La literatura inconfundible del primer Premio Nobel en lengua árabe mantiene intacta una legión de fieles seguidores en España desde que se le concedió el galardón en 1988. Su estilo evocador y sencillo y sus dotes de magistral retratista de personajes sirven para configurar una imagen muy aproximada de la historia reciente de Egipto. Los susurros de las estrellas es un regalo inesperado –fue hallado en el cajón de su escritorio en 2017– que el escritor cairota, fallecido en 2006, dejó escrito con una nota que rezaba: “Para publicar en 1994”, el mismo año en que sufrió un atentado terrorista que le provocó prácticamente la parálisis de su brazo derecho, lo que le impidió seguir escribiendo con normalidad. Son 18 relatos inéditos que llevan al lector a El Cairo, la indescriptible e inabarcable capital egipcia escenario principal de una mayoría de sus evocadoras historias.
Roger Allen, traductor al inglés de su obra, califica en la introducción a esta edición de Alianza Editorial que esta traducción le supone “un reto enormemente gozoso”. Y añade: “Este manuscrito de reciente hallazgo constituye el reflejo sublime de sus últimas tendencias creativas, entre las cuales la función simbólica de al-hara (el barrio) adquiere un protagonismo de mayor calado que el que podemos apreciar en etapas anteriores de su dilatada singladura artística”.
Los protagonistas de estas historias nos llevan de la mano hacia un Egipto tan real que parece no existir, y al mismo tiempo tan perfilado con sinuosos trazos que simula estar entresacado de sueños
Sin duda el barrio y su reflejo cotidiano a través de personajes evocadores y reales entresacados de sus propias vivencias y recuerdos de infancia constituyen una piedra angular en su producción literaria, en cualquiera de sus etapas estilísticas, más o menos reales, más o menos simbólicas. Porque en definitiva el barrio aglutina el sentir de toda la comunidad cairota que fielmente describió en su más profunda esencia durante toda su trayectoria novelística.
Universo peculiar
La literatura de Mahfuz tiene el don de congraciarnos con un universo muy peculiar, donde los protagonistas de estas historias nos llevan de la mano hacia un Egipto tan real que parece no existir, pero al mismo tiempo tan perfilado con sinuosos trazos que simula estar entresacado de sueños, de aquellos sueños orientales transmitidos oralmente de generación a generación. Decía Mahfuz que “no hay nadie más feliz en el mundo que quien hace felices a los demás y comparte sus sufrimientos”. Estos 18 relatos son un inesperado y maravilloso regalo para sus fieles seguidores, por ello su sufrimiento compartido a través de su literatura hace felices a sus lectores y la cadena continúa en un tránsito sin fin.