Para Picasso, el arte que inspiró su obra no era "primitivo". No existía un "antes" o un "después" en el arte; él lo concebía como un todo atemporal. Enfatizaba que “no hay pasado ni futuro en el arte. Si una obra de arte no puede vivir siempre en el presente, no tiene sentido”. Picasso siempre mostró un profundo respeto por las manifestaciones artísticas de otras culturas y épocas, y tenía una habilidad única para comprender y reinventar estas expresiones artísticas, impulsando así un nuevo camino de exploración para el arte universal.
La exposición: "La Metamorfosis de la figura", organizado por 24 ORE Cultura – Gruppo 24 ORE y promovido por el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Milán con la colaboración de la Fundación Deloitte y el patrocinio de la Embajada de España en Italia, ofrece una visión profunda de la carrera del maestro español a través de más de cuarenta obras, incluyendo pinturas, esculturas y 26 dibujos y bocetos del valioso Cuaderno No. 7, cedido por la Fundación Pablo Ruiz Picasso – Museo Casa Natal de Málaga.
Un viaje a través del tiempo y las culturas
La exposición ofrece un recorrido por toda la carrera del artista desde sus primeras obras hasta las últimas, destacando su amor por las fuentes artísticas “primitivas”. Esta constante reelaboración intelectual y el legado artístico de su visión se manifiestan a través de un importante proyecto expositivo que reúne obras clave del maestro, incluyendo piezas prestadas por los principales museos españoles como el Museo Casa Natal en Málaga, el Museu Picasso en Barcelona y el Museo Reina Sofía en Madrid, así como varias colecciones privadas.
Descubrimientos claves de 1906
La primera sección de la exposición transporta a los visitantes a 1906, un año crucial para el artista. Durante este periodo, el artista descubrió el arte ibérico antiguo, caracterizado por rostros estilizados y formas simplificadas que influyeron profundamente en su trabajo. Sin embargo, la influencia más revolucionaria de 1906 fue el arte tribal africano. La apreciación de Picasso por las contribuciones artísticas de las culturas no europeas le llevó a coleccionar estatuas, máscaras y otros objetos de África y Oceanía. Las máscaras africanas, con sus formas estilizadas y simbólicas, y las esculturas oceánicas, con su expresividad cruda, tuvieron un fuerte impacto en Picasso, influyendo en su evolución artística.
Cuadernos de bocetos: un laboratorio personal
La segunda sección explora el aspecto más íntimo de su vida a través de sus numerosos cuadernos de bocetos. A lo largo de su carrera llenó al menos 189 cuadernos con dibujos y notas, utilizándolos como laboratorios personales para explorar ideas y experimentar con nuevas técnicas. Estos cuadernos eran verdaderos diarios visuales donde abordaba problemas creativos y probaba soluciones artísticas. Su famosa declaración "Je suis le cahier" ("Yo soy el cuaderno"), escrita en 1907, subraya la importancia fundamental de estos instrumentos en su proceso creativo.
La escultura experimental
En la tercera sección, la exposición se centra en su producción escultórica prestando especial atención a su obra "Chamba". Esta escultura, creada durante uno de los periodos más experimentales del artista, refleja su búsqueda continua de nuevas formas y materiales. "Chamba" es un ejemplo perfecto de cómo Picasso logró fusionar diversas influencias, inspirándose en el arte tribal africano. La escultura presenta características estilizadas y formas simplificadas, típicas de sus obras de este periodo.
La presencia duradera del arte africano
La cuarta sección revela la presencia duradera de elementos formales heredados del arte africano en la obra de Picasso. Se abre con una escultura Alusi Igbo, que dialoga con sus esculturas, introduciendo esta sección. Las esculturas Alusi, figuras sagradas creadas por el pueblo Igbo de Nigeria, a menudo representan espíritus o deidades locales. El poder de estas obras africanas, con su expresividad atemporal, se refleja en la obra de Picasso de las décadas de 1920 y 1930, influenciando incluso algunos bocetos para "Guernica", incluidos en la exposición, y las figuras trágicas de los años de la guerra.
Metamorfosis de la figura
La quinta sección, "Metamorfosis de la Figura", presenta obras de Picasso de alrededor de 1930 a 1970, un periodo durante el cual el artista exploró formas suaves, biomórficas y orgánicas, alejándose de la representación mimética. Definidas como "metamorfosis" por los expertos, estas obras reflejan una duda trágica sobre la aparente realidad de las formas, tal como describió Carl Einstein. Los elementos figurativos son desmembrados, reformados y distorsionados, pero aún conservan una resonancia humana. Aquí, la influencia africana disminuye a medida que Picasso se centra en la expresión artística pura.
Una atracción mutuamente fructífera
La sexta sección, "Picasso y el Arte Africano: Una Atracción Mutuamente Fructífera", explora la influencia bidireccional entre Picasso y el arte africano. En esta sección, las obras de artistas contemporáneos como el beninés Romuald Hazoumè, el mozambiqueño Gonçalo Mabunda y el congoleño Chéri Samba, atestiguan el profundo reconocimiento de Picasso como un intérprete fundamental de los principios expresivos del arte africano. Estos artistas contemporáneos reelaboran los valores mágico-religiosos de las máscaras rituales de la tradición subsahariana, integrándolos en sus obras con un nuevo enfoque expresivo.
La exposición ofrece a los visitantes una oportunidad única de admirar las obras maestras del maestro español reunidas en una sola exposición en Italia. La colaboración con los principales museos españoles y coleccionistas privados, así como el apoyo de los herederos de Picasso y la Administración Picasso, presidida por su hija Paloma Ruiz-Picasso, han sido cruciales para el éxito de esta exhibición. Milán se convierte así en un punto de encuentro privilegiado para los amantes del arte que desean sumergirse en el universo creativo de uno de los genios más grandes del siglo XX.