La historia del arte ha sido tradicionalmente dominada por nombres de hombres que marcaron época. Sin embargo, existen figuras esenciales que han sido opacadas por la sombra de la desigualdad. Una de las exposiciones más esperadas del Museo Nacional Jean-Jacques Henner, Elles, les élèves de Jean-Jacques Henner, busca reescribir esa narrativa al rescatar del olvido a las artistas que, bajo la tutela de este renombrado pintor del siglo XIX, construyeron un legado que hasta ahora permanecía silenciado. Esta muestra, abierta hasta el 28 de abril de 2025, no solo da visibilidad a estas artistas, sino que pone de manifiesto los desafíos que tuvieron que superar para hacerse un hueco en un mundo del arte predominantemente masculino.

El siglo XIX estuvo marcado por la exclusión de las mujeres de la educación formal en las bellas artes. A pesar de ello, muchas de ellas no se rindieron ante los obstáculos impuestos por una sociedad patriarcal. En lugar de claudicar, decidieron buscar alternativas. Entre esas opciones estaba la apertura de talleres privados donde podían recibir formación y desarrollar su vocación artística. Uno de esos talleres fue creado por Jean-Jacques Henner, un pintor reconocido de la época que, junto a su colega Carolus-Duran, dio la oportunidad a un grupo selecto de mujeres de formarse a su lado, lo que resultó ser un hito en la historia de la educación artística.

Henner, lejos de ceder ante las normas restrictivas de su tiempo, ofreció a sus alumnas una formación equiparable a la que recibían sus compañeros hombres, un gesto de solidaridad en una época en la que las mujeres luchaban por ser reconocidas como artistas serias. Mujeres como Louise Abbéma, Ottilie W. Roederstein, Dorothy Tennant, y Marie Petiet, entre otras, pasaron por su estudio, donde no solo perfeccionaron su técnica, sino que también forjaron una red de apoyo mutuo que les permitió resistir las dificultades impuestas por la sociedad. A través de esta exposición, el museo ofrece una visión profunda de sus vidas, sus obras y los obstáculos que tuvieron que superar, tanto dentro como fuera de los talleres.

La exposición está estructurada en varias secciones que guían a los visitantes a través de los momentos clave en la trayectoria de estas artistas. Desde la recreación del taller donde Henner las formaba, pasando por los retratos que realizaron de figuras emblemáticas, hasta la exploración de la amistad y la solidaridad entre ellas, esta muestra nos presenta un panorama único sobre el arte femenino en el siglo XIX. Las secciones incluyen temas como El vocación del retrato, donde se exponen los trabajos realizados por las alumnas bajo la influencia de su maestro, y Amistad y Solidaridad, que revela la estrecha colaboración entre las artistas para superar las barreras que les imponía la sociedad de su época.

Una de las características más fascinantes de la exposición es la revelación de los cuadernos de dibujo de Marie Cayron Vasselon, que, por primera vez, son exhibidos al público. Estos cuadernos ofrecen una visión íntima de la vida cotidiana de las artistas en su estudio y nos permiten acceder a sus pensamientos y procesos creativos. Esta es una de las muchas sorpresas que la exposición tiene para los visitantes, quienes podrán ver de cerca cómo estas mujeres, muchas veces relegadas al anonimato, lograron dejar una huella duradera en la historia del arte.

Henner jugó un papel crucial en la formación de estas mujeres. Su estudio era un espacio riguroso pero abierto, donde las artistas experimentaban con diferentes técnicas y temáticas, desde escenas mitológicas hasta figuras religiosas, como las representaciones de la Magdalena que tantas veces aparecen en las obras de las alumnas. Para muchas de ellas, estas obras fueron una forma de rendir homenaje a su maestro, mientras que para otras representaban una oportunidad para encontrar su propia voz artística. La exposición muestra cómo estas mujeres adoptaron los temas favoritos de Henner, pero también cómo los transformaron y adaptaron a su propio estilo, creando un lenguaje visual que les permitiera destacar como artistas.

El recorrido por la exposición también explora el impacto de Henner no solo como maestro, sino también como hombre solidario que ofreció un espacio de aprendizaje a mujeres en una época en la que su presencia en el mundo del arte era vista con escepticismo. Esta perspectiva crítica de la figura de Henner refuerza la importancia de su contribución al empoderamiento femenino en un ámbito tan competitivo y restrictivo.
Además, se exploran las vidas de las artistas después del cierre del taller de Henner, un capítulo menos conocido que muestra cómo algunas continuaron sus carreras en solitario, mientras que otras se vieron obligadas a abandonar la pintura debido a las presiones sociales, como el matrimonio o las expectativas familiares. Algunas de estas mujeres decidieron enseñar a otras generaciones de artistas, asegurando que su legado perdurara.
En su conjunto, Elles, les élèves de Jean-Jacques Henner es una exposición imprescindible que no solo ofrece una nueva mirada sobre la historia del arte, sino que también destaca la resiliencia y la valentía de las mujeres que lucharon por su lugar en un mundo que les cerraba las puertas. Hoy en día, sus obras están siendo redescubiertas, y cada vez más museos e instituciones se interesan por revivir las huellas de estas artistas olvidadas. La exposición no solo sirve para reconocer su talento y dedicación, sino también para recordar que, aunque la historia a menudo olvida a las mujeres, su influencia en el arte nunca desapareció.
