Hace hoy doscientos años abría sus puertas en Madrid el Museo Real, germen del actual Museo del Prado, que con motivo de esa celebración ha vivido un intenso año de eventos que culminan con un invitado de excepción.Francisco de Goya y Cifuentes tenía 73 años cuando la exquisita pinacoteca comenzó a funcionar, aunque pocos confían en que el pintor acudiera a la inauguración dado que aquel invierno sufrió una dura enfermedad de la que llegó a dejar constancia con un cuadro que dedicó en agradecimiento al médico que le trató. Asistiera o no, los dos retratos del rey Carlos IV y de la reina María Luisa de Parma que se exponían convertían a Goya en el artista vivo más importante del nuevo museo.Ahora que se cumplen dos siglos de aquella fecha, El Prado conmemora su relación con el artista a través de la muestra Solo la voluntad me sobra, que supone la mayor reunión hasta la fecha de obra sobre papel (unas 300 piezas) del pintor. Los dibujos otorgaban plena libertad a Goya para plasmar sus inquietudes, convirtiéndolo en una suerte de periodista gráfico del momento.En esos dibujos puede advertirse la preocupación del artista por temas sociales que resultan hoy de sorprendente actualidad, desde la desigualdades sociales y la hipocresía de los poderosos a la violencia machista.José Manuel Matilla y Manuela Mena son los dos comisario de esta muestra, dos auténticos expertos en la obra de Goya, a la que han dedicado años de estudio. Coinciden ambos en que es en sus dibujos donde mejor queda al descubierto la forma de pensar del pintor.Los responsables de la exposición del Museo del Prado han optado por pintar las paredes de blanco y acompañar cada dibujo con carteles explicativos, lo que supone que no solo sea una exposición para ver sino también para leer. De este modo se lleva a cabo un intenso recorrido desde sus primeros dibujos en su etapa Italiana hasta su último autorretrato, con 82 años.
Lo + leído