Alicia Giménez Bartlett (Almansa, Albacete, 1951) es una de las escritoras españolas más leídas y traducidas en el mundo, además de premiadas (Premio Nadal 2011 y Premio Planeta en 2015, entre otros). Con la serie protagonizada por la inspectora Petra Delicado ha logrado que miles de lectores se identifiquen con ambas, autora y personaje, sobre todo en esta duodécima entrega de la serie, Sin muertos (Destino), donde la inconformista policía hace un alto en su camino profesional y decide tomar distancia con el día a día para recordar su pasado y poder controlar un presente que se le muestra esquivo y escurridizo. De este modo, el repaso que Petra hace de su vida es también la mirada de una mujer de su tiempo a toda una generación a la que le ha tocado vivir dos etapas únicas en la historia reciente de este país.
¿Le ha llegado finalmente el momento a Petra Delicado de rendir cuentas consigo misma? ¿por qué precisamente ahora?
Me di cuenta de que los lectores que han seguido la serie a través de los años se han familiarizado tanto con el personaje de Petra como para considerarlo una persona de carne y hueso. Pensé que podía ser un buen momento para darles los datos que nunca aparecieron en las novelas con casos policiales: infancia de Petra, su educación, sus enamoramientos…
“No se puede vivir la vida con las reglas que te dan los demás”
Recordar su vida pasada para retomar las riendas del presente. No es una tarea cualquiera, desde luego. ¿Hasta qué punto la decisión de su protagonista deberían tomarla muchas personas (ya sean mujeres u hombres) para no mantener el rumbo errático de sus vidas?
Es cierto, deberíamos hacerlo todos. No se puede vivir la vida con las reglas que te dan los demás. Hay que preguntarse cosas de vez en cuando y atreverse a cambiar lo que no te gusta de ti o de tu vida. Que eso sea fácil de hacer es otra cuestión, todos vivimos muy atrapados.
¿Cuál es el peor autodescubrimiento de Petra durante esta etapa de búsqueda de sí misma?
El peor es percatarse de hasta qué punto ha sido capaz de cometer muchas veces los mismos errores. Eso significa que las experiencias vividas sirven poco en realidad, siempre prevalece la personalidad. Sobre todo en el caso de Petra.
¿Qué perfil más oculto de la protagonista sorprenderá a los lectores en este nuevo libro de autointrospección?
Ver que, a pesar de ser feminista, detesta a su madre.
El haber vivido dos épocas bien distintas de la historia reciente de este país como son una dictadura y una democracia, con una pequeña transición en medio, hacen de cualquier mujer de su generación seres únicos e irrepetibles en muchos sentidos. ¿Coincide conmigo?
¡Sí!, y me encanta coincidir. Creo que el decurso de la vida de las personas no puede separarse de los acontecimientos históricos y, desde luego la generación femenina de la que hablamos ha pasado por cambios brutales, que casi siempre han sido para bien. Hemos avanzado.
¿Se puede tomar su nueva novela casi como un manifiesto feminista en toda regla?
No es mi intención, la Literatura no es un buen campo para manifiestos. Sin embargo, cuando cuentas la vida de una mujer, de cualquier circunstancia o clase social, te das cuenta de que: o eres feminista o eres idiota.
Petra ha debido, y ha sabido, defenderse en medio de un mundo hermético como es la Policía, repleto de hombres, donde el machismo y las actitudes patriarcales de toda índole hacen que el camino se convierta en muchas ocasiones en una cuesta arriba insalvable. ¿Hasta qué punto puede ser un ejemplo a seguir para generaciones venideras?
La incorporación de las mujeres a la policía ha sido enorme. Cuando Petra estudió en la Academia de Ávila eran nueve las mujeres matriculadas. Hoy en día se cuentan por miles. Yo creo que ese incremento tan rápido y numeroso ha debido de cambiar muchos registros que hoy en día nadie podría comprender. Las nuevas generaciones saben muy bien lo que se hacen, no pienso que Petra pueda influirles para nada.
La escritura de esta novela, ¿le ha hecho querer aún más si cabe a la criatura que ha creado literariamente, o todo lo contrario, supone un punto y aparte o final de cara a sus futuros proyectos literarios?
Bueno, a Petra la quiero, es una buena amiga después de 25 años. Literariamente sigue viva, tiene muchos lectores. Creo que la conservaré junto a mí un tiempo más. Sin que eso signifique que otros proyectos se vayan colando, como siempre he hecho a lo largo de mi carrera.