Imogen Cunningham: la esencia del cuerpo y la naturaleza en la fotografía moderna

Una mirada única a la sensualidad y la belleza de lo cotidiano a través de la lente de una pionera

22 de Diciembre de 2024
Actualizado el 23 de diciembre
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Imogen Cunningham Esencias

La obra de Imogen Cunningham (1883-1976) sigue siendo una de las más revolucionarias de la fotografía del siglo XX. Su enfoque técnico, combinado con una sensibilidad artística que desafiaba las convenciones de su tiempo, la convirtió en una de las figuras más destacadas de la fotografía moderna. La exposición "Imogen Cunningham. Esencias. Colección José Luis Soler Vila", que se puede disfrutar hasta el 19 de enero de 2025 en la Sala Noble del Museo Carmen Thyssen de Málaga, ofrece una oportunidad única para explorar una parte fundamental de su legado artístico, centrada en sus icónicas series de desnudos y plantas.

IMOGEN CUNNINGHAM, Triángulos, 1928. Fotografía a las sales de plata. Colección José Luis Soler Vila © 2024 Imogen Cunningham Trust / www.ImogenCunningham.com
IMOGEN CUNNINGHAM, Triángulos, 1928. Fotografía a las sales de plata. Colección José Luis Soler Vila © 2024 Imogen Cunningham Trust / www.ImogenCunningham.com

Nacida en Portland, Oregón, Imogen Cunningham creció en una familia que fomentó su amor por la naturaleza y las artes. Su formación en Química en la Universidad de Washington y su fascinación por la técnica fotográfica le permitieron experimentar con la luz y las sombras de manera única. A pesar de la vida familiar que eligió, especialmente en California, Cunningham nunca dejó de trabajar, capturando la esencia de su entorno más cercano: su jardín y sus amigos. De esta forma, transformó lo cotidiano en algo sublime.

Su carrera fue una mezcla de pasión por la botánica, el retrato y el fotoperiodismo. A lo largo de los años, sus fotos desafiaron la percepción convencional del desnudo y la naturaleza. En lugar de tratar estos temas desde un punto de vista puramente documental, Cunningham les otorgó una profundidad emocional y estética, llevándolos a una dimensión más abstracta y poética. En sus plantas y desnudos, Cunningham exploraba las formas esenciales, las estructuras más simples y hermosas de la vida, tanto humana como vegetal. Este enfoque se aleja del erotismo convencional y la cosificación del cuerpo humano, para rendir homenaje a su belleza intrínseca, pura y natural.

IMOGEN CUNNINGHAM, Desnudo, 1939. Fotografía a las sales de plata. Colección José Luis Soler © 2024 Imogen Cunningham Trust / www.ImogenCunningham.com
IMOGEN CUNNINGHAM, Desnudo, 1939. Fotografía a las sales de plata. Colección José Luis Soler © 2024 Imogen Cunningham Trust / www.ImogenCunningham.com

Una visión moderna de la naturaleza y el cuerpo humano

En los años 20 y 30, Cunningham cofundó el influyente Grupo f/64, un colectivo que promovía la fotografía directa, es decir, la captura de imágenes sin ningún tipo de manipulación posterior. Esta técnica, que contrasta con el pictorialismo de la época, favorecía la claridad y la precisión, permitiendo una visión nítida y sin adornos de la realidad. En sus trabajos de botánica, Cunningham retrató plantas con un detalle tan minucioso que cada pétalo y hoja parecen cobrar vida propia. Al mismo tiempo, sus desnudos humanos exploran la forma pura a través de un juego de luces y sombras que transforman el cuerpo en una composición geométrica, con un fuerte enfoque en la simplicidad y la abstracción.

La exposición del Museo Carmen Thyssen presenta una serie de fotografías que capturan este enfoque radical y experimental de Cunningham. Entre las piezas más destacadas se encuentra Triángulos (1928), una fotografía de un desnudo que se convierte en una obra abstracta llena de contrastes de luz y sombra. La imagen trasciende la simple representación del cuerpo humano y se convierte en una reflexión sobre la geometría y la estética pura. Este tipo de fotografía fue pionero en su época, ofreciendo una nueva forma de ver el cuerpo y la naturaleza, más allá de lo convencional.

IMOGEN CUNNINGHAM, Magnolia en flor, 1925. Fotografía a las sales de plata. Colección José Luis Soler Vila © 2024 Imogen Cunningham Trust
IMOGEN CUNNINGHAM, Magnolia en flor, 1925. Fotografía a las sales de plata. Colección José Luis Soler Vila © 2024 Imogen Cunningham Trust

Por otro lado, las imágenes botánicas de Cunningham, como Magnolia en flor (1925), son una muestra de su fascinación por la naturaleza. La fotógrafa se dedicó a capturar la esencia de las plantas con una precisión casi científica, pero siempre desde un punto de vista artístico. Sus fotografías elevan lo común a lo sublime, enfocándose en los detalles más pequeños y a menudo invisibles, como la textura de una hoja o la delicadeza de un pétalo, elementos que muchas veces pasan desapercibidos.

IMOGEN CUNNINGHAM, Colletia Cruciata 7, 1929. Álbum “The Eye of Imogen Cunningham”. Copia moderna al platino paladio. Colección José Luis Soler Vila © 2024 Imogen Cunningham Trust
IMOGEN CUNNINGHAM, Colletia Cruciata 7, 1929. Álbum “The Eye of Imogen Cunningham”. Copia moderna al platino paladio. Colección José Luis Soler Vila © 2024 Imogen Cunningham Trust

El legado de una mujer pionera

Imogen Cunningham fue una mujer adelantada a su tiempo. Su capacidad para capturar la esencia de lo cotidiano, ya sea en un cuerpo desnudo o en una flor, la convirtió en una de las fotógrafas más importantes del siglo XX. Su mirada femenina y su habilidad para abordar el cuerpo humano con elegancia y respeto le permitieron romper tabúes y desafíos morales. La sensualidad de sus imágenes no se limita a lo erótico, sino que abarca una visión profunda de la belleza universal, de lo que existe en el mundo natural y humano.

En esta exposición, se nos invita a sumergirnos en el universo de Imogen Cunningham, a través de una selección de fotografías que muestran su maestría técnica y su mirada única. La obra de Cunningham sigue siendo relevante hoy en día, inspirando a nuevas generaciones de fotógrafos y artistas. Su capacidad para encontrar belleza en lo cotidiano, para revelar las esencias de la naturaleza y el cuerpo humano, es un legado que perdura.

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