Lejos de anclarse en el cliché, la figura del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944) se acrecienta día a día tras décadas de ostracismo cómplice por parte de todas las instituciones y sensibilidades culturales de este país. Siempre fue una figura incómoda para unos y otros porque nunca tuvo el más mínimo problema para caminar sobre el filo de la navaja una y otra vez destapando las vergüenzas de los intolerantes que nunca tuvieron miramientos en los medios para alcanzar sus fines. Esta obra del reputado historiador Francisco Cánovas Sánchez realiza un completo y exhaustivo recorrido por la vida y obra de una figura clave para entender algunos de los episodios más relevantes de la historia más convulsa de este país y de Europa en la primera mitad del pasado siglo.
Pese a haber sido felizmente recuperado del olvido en los últimos años, la figura de Chaves Nogales aún es una gran desconocida pese a su grandeza y fuerza. ¿Por qué sigue sin elevarse definitivamente a los altares de la literatura española del pasado siglo veinte, más allá de encumbrarse por méritos propios como el mejor periodista español?
Durante muchos años, el sectarismo político y el conservadurismo académico han ocultado las obras de Chaves Nogales con una pesada losa de olvido. Los estudiantes de Historia, de Literatura y de Periodismo de mi generación desconocíamos totalmente su existencia. Desde los años noventa, gracias al trabajo realizado por María Isabel Cintas y por otros investigadores, escritores y editores, se ha reconocido la calidad literaria de sus relatos, se ha puesto en valor su jerarquía como cronista de su tiempo y se ha recuperado el lugar que le corresponde en la cultura española. El libro Manuel Chaves Nogales. Barbarie y civilización en el siglo XX se propone acercar al gran público la obra periodística y literaria del gran periodista sevillano.
Su periodismo fue pionero de corrientes emblemáticas posteriores como el Nuevo Periodismo provenientede genios anglosajones como Truman Capote o Tom Wolfe. Pese a ello, en España sigue sin ser un referente a día de hoy. ¿Por qué?
Chaves Nogales renovó el periodismo, anticipando algunos de los aspectos característicos del “nuevo periodismo” que desarrollaron años después Rodolfo Walsh, Truman Capote y Gay Talese. Decía que su trabajo consistía en “andar y contar”, “andar” para ir a los lugares donde se producían las noticias y “contar” historias basadas en hechos reales, con un leguaje cuidado, literario y veraz. Y todo ello lo hacía con el propósito de facilitar a los lectores el conocimiento de los grandes temas de su tiempo y proporcionarles las herramientas informativas necesarias para actuar de forma consciente y cabal. Chaves Nogales constituye una excelente referencia para los jóvenes periodistas españoles.
“Hoy, en el siglo XXI, las ideas y los valores que Chaves Nogales defendió conservan su frescura y están plenamente vigentes”
¿Esa incomodidad que generaba por igual en los extremos de ambos lados ideológicos, su franqueza, compromiso y honestidad profesional pueden ser la causa de haber sido relegado al ostracismo?
Sin duda alguna. Como se ha indicado, el sectarismo ocultó durante varias décadas la obra periodística y literaria de Chaves Nogales, pero en la actualidad su capacidad de trabajo, su honestidad y su calidad son reconocidos por un número cada vez mayor de lectores, aunque queda todavía mucho por hacer para acercarlo a sectores más amplios de los españoles.
Mucho más que una biografía en el pleno sentido de la palabra, su obra sobre Chaves Nogales aborda la visión histórica que el periodista sevillano tuvo de los grandes acontecimientos mundiales que le tocó vivir y sufrir. ¿Por qué no puede entendersesu figura profesional sin esos grandes hechos históricos?
A mi juicio, la principal contribución de Chaves Nogales fueron las crónicas, los relatos y reportajes sobre la Revolución Rusa, la Alemania de Hitler, la Segunda República española, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y el exilio, en los que se advierte la interacción dinámica que existe entre su trayectoria biográfica, su tiempo y su obra. Son crónicas escritas desde el presente, con la urgencia requerida por el trabajo periodístico, que ofrecen unos testimonios lúcidos, valientes y premonitorios de la Europa de entreguerras, de la enconada lucha entre la barbarie y la civilización que desató la mayor catástrofe del mundo contemporáneo. El libro presta una especial atención a todos estos aspectos.
Unade las evidencias que más sorprendenactualmentede la obra de Chaves Nogales es la plena vigencia tanto de su estilo como del contenido de sus crónicas y relatos. Quizá esto sea lo más difícil para un escritor: trascender a su tiempo y elevarse como autor universal. ¿Chaves Nogales lo es?
Efectivamente, sus testimonios sobre los grandes acontecimientos de la primera mitad del siglo XX trascienden su tiempo. Hoy, en el siglo XXI, las ideas y los valores que Chaves Nogales defendió en los periódicos, los libros y las tribunas conservan su frescura y están plenamente vigentes. El diálogo, la negociación, la democracia, la tolerancia, la justicia social, la denuncia del totalitarismo y el rechazo del fanatismo y la guerra continúan siendo prioridades esenciales para construir una vida mejor.
¿Qué episodiobiográficocree que marcó más su personalidady su compromiso ideológicoy profesional durante su trayectoria vital que terminó con su muerte en el exilio de Londres?
Las guerras, tanto la Guerra Civil española como la Segunda Guerra Mundial, que padeció hasta el final de su vida en 1944. Él creía que las guerras constituyen una catástrofe en la que la condición humana saca a relucir su faz más irracional, violenta y desmedida. Y afirmó que la guerra revelaba la derrota de la inteligencia y la civilización, como expresó en sus reflexiones sobre la batalla de Madrid: “Allí, en aquel ambiente de la Ciudad Universitaria, la guerra civil era ostensiblemente el símbolo elocuente del fracaso de nuestra cultura y nuestra civilización”. Y en aquella encrucijada crítica trató de hacer una labor de sensibilización para apaciguar los ánimos, neutralizar las manifestaciones extremistas y poner fin a aquella guerra entre españoles a través de una mediación razonable.
Tres de los más grandes autores sevillanos de todos los tiempos (Antonio Machado, Luis Cernuda y Manuel Chaves Nogales) reposan en el exilio al que se vieron abocados por las circunstancias históricas. ¿Metáfora de una ciudad y una época a partes iguales?
Una consecuencia lamentable de la enconada lucha entre la barbarie y la civilización que se produjo en aquel tiempo convulso. Como otros escritores, profesores, científicos y artistas de convicciones democráticas sufrieron el exilio y murieron lejos de su tierra y su gente. Y ello entrañó una pérdida irreparable para el progreso de España.
Si tuviera que seleccionar un pasaje específico de un libro concreto suyo, ¿cuál sería y por qué?
El final de su obra La agonía de Francia, por su contenido, su universalidad y su vigencia. Chaves Nogales escribió: “Hasta ahora no se ha descubierto ninguna forma de convivencia humana superior al diálogo, ni se ha encontrado un sistema de gobierno más perfecto que el de una asamblea deliberante, ni hay otro régimen de selección mejor que el de la libre concurrencia: es decir, la paz, la libertad, la democracia”.
Si se atreve a hacer un poco de ficción literaria, ¿qué pensaría Chaves Nogales acerca de la España de 2023? ¿Dónde se situaría en el espectro político-ideológico actual?
Chaves Nogales defendería, como hizo en su tiempo, una democracia avanzada que conciliara las libertades, el respeto a la legalidad y la justicia social. Sería sumamente crítico con los populismos, con los fanatismos y con quienes fracturan la convivencia generando intolerancia, odio y violencia. “En nuestros días -ha escrito Rafael Narbona- Manuel Chaves Nogales sería una figura molesta. Los periódicos ya no quieren voces independientes e intempestivas, sino plumas dispuestas a ser el eco de los discursos vacíos y vergonzosamente sesgados”. Su vida y su obra constituyen una referencia para aprender las lecciones del pasado inmediato, acometer los retos del presente y construir una vida mejor.