La Calcografía Nacional acoge una de las exposiciones más importantes de los últimos tiempos, "Aguafortistas. De Fortuny a Solana", una muestra que explora la evolución del grabado español y su impulso creativo a través de las décadas finales del siglo XIX y principios del XX. La exposición, que podrá visitarse desde el 12 de febrero hasta el 18 de mayo de 2025 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, reúne 66 piezas excepcionales que destacan a los artistas más relevantes de este periodo, entre ellos Mariano Fortuny, Ricardo Baroja y José Gutiérrez Solana.

La técnica del aguafuerte, una de las formas más complejas y sutiles del grabado calcográfico, se impuso en España como un medio de expresión personal mucho más allá de la reproducción pictórica. Este resurgimiento de la técnica en el último tercio del siglo XIX no solo marcó una etapa dorada para la estampa, sino que también representó un cambio significativo en la historia del arte español, enfrentándose a la competencia de la fotografía y la litografía.
Un viaje histórico desde la interpretación hasta la creación
La muestra, comisariada por Javier Blas, está organizada en cinco ejes temáticos que permiten al visitante comprender las distintas fases de esta evolución. Uno de los primeros apartados, "Fortuny, la excepción", analiza el trabajo de Mariano Fortuny Marsal, un pintor-grabador que se desvió de las convenciones académicas, explorando nuevas posibilidades dentro del grabado. Su hijo, Mariano Fortuny Madrazo, continuó su legado con una obra igualmente destacada, aunque en menor cantidad, pero de una calidad sublime.
El apartado "La tradición académica" muestra el aguafuerte de interpretación, en el que figuras como Bartolomé Maura y Ricardo de los Ríos fueron fundamentales. Estos artistas aplicaron el aguafuerte para interpretar la pintura, un proceso que no buscaba una copia exacta, sino una adaptación artística que superaba las limitaciones del buril.

Paisajes y escenas de la España negra
Un aspecto crucial de la exposición es la influencia del paisajista belga Carlos de Haes. Su técnica de capturar la naturaleza al aire libre marcó un punto de inflexión en la estampa española. Junto a él, sus discípulos Agustín Lhardy, Juan Espina y Tomás Campuzano también llevaron el paisaje al aguafuerte, creando obras que continuaron la tradición paisajística en un estilo único y muy personal.
Por otro lado, la "Herencia del 98" se refleja en las obras de Ricardo Baroja y José Gutiérrez Solana, quienes, a través de su mirada introspectiva, capturaron la cruda realidad de la España de su tiempo. Baroja, figura clave de la Generación del 98, plasmó en sus grabados paisajes urbanos y personajes errantes que transmiten la sensación de un país en crisis. Gutiérrez Solana, por su parte, profundizó en la España negra, mostrando la pobreza y desolación de la sociedad española a través de sus inquietantes estampas.

La Calcografía Nacional: Un santuario de creatividad
En esta exposición no solo se revelan las grandes obras de estos artistas, sino también el proceso detrás del aguafuerte. Los visitantes tendrán la oportunidad de descubrir cómo los grabadores trabajaban con la plancha de cobre, aplicando barniz y sumergiéndola en ácido para crear las finas líneas que dan vida a sus obras. Como bien señala Blas, "el aguafuerte es una técnica de grabado que no solo requiere destreza, sino una profunda conexión con el metal, ya que cada línea es una incisión que requiere atención minuciosa."
La exposición también invita a los visitantes a disfrutar de la atmósfera única de la Calcografía Nacional, un espacio donde el tiempo parece haberse detenido, rodeados de los antiguos tórculos que han imprimido las planchas de maestros como Goya. Las obras no solo deben ser vistas, sino sentidas, tocadas con la mirada, ya que, como explica el comisario, "el aguafuerte reclama una mirada íntima, una observación detallada que revele sus secretos ocultos."

Una invitación a la contemplación estética
En palabras de Javier Blas, "una de las metas de la exposición es provocar un profundo placer estético en quienes se acercan a estas obras". En este sentido, "Aguafortistas. De Fortuny a Solana" no solo es una exposición sobre grabado, sino una reflexión sobre el arte en su forma más pura, donde la técnica se convierte en una poderosa herramienta de expresión creativa, capaz de transmitir emociones y visiones complejas de la realidad.
Este recorrido por el aguafuerte español no es solo una lección de historia, sino una inmersión en una técnica que, lejos de ser meramente un medio de reproducción, se transformó en un vehículo para la libertad artística, dando a los artistas la oportunidad de explorar nuevos horizontes creativos. Sin duda, una exposición que invita a descubrir, redescubrir y apreciar el grabado español en su máxima expresión.
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