‘La piedra permanece’, la guerra de Bosnia contada por gente corriente

El libro de 'La piedra permanece' nos cuenta una historia de la guerra de Bosnia en la que sus dieciséis protagonistas nos narran el desarrollo de un conflicto que desgarró a su nación en una carnicería sangrienta

11 de Agosto de 2024
Actualizado el 12 de agosto
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Evstafiev bosnia cello guerra piedra
Vedran Smailović toca el violonchelo en el edificio destruido de la Biblioteca Nacional de Sarajevo, en 1992. Foto de Mikhail Evstafiev

El ejercicio realizado por el escritor de esta obra, Marc Casals, se podría definir como titánico, pues ha sido capaz de recoger, como solamente lo podría hacer un buen narrador, las historias de dieciséis bosnios de todos los grupos étnicos -judíos, bosníacos, serbios y croatas- y conformar una suerte de polifonía, como explica el mismo autor, que acaba conformando una historia armónica sobre la guerra de Bosnia (1992-1995).

La obra La piedra permanece no es un libro propiamente dicho, sino que es un conjunto de historias sobre Bosnia, con todas sus tonalidades en función de quien las cuenta, que acaban confluyendo en un relato ameno, didáctico y entretenido sobre una guerra que estalló en el corazón de Europa y que nos heló el corazón a todos los europeos durante tres años. Nuestra impotencia y nuestro desconocimiento ante los brutales acontecimientos que se sucedían, junto  a nuestra inacción, provocaron que la tragedia se desarrollase ante nuestras atónitas miradas y  que se se llevase la vida de más de miles víctimas inocentes sin que nadie hiciera nada de nada.  

Finalmente, solamente una intervención de la OTAN bajo liderazgo norteamericano, en 1995, forzó unas negociaciones a cara de perro entre los presidentes de Bosnia y Herzegovina, Croacia y Serbia, que actuaba en representación de los serbobosnios, y se acabó firmando un compromiso, los Acuerdos de Dayton, que pusieron el punto y final a una guerra casi de rasgos medievales. 

Los Balcanes, siempre una realidad compleja para los occidentales, siguen siendo un territorio que, como dejó dicho el gran Winston Churchill, genera más historia de la que es capaz de digerir, y también un lugar desconocido, incluso incógnito, para el gran público europeo. Pese a la consideración peyorativa que arrastra la región, Marc Casals se sintió fascinado por esta zona de Europa, primero viviendo en la capital búlgara, Sofia, después en la croata, Zagreb, y, más tarde, acabó recalando en Sarajevo, la multiétnica capital de Bosnia y Herzegovina. De esa fascinación, de esa curiosidad por entender esta parte del mundo, nació este libro.

DaytonAgreement

Firma de los Acuerdos de Dayton en 1995

Aparte de haber estudiado la región y sus lenguas -habla varias de los Balcanes, entre ellas el búlgaro, el serbocroata y el bosníaco-, Casals ha viajado intensamente por la península balcánica y conoce esta zona de Europa casi como el pasillo de su casa. El autor, al viejo estilo de los grandes viajeros del siglo pasado, ha explorado la región, visitado sus ciudades y pueblos y ha hablado, sobre todo, con la gente sin restricciones sociales, políticas y étnicas. Este libro, tal como lo revelan sus páginas cargadas de historia, sabiduría popular, relatos pormenorizados de hechos trágicos y también otros cotidianos, así lo atestigua y nos muestra, a suerte de un gran mosaico, la realidad de una Bosnia que todavía busca, en cierta medida, su identidad nacional, que es plural y definitivamente multiétnica. 

En esta exploración, a través de los personajes seleccionados en el libro, se llega a la conclusión de que realmente los tres grupos -croatas, bosníacos y serbios- fueron víctimas de la guerra, a pesar de que numéricamente los bosnios de origen musulmán se llevaron la peor parte, y subyace también la idea de que la reconstrucción de la convivencia es una tarea todavía no concluida en Bosnia. El autor nos cuenta, en varias de sus historias, que el regreso de los antiguos pobladores de las tres etnias expulsados durante la guerra es un proceso que se realiza a cuentagotas y que la mayoría de los retornados son ancianos que regresan a morir en sus abandonados hogares. Así, poco a poco, a través de la homogeneización étnica de las ciudades y pueblos bosnios, la limpieza étnica ha acabado imponiéndose como una realidad sobre el terreno derivada de la guerra y del ideario de muchos de los líderes tribales bosnios,

El espíritu de Sarajevo, en el sentido de una ciudad abierta, plural y multiétnica en que la convivencia discurría sin aparentes conflictos, es otro de los temas colaterales del libro, en el sentido de que él mismo salió seriamente dañado después de la guerra. La mayor parte de los serbios de Sarajevo se han marchado de la ciudad antes, durante y después de la guerra, sobre todo tras la firma de los Acuerdos de Dayton, en que varios barrios serbios de la ciudad fueron adjudicados a la Federación conformada por bosníacos y croatas. Solamente del barrio de Grbavica, 23.000 de los 25.000 serbios tuvieron que salir del mismo y abandonar sus casas y propiedades tras pasar de manos serbiobosnias a bosníacas en marzo de 1996. De los 190.000 serbios que vivían en Sarajevo en 1991, un año antes de la guerra, hoy apenas quedarían algo menos de 18.000, es decir, el 90% de la población serbia fue “limpiada” étnicamente. Pero lo mismo ocurre con otras ciudades en manos serbias, como la capital de la República Srpska, Banja Luka, también “limpiada”, pero en este caso de musulmanes.

Para finalizar, no cabe duda que el libro tiene un gran mérito por varios motivos. En primer lugar, porque la región de los Balcanes siempre ha sido una zona muy desconocida para el gran público español, contribuyendo este libro a dar algo de luz al complejo conflicto bosnio, y, en segundo lugar, que esta parte de Europa nunca atrajo a la curiosidad de los investigadores y estudiosos de nuestro país salvo contadas excepciones. Que alguien como Marc Casals, llevado por el afán de conocer el universo balcánico y compartir sus experiencias, relatos y diálogos con testigos de la historia en primera persona, resuma en un libro de estas características todo su bagaje de estos años, plagados de estudios y experiencias únicas, es una misión loable y digna de mención. Quizá el relato La piedra permanece de Casals definitivamente le lleva la contraria al gran Otto von Bismarck cuando llegó a la conclusión de que “los Balcanes no valen la vida de un solo granadero de Pomeramia”. Puede ser, Bismarck, pero al menos merecen un gran libro como el que ahora tengo entre mis manos. 

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