En el vibrante panorama del arte contemporáneo, pocos nombres brillan con tanta fuerza como el de Enam Gbewonyo. Nacida en Londres en 1980 y criada en un contexto que mezcla las herencias británica y ghanesa, esta artista textil y de performance ha dedicado su carrera a explorar y reivindicar la identidad, la historia y las luchas de las mujeres negras a través de su arte. Desde su formación en la Bradford School of Art hasta su actual reconocimiento internacional, Gbewonyo ha tejido un camino lleno de pasión, compromiso social y una búsqueda constante por la verdad.
Un viaje de descubrimiento y transformación
La trayectoria de Enam Gbewonyo es un relato de transformación personal y profesional. Tras graduarse en diseño textil, su carrera la llevó a Nueva York, donde trabajó como diseñadora de punto. Sin embargo, la vida en la gran manzana no fue suficiente para ella. Al regresar a Reino Unido, se encontró en un sistema educativo que enfrentaba serias recortes de financiación, lo que hizo aún más evidente la falta de representación y apoyo para artistas como ella. A pesar de estas adversidades, su hermano la animó a ver el valor artístico de sus creaciones, lo que le dio la confianza para continuar su camino en el mundo del arte.
Desde 2016, Gbewonyo ha utilizado un material poco convencional: medias recicladas. A través de este medio, ha logrado transformar un residuo cotidiano en piezas de arte que desafían la percepción tradicional. "El nailon es dinámico: es frágil y fuerte al mismo tiempo", explica. Esta dualidad no solo se refleja en el material que utiliza, sino también en su enfoque hacia la identidad y la historia, que navega entre lo personal y lo colectivo.
El impacto de la historia en el arte
Gbewonyo no se limita a crear arte por el arte; su trabajo está profundamente arraigado en la historia y las narrativas de las mujeres negras. A través de su investigación sobre la historia de las medias, conecta las luchas actuales de las mujeres negras con el legado colonial, el comercio de esclavos y la opresión que ha perdurado a lo largo de los siglos. “Mi trabajo está íntimamente ligado a mi propia trayectoria”, afirma Gbewonyo, reconociendo su conexión con Ghana y su experiencia como mujer negra en el Reino Unido.
Uno de los aspectos más impactantes de su obra es cómo aborda la cuestión del “desperdicio colonial”. Cada año, se desechan aproximadamente dos mil millones de pares de medias, y una gran parte de este desperdicio termina en vertederos en el sur global. “La moda y el consumismo han creado un ciclo de desechos que es insostenible. A través de mi arte, quiero poner de relieve esta problemática”, explica. Al utilizar un material que es a la vez bello y representativo de una historia de exclusión, Gbewonyo invita a sus espectadores a reflexionar sobre sus propias conexiones con el consumo y el desperdicio.
Performance como herramienta de sanación
Además de su práctica textil, Enam Gbewonyo ha explorado la performance como un medio poderoso para la sanación y la expresión. Sus actuaciones suelen incorporar danza y movimiento, creando espacios donde las audiencias pueden confrontar la realidad de las historias que narra. En 2019, su participación en la 58ª Bienal de Venecia fue un momento decisivo en su carrera, donde utilizó la danza para articular la voluntad y las posibilidades de las mujeres negras.
“Para mí, la performance es un acto de resistencia. Al moverme y al bailar, expreso no solo mi historia, sino la de todas las mujeres que han sido silenciadas”, dice Gbewonyo. Su trabajo no solo busca visibilizar las luchas de las mujeres negras, sino también ofrecer un espacio de sanación. En un mundo donde las narrativas de las mujeres negras han sido históricamente ignoradas, su arte se convierte en una forma de reivindicación y empoderamiento.
La comunidad como motor de cambio
Reconociendo las barreras que enfrentan las artistas negras en el Reino Unido, Gbewonyo fundó en 2015 el colectivo Black British Female Artist (BBFA). Este espacio se ha convertido en un refugio para artistas como Adelaide Damoah y Ayesha Feisal, que comparten su visión y experiencia. “Quería construir una comunidad de personas afines. Ser una artista negra en el Reino Unido puede ser bastante solitario”, comenta Gbewonyo, reflejando el deseo de cambiar la narrativa y construir un futuro más inclusivo.
El colectivo ha sido fundamental para promover la visibilidad de las artistas negras en el ámbito artístico y ha trabajado para cambiar la percepción de su trabajo en un sistema que a menudo las margina. Aunque Gbewonyo ha visto mejoras en la representación de artistas negras en los últimos años, también señala que el camino hacia la igualdad está lejos de completarse. “A menudo, las instituciones artísticas parecen más interesadas en hacer un ejercicio de verificación que en realizar un cambio real. Necesitamos espacios seguros donde las artistas puedan prosperar”, afirma.
La mirada hacia el futuro
Enam Gbewonyo no solo está comprometida con su propia práctica artística, sino que también se preocupa por el futuro de las próximas generaciones de artistas. “Es esencial que las artistas jóvenes sean conscientes de su mercado desde el principio”, dice. Su visión incluye la posibilidad de que los coleccionistas reinviertan una parte de sus ganancias en artistas emergentes, creando así un ciclo de apoyo que beneficia a toda la comunidad artística.
A medida que su obra continúa ganando reconocimiento en ferias de arte en todo el mundo, desde Miami hasta Lagos, Gbewonyo se mantiene firme en su misión de utilizar su arte como una plataforma para el cambio. Sus recientes exposiciones, como “Gardez L’Eau” en God’s House Tower, donde explora temas de comercio y colonialismo, son ejemplos claros de cómo su trabajo trasciende el espacio del arte, conectando con historias humanas y cuestiones sociales profundas.
Enam Gbewonyo es más que una artista; es una narradora, una defensora y una agente de cambio. A través de su trabajo, no solo celebra la identidad y la experiencia de las mujeres negras, sino que también invita a todos a reflexionar sobre su propio papel en la historia. En un mundo que a menudo minimiza las voces de las mujeres, su arte resuena con fuerza, recordándonos que cada historia es valiosa y merece ser escuchada.