada favorece nuestra estabilidad mental y la segregación de neurotransmisores reguladores del estrés o la ansiedad como la serotonina.

Así, nunca podemos subestimar el poder de nuestro intestino y cuidar nuestra alimentación y nuestros hábitos. En ocasiones, un cambio de pautas nutricionales puede resultar en una mejora en muchos aspectos de nuestra salud que nunca hubiéramos imaginado.

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